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Una enfermera de 47 años es la primera egresada de la UNViMe

Por redacción
| 02 de octubre de 2016
Orgullosa. La flamante enfermera y el analítico que certifica que cumplió con todas las materias. Foto: José Sombra.

En una prolija carpeta guarda las planillas y documentos que certifican que ya logró completar la carrera, un sueño personal que pudo concretar pero que también alberga los que supo tener toda la comunidad mercedina para lograr una universidad propia. Dora Ramos, de 47 años, es la primera egresada de la Universidad Nacional de Villa Mercedes, completó todas las materias de la carrera de Enfermería Universitaria y continúa cursando para completar la licenciatura. Además de ser ya parte de la historia de la institución, también es un ejemplo de sacrificio, deja saber que los objetivos pueden cumplirse a través de la universidad pública y gratuita.

 


Luego de tres años de estudio y esfuerzo, una mujer que también es mamá y que trabaja atendiendo ancianos, completó la carrera y se convirtió en la primera en recibir su título. Esta semana recibió el Analítico Provisorio y aguarda la llegada del definitivo, de parte del Ministerio de Educación Nacional.

 


“Siempre estuvo en mí el deseo de ayudar a otro, de poder de alguna manera calmar el dolor o satisfacer alguna necesidad de aquél que sufre. Todo eso me llevó a estudiar enfermería, que es exactamente eso: atender, acercarse, estar con aquél que necesita de vos”, contó la mujer que nació en Tigre, Buenos Aires, y hace once años vive en Villa Mercedes.

 


A lo largo de los años buscó dedicarse a la atención de los adultos mayores. Hizo un curso de Asistente Gerontológica, Masoterapia, Acompañamiento Terapéutico y hasta comenzó a cursar en una universidad privada la carrera de Enfermería, pero el alto costo de la cuota la obligó a abandonarla.  “Cuando abrieron la UNViMe ni lo pensé, me anoté inmediatamente. Recuerdo que me costó mucho el curso de ingreso, pero tuve profesores que siempre nos animaron a las personas grandes y nos decían que los sueños se pueden realizar”, dijo.

 


Es que además de cursar, Dora también trabajaba asistiendo a varios abuelos y no podía dejar de lado a su marido Guillermo y a sus hijos, Elías y Fernando (los jóvenes estudian Licenciatura en Economía y Bioingeniería en la misma universidad en la que acaba de recibirse su madre). Los tiempos eran muy acotados, el sacrificio fue muy grande para lograr la carrera según lo previsto, pero pudo lograrlo gracias al acompañamiento que recibió.

 


“Soy muy agradecida a Dios por la familia que tengo, porque somos un equipo. Yo trabajaba muchas horas porque mi trabajo es así, un paciente adulto me necesita en un lado y en otro, no tengo definidos los horarios, me llaman y ahí estoy. Nos organizábamos: mi esposo me llevaba y me traía, los chicos preparaban la comida, me sacaban fotocopias, por eso es un equipo y esto es un logro de la familia completa”, cuenta la flamante enfermera.

 


Además de los malabares diarios para cumplir con todas las responsabilidades, también tuvo que soportar los momentos tormentosos que atravesó la institución, con reclamos de alumnos, paros y tomas de la universidad y varios rectores que fueron cambiando en poco tiempo. En esas épocas, Dora asegura que ella siempre perteneció al grupo de los que no bajaron los brazos, siguió estudiando confiada de que se iba a concretar la acreditación oficial de las carreras, tal como sucedió.

 


Dice que ama a los abuelos y percibe que hay una necesidad urgente de mejorar la calidad y calidez en la atención a estos pacientes. Actualmente se encarga de cuatro mayores con Alzheimer y de una persona más joven, continúa estudiando la Licenciatura y sueña con especializarse en Enfermería Gerontológica. Es consciente de que pudo completar esos sueños que habían quedado truncos en el pasado y por ello no sólo está agradecida a la universidad, sino que no duda en motivar a otros.

 


 “La UNViMe representó la posibilidad de crecer y de ser alguien en la vida, muchas veces hay gente que no pudo estudiar de joven, como me pasó a mí, y que quiere llegar a algo. Creo que la universidad representa la posibilidad de cumplir un sueño en forma gratuita, con los mejores profesionales. A los jóvenes les diría que no pierdan su tiempo y que aprovechen la oportunidad, y a la gente grande les digo que se puede, que siempre tenemos la posibilidad de cumplir nuestros sueños y que no hay edad para estudiar”, concluyó la flamante egresada.

 


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