Mirta Mobellán disertó en Panamá sobre el alcance de Familia Solidaria

San Luis es el único Estado en el mundo que clausuró las instituciones que encerraban a los chicos. Ningún otro gobierno hizo lo mismo en todo el planeta", aclara Mirta Mobellán y hace un largo silencio, mezcla de orgullo por lo alcanzado por su provincia y tristeza por constatar que es el único distrito que concretó el final de las internaciones de chicos huérfanos en institutos públicos laicos o religiosos. La mujer, ex titular del Programa Familia Solidaria -el organismo gubernamental que aún es alternativa al encierro de los niños- disertó sobre su experiencia en Panamá, donde fue convocada por la Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar para describir cómo hizo el Estado puntano para cerrar definitivamente los patronatos y hogares infantiles.

"Fue una experiencia muy positiva. Me tocó abrir las exposiciones y compartir con la mesa plenaria. Asistieron representantes de más de 25 países de toda América latina y El Caribe. También de Canadá, España y una ONG europea que trabaja en cuestiones de la niñez en todo su continente y tiene asiento en Ginebra. Fui invitada por intermedio de Matilde Luna, quien visitó nuestra provincia en 2007 durante una semana y observó la forma en que trabajamos para desinstitucionalizar a los chicos que padecían problemas de familia. A ella le interesaba plantear la experiencia sanluiseña y el resto de los especialistas quedaron admirados. "En principio tuve veinte minutos para exponer pero, dado el interés, hablé por más de 40 minutos sobre la labor que hizo San Luis", reveló Mobellán.   

El problema de la institucionalización de chicos y adolescentes huérfanos en Latinoamérica es muy grave e insinúa con incrementarse en los próximos años.  La funcionaria puntana dio detalles de la realidad en el continente. "Ningún país de América latina y de El Caribe tiene cerrados sus institutos. Y la Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar quiere avanzar en algunos sistemas de contención.  Actualmente, la mayor preocupación en nuestro continente es que hay más de doscientos cuarenta mil niños encerrados en instituciones. Y en el mundo habría entre 2 y 8 millones, aunque ese es un cálculo basado en el número de entidades. Se hace difícil tener la cantidad de niños porque las propias instituciones los ocultan. Es una cifra aproximada que no deja de ser muy preocupante", explicó. 

En otro momento de la charla con El Diario de la República, Mobellán remarcó más ítems que analizaron en la capital panameña. "Analizamos en profundidad lo que ocasiona el encierro y sus problemas. Uno de los objetivos es plantear que encerrar a los chicos es un problema, no una solución. Es necesario que la sociedad deje de tolerarlo, que deje de mirar para un costado y de considerar que encerrar a los chicos huérfanos o con problemas familiares es algo bueno. También hablamos sobre la importancia y la necesidad de que los gobiernos y las ONG alcancen una mirada distinta. Que busquen la protección de los derechos del niño y dejen de tolerar estas prácticas. En las mesas plenarias me hicieron muchas preguntas acerca de la labor que hicimos desde el cierre de los patronatos e instituciones, el rol de Familia Solidaria, los contratiempos que hubo en el comienzo y la actualidad. Conté muchos detalles de nuestra experiencia", expresó Mobellán.

Durante el diálogo con El Diario, la ex titular de Familia Solidaria, remarcó los daños que provoca en un niño la internación en patronatos u hogares públicos. "El cuidado de los chicos en instituciones es perjudicial, es injusto. Es necesario y es posible eliminar el encierro de chicos en estos lugares. Hay estudios, de distintos países, que revelan las consecuencias de esto. Por ejemplo, en pequeños de hasta cuatro años, sufrir el encierro provoca problemas irreversibles que jamás superan. En nuestro continente, de forma ligera, se interna o considera huérfano a un niño que ha perdido a su madre, sin buscar o contactar a su padre, que probablemente esté vivo. O algún pariente no tan lejano. Tomamos la situación de orfandad de una forma muy prematura. Eso fue lo que revirtió San Luis. Y fue lo que expliqué ante los miembros de la Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar", relató. 

"Hoy, en el mundo, ni siquiera se trabaja en la búsqueda de la familia extensa del menor, cuando es muy probable que tengan parientes. En Panamá me consultaron, y luego coincidieron conmigo sobre cuál fue el primer paso. Y no fue otro que el gobierno tome la decisión política de implementar un acogimiento familiar de aquellos chicos tras el cierre de esas instituciones. La experiencia de San Luis tuvo sus críticos, y hasta hubo marchas en contra de esta determinación del Estado de clausurar esos centros. Pero el tiempo nos dio la razón y creo que hoy la gente cambió la mirada que tenía, tomó conciencia. Por los chicos valió la pena pasar por ese inicio difícil. Y, enhorabuena que América comience a revisar e intentar corregir este problema", cerró Mobellán.