Cristóbal, puntano por adopción y con una vida digna de un libro

Los recuerdos que un niño guarda sobre su padre son muy importantes. Los de Eulogio Castillo le permitieron a su yerno, Jorge Viñuela, escribir un libro de 479 páginas llamado “Huida hacia el destino”. El ejemplar está basado en la vida de Cristóbal Castillo, quien nació en España pero transcurrió gran parte de su vida en San Luis: desembarcó en la ciudad en el año 1922, luego se mudó a Los Tapiales; por trabajo se trasladó hacia el Valle del Pancanta y decidió echar raíces en una estancia que compró a cuarenta kilómetros de San Francisco, tuvo seis hijos, y murió en 1948.

“Cristóbal tenía 16 años cuando se lo llevan a la fuerza de su casa para ir a la guerra que España tenía contra Marruecos, en el año 1908. Siempre vivió con la angustia de no haber podido ver a su mamá y su papá otra vez. En el libro está contado con detalles por qué”, dijo Viñuela y agregó que en  un momento del combate fallecen más de mil soldados, de los que sobrevivieron dieciocho. “Él fue uno de ellos, malherido huye y se convierte en desertor, atravesó el desierto de Argelia porque quería regresar a España pero no lo dejan entrar. Entonces se va a Francia y desde allí a Costa de Marfil para trabajar en una empresa que realiza safari. Regresa a Francia con toda la intención de entrar una vez más a su país natal, pero no lo logra y huye y ahí es cuando llega a la Argentina”.

Cuenta el escritor que cuando el hombre arriba a Buenos Aires, en un pueblo cercano a límite con Santa Fe, comienza a trabajar de carpintero. “Allí conoce a la madre de Eulogio, Nicolasa Gómez, era ayudante de una maestra, que la manda de vuelta a San Luis, porque en esa época era así. Nicolasa era de Los Tapiales. Él se familiariza en el sector agropecuario y decide tomarse un tren, el mismo en el que ella viajó un tiempo antes”.

Eulogio actualmente tiene 78 años, vive en el barrio Pueblo Nuevo de la ciudad de San Luis y es puntual en cada detalle al describir su niñez. “Nací en Los Tapiales en el año 37. En esa época comenzó a explotarse la minería, se extraía tungsteno, entonces como todo extranjero y emprendedor, mi padre se puso a trabajar en su negocio. Su condición económica era muy modesta, era carpintero y trabajaba en una carpintería que se llamaba Blanco y Negro, donde hoy funciona el banco Nación”, dijo y agregó que su padre viajaba permanentemente hasta que decidieron radicarse en el Valle de Pancanta. “Cuando termina la guerra y los extranjeros que habían venido a explotar las minas de la zona se van, mis padres se mudan al Departamento Ayacucho. Buscando nuevos horizontes, mis padres compran una estancia al oeste de San Francisco, eran muy unidos. Un año después de sentar raíces en el pueblo, él murió”.

Desde los treinta hasta sus jóvenes cincuenta y seis Cristobal vivió en San Luis y sus amigos le decían “El gringo” Castillo. “Sé que mi padre participó en la fundación del banco Mixto San Luis, junto a Humberto Cangiano, Julio César Agúndez. Mucho de lo que pude contar lo recuerdo de conversaciones que él mantuvo con mi madre yo escuchaba todo, viví todo. Seguramente hay muchas cosas que están escritas bajo mi interpretación como niño, pero recuerdo muchas cosas de la vida en general desde muy pequeño. Cuando se las cuento a mi hermana más grande ella me pregunta ¿Cómo te acordás?”, concluyó Eulogio Castillo.