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Enterraron al niño sirio ahogado, junto a su madre y hermanito

Por redacción
| 04 de septiembre de 2015
El padre agradeció la ayuda de las autoridades turcas, se declaró "muy triste" (Foto AP)

El hombre que sobrevivió al naufragio del bote en el que buscaba llegar a Grecia desde Turquía enterró a sus dos hijos y a su mujer en su localidad natal de Kobani, retornando así al lugar devastado por la guerra del cual habían huido en busca de un futuro mejor.

 

La guerra en Siria, que ya lleva cuatro años, causó al menos 250.000 muertes, produjo 4 millones de desplazados y un millón de refugiados, de los cuales más de 300.000 intentan salir de Asia hacia Europa o, como los Kurdi, hacia América del Norte, superando barreras de todo tipo.


Con el entierro, Abdullah Kurdi abandonó sus planes de volver a irse de Siria, dijo un familiar del hombre, que en el naufragio del miércoles pasado perdió a su mujer y a sus dos hijos de tres y cinco años y que ya había perdido a 16 parientes por los combates en la norteña localidad kurdo-siria de Kobani.

"El sólo quería ir a Europa por el bien de sus chicos", dijo Suleiman Kurdi, tío del hombre.

"Ahora que están muertos, quiere quedarse aquí en Kobani cerca de ellos", añadió.

 



La foto del cadáver de su hijo de tres años, Aylan Kurdi, tirado boca abajo en una playa turca dio la vuelta al mundo y evidenció quizás como ninguna otra imagen hasta ahora la tragedia que persigue a los refugiados que migran desesperadamente hacia Europa para escapar de la guerra en Siria y otros países.

Los tres cuerpos fueron trasladados en avión hacia Sanliurfa, cerca de la frontera de Turquía con Siria, donde un cortejo fúnebre de varios vehículos custodiados por camionetas policiales llevó los féretros a la localidad siria de Kobani (Ayn al Arab).

Abdullah Kurdi fue acompañado al entierro en Kobani por diputados turcos de los principales partidos de oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP) y el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), informó la agencia de noticias EFE.

Decenas de personas se congregaron en torno a los ataúdes de Aylan, su hermano mayor, Galip, y la madre de ambos, Rehan, cuando éstos fueron depositados en fosas del Cementerio de los Mártires de Kobani.

El padre agradeció la ayuda de las autoridades turcas, se declaró "muy triste" y solo pudo agregar una frase más: "Como padre que ha perdido a sus hijos, lo único que quiero es que se acabe este dolor y se acabe la guerra en Siria".

Ayer, desde el Instituto Forense de la ciudad turca de Mugla, donde estaban los cuerpos de sus seres queridos, relató el dramático naufragio en el que perdió a su mujer y sus dos hijos y pidió a la comunidad internacional que hiciera lo posible para evitar sufrimientos como el suyo.

"Quiero que el mundo entero nos escuche desde Turquía, donde hemos llegado escapando de la guerra", dijo en ese momento a periodistas turcos.

"Tengo un gran sufrimiento. Hago esta declaración para evitar que otras personas tengan el mismo sufrimiento", agregó a 110 kilómetros del balneario de Bodrum, desde donde la familia había intentado pasar a Grecia, y anunció que deseaba enterrar los restos de sus familiares en Kobani.

Kurdi contó que la familia había pagado una suma a traficantes para que organizaran la travesía a Kos, pero "la guardia costera nos detuvo y después nos liberó. Esta vez nosotros mismos conseguimos el bote y empezamos a remar hacia Kos".

"Después de alejarnos unos 500 metros de la costa, en el bote empezó a entrar agua y se nos mojaron los pies. A medida que aumentaba el agua, cundía el pánico. Algunos se pusieron de pie y el bote volcó. Yo sostenía a mi mujer de la mano", recordó.

"Las manos de mis dos niños se escaparon de las mías, intentamos quedarnos en el bote, pero el aire disminuía. Todo el mundo gritaba en la oscuridad. Yo no lograba que mi esposa y mis hijos oyeran mi voz", añadió.

Kurdi relató cómo consiguió nadar hasta la costa: "Cuando alcancé la costa comencé a buscar a mi esposa y a los niños. Pensé que se habían asustado y escaparon. Llegué a Bodrum y no pude encontrarlos en nuestro punto de encuentro. Luego fui al hospital y me enteré de las tristes noticias", explicó.

También relató que había recibido una oferta de asilo en Canadá pero la rechazó.

"He recibido una oferta del gobierno de Canadá. Era una oferta para que yo pueda ir allí. Pero, después de lo ocurrido, no quiero ir. Voy a llevarme los cuerpos primero a Suruç (ciudad turca en la frontera con Siria) y luego a Kobani. Pasaré el resto de mi vida allí", concluyó.

Teema Kurdi, su hermana, había dicho que la familia de refugiados de la guerra en Siria quería llegar a Canadá, pero no pudieron obtener el visado cuando lo solicitaron en Turquía.

La autora de la foto, la periodista Nilufer Demir, dijo al diario turco Hürriyet que se le había helado la sangre cuando vio el cuerpo del pequeño con su remera roja.

"No podía hacer nada por él. Lo único que podía hacer es que su grito fuera oído en el mundo, y lo hice con su fotografía", dijo Demir. Relató que vio al hermano de Aylan a cien metros de distancia y se percató de que ninguno de los dos llevaba un salvavidas.

 

Telám
 

 

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