Villa Mercedes: se fugó de una comisaría y trató de escaparse de otra en un día

Eduardo Gabriel Quinteros se la jugó hasta el final. Ante el riesgo de que el juez de Instrucción Penal N° 2, Leandro Estrada, lo procesara por el segundo robo de una moto de un galpón policial en el que se encontraba envuelto, hizo todo lo posible para escaparle a la prisión preventiva que le pisaba los talones. Mientras esperaba en la guardia de la Comisaría 8ª, aprovechó el preciso instante que los efectivos voltearon la mirada para otro lado y se dio a la fuga por calle León Guillet. A una cuadra de la seccional lo recapturaron. Pero la intención de evadir la cárcel seguía viva en el joven de 27 años. Esa tarde el personal de la comisaría 9ª alcanzó a advertirlo cuando arrancaba unos ladrillos flojos que tenía el cielo raso de la celda en la que estaba, pensando que así podría salir del calabozo. 
Desde el martes, Quinteros está en la Penitenciaría de San Luis. Estrada lo procesó sólo por un delito, por el “hurto” de una motocicleta que desapareció del depósito de vehículos secuestrados del Cuerpo de Tránsito de la Policía. Por las tentativas de fuga no hubo elementos suficientes para inculparlo, dado que en los dos intentos de escape no llegó muy lejos, informó una fuente. 
El imputado, un vecino del barrio San José, contaba con varios antecedentes por robo en su haber. Pero volvió a las andadas la madrugada del martes 9, cuando lo capturaron con una Motomel que había desaparecido hacía apenas unas horas del galpón de secuestros de la Comisaría 10ª (Ver recuadro).
De esa causa salió bastante airoso. Ya que, a los pocos días de ser aprehendido, fue dejado en libertad. 
Pero, al parecer, no pudo con su genio y exactamente una semana después lo sorprendieron con una motocicleta 150, que había sido sustraída del depósito de Cuerpo de Tránsito. 
El robo ocurrió, según estiman los investigadores, alrededor de las ocho. Esa división de la Policía tiene su depósito en la parte trasera del edificio, sobre calle Doctor Mestre casi esquina Pescadores. 
Un informante contó que el portón de ese galpón está siempre abierto, no sólo por los vehículos que ingresan tras accidentes, sino también por las personas que trabajan en el edificio colindante y que permanentemente entran por la misma compuerta. Esa parte del edificio de la división policial cuenta con oficinas con ventanas que dan hacia el patio, pero por lo visto nadie se percató de que un delincuente se llevaba el rodado. 
“Quinteros lo sacó y se lo llevó a un baldío que está a una cuadra”, dijo la fuente. La tenencia le duró apenas unos minutos. Mientras estaba en el descampado tratando de hacer arrancar el ciclomotor, una patrulla de Tránsito pasó frente a él y advirtió “su actitud sospechosa”. “Cuando el personal policial se dio cuenta de que esa moto era una de las que tenían secuestradas, porque todavía tenía el rótulo que le ponen para identificar la causa, lo detuvieron”, relató. 
De ahí Quinteros fue llevado a la comisaría de jurisdicción, la 8ª. “Una vez que una persona es demorada tenemos que cumplir con el protocolo, que es llevarla al médico hacerla revisar y saber así en qué condiciones ingresa a la dependencia. Para seguridad de ella y la nuestra, para evitar, por ejemplo, que después diga que en la Policía lo golpearon”, explicó Analía Lucero, subcomisario de ese seccional. 
Por eso el joven estaba en el hall  de la 8ª, guardaba la llegada de la patrulla que lo conduciría hasta el hospital. Fue ahí cuando vio la oportunidad y se dio a la fuga. 
La subcomisario dijo que al instante los uniformados lo advirtieron y salieron detrás del prófugo. Pero hay otra versión mucho más fuerte que circula en la Fuerza. Esa segunda explicación sostiene que, en realidad, fue la gente que transitaba por el centro de Villa Mercedes la que le informó a los de esa seccional que habían visto un preso, corriendo por la vereda del Amerian Palace Hotel. Dijeron que les llamó la atención ver pasar frente a la puerta del casino "un vago misterioso con una gorra, y esposado", con las manos hacia atrás.