Buscan al joven que arrojó una caja fuerte desde un sexto piso

Ayer (miércoles), al cierre de la edición impresa de El Diario de la república, la policía buscaba a un joven de 22 años que el martes por la noche arrojó por la ventana de un sexto piso una caja fuerte que podría haber causado una tragedia.  

Eran las 21:30 pasadas del martes cuando Mario Díaz, un conocido locutor de Villa Mercedes, y Martín, un comerciante que publicita en su programa radial, charlaban sobre el nuevo spot a mitad de cuadra por Lavalle, entre León Guillet y Pringles. No había nubes en el cielo que vaticinaran alguna tormenta pero a ambos los desconcertó un sorpresivo estruendo. A unos treinta metros de la Comisaría Octava vieron que una bolsa negra caía desde el cielo y golpeaba un auto estacionado, de los que quedan secuestrados después de un choque. “Le dije a Mario: mirá, están tirando basura del edificio. Nos acercamos y la patee para correrla pero estaba durísima, casi me quiebro el pie”, contó el dueño del mercadito. Adentro de la bolsa de consorcio asomaba una caja fuerte gris, de metal, cerrada e intacta de tamaño mediano, que un joven de 22 años revoleó por la ventana de un departamento del sexto piso.

La primera impresión fue que era un robo, por eso los policías inspeccionaron un estudio jurídico frente a donde había quedado el objeto, pero no notaron boquetes ni signos de violencia y partieron a hablar con el portero para corroborar que no haya ingresado algún malviviente a los departamentos de León Guillet 45.

Finalmente, de la investigación resultó que fue arrojada desde la ventana de uno de los dormitorios donde reside una mujer de 70 años y que lo había hecho el nieto que pasó a visitarla. La reacción inesperada del muchacho fue porque le pidió dinero para pagar el alquiler pero la mujer se negó. Luego le solicitó un segundo monto para tomarse un remise por lo que la señora le dijo que le alcanzara la cartera de la pieza. Allí, el joven se tomó su tiempo para intentar abrir la caja que pesaba unos 20 kilos y medía 35 centímetros de ancho por 30 de alto. Pero como consiguió abrirla y tampoco podía salir del edificio con semejante bulto, la envolvió en la bolsa de consorcio y decidió darle caída libre. Al salir del dormitorio se mostró tranquilo y abandonó de inmediato el hogar de la anciana. Por fortuna, nadie pasó por la vereda y no hubo más daños que los abollones en el auto, que ya tenía algunos previos porque había protagonizado un accidente vial cuatro días antes.

"Estábamos con Martín en la vereda oeste y escuchamos un ruido muy fuerte y al girar la cabeza hacia la plaza Pedernera vimos que algo cayó en la vereda, después de pegar en el techo de un automóvil, un Peugeot. Rompimos la bolsa y descubrimos la caja de seguridad de 35 centímetros de ancho por 30 de alto, y otros 20 de profundidad, de ésas que van empotradas. No era muy chica sino mediana, con un peso estimado en 30 kilos", relató Díaz.

Ambos hombres la levantaron y movieron un poco y, según dijo Martín "se notaba que tenía algo adentro, dinero o papeles".

Ayer a la mañana, los mismos vecinos del edificio al enterarse de lo ocurrido merodearon el lugar y miraban asombrados para arriba para intentar deducir cómo es que a alguien se le había ocurrido arrojar algo tan pesado.

Algunas versiones de los vecinos aseguraban que el joven habría tenido ciertas actitudes violentas con la señora, pero cuando los oficiales subieron para constatar que era su cofre, la mujer estaba tranquila mirando televisión e incluso no había hecho la denuncia.