SAN LUIS - Martes 14 de Mayo de 2024

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San Luis se convirtió en una de las mecas de la electrónica

Por redacción
| 11 de diciembre de 2016
Unas 900 personas fueron a la última fiesta donde tocó Robert Babicz. Foto: Facebook.

Aunque algunos crean que la oferta de música electrónica es más grande que la demanda, San Luis sin lugar a dudas se convirtió en un polo del género. Cada vez son más los exponentes que con ansias piden fechas para tocar en la capital puntana. Sin embargo, llegar a este punto no fue fácil y demandó mucho esfuerzo y dinero. Hoy, la escena crece cada día. Entre fiestas exclusivamente electrónicas en bares y salones, y las pistas de dos de los boliches más importantes de la ciudad, gente de Mendoza, San Juan y el interior de la provincia, peregrinan para disfrutar de artistas internacionales, nacionales y también locales. Este mes unas 900 personas disfrutaron de Robert Babicz en Juana Koslay. Aseguran que San Luis es una de las siete provincias preferidas por los artistas para venir a tocar.

 


La música electrónica o ME no siempre fue llamada así en San Luis. Los primeros intentos de introducirla a las pistas de los boliches puntanos, fueron a través de canciones pop remixadas. Por lo bajo aparecían algunos temas de bandas electrónicas como Kraftwerk o Chemical Brothers, para adoctrinar a los neófitos, que despectivamente pedían a gritos que cambiaran la “marcha”, algo que a los expertos indignaba. Casi a la fuerza lograron habituar los oídos de los bailarines.

 


A principios del 2000 varios conocedores del género comenzaron a armar pequeñas “movidas under” que no llegaban a juntar 40 personas, pero daba algo distinto al público. Marcio Escalante, Alex Moss y Gustavo Lafarge fueron algunos de los pioneros en San Luis. Organizaban fiestas en un bar de la calle San Martín antes de llegar a Ayacucho, en pleno centro, que se llamaba Tabú. “Los chicos compraban vinilos, alquilábamos los equipos y hasta decorábamos el lugar. Nos gustaba la onda, y aunque éramos muy pocos los que seguíamos ese estilo, le dábamos algo diferente a la gente y encima lo disfrutábamos mucho”, recordó Escalante y contó que en el 2004 comenzó un ciclo en Panacea “en ese momento no era un lugar electrónico, era de rock, y se llenaba. Empezamos con 50 personas y llegamos a meter 400. Hacíamos movidas independientes, en esa época no era como ahora que se masificó un poco más. Hice algo que me gustaba y gracias a Dios se pudo plasmar en la gente que lo aceptó y seguimos para adelante. Considero que soy una de las tantas personas que sumó algo para que la movida crezca”.

 


Paralelamente Escalante empezó a poner música en el boliche de Ricardo “Cacho” y Víctor “Vitín” Ofría: Aqua Barra. Para ese entonces el lugar no tenía un espacio de electrónica, pero sí la propuesta. “Había sólo una pista que arrancaba religiosamente a las 2, ponía algo de pop y de ME hasta la 4:30. El club siempre se inclinó por ese estilo, sobre todo por el tipo de gente que iba, escuchaban la música que estaba de moda en Buenos Aires, y así empezó: como una moda. Después el ambiente cambió y quedó la gente que realmente le gustaba”, explicó.

 


En el 2005, los Ofría hicieron la apuesta. “Comenzamos a organizar los viernes electrónicos, una alternativa de vanguardia y con sonidos exclusivamente electrónicos. Con mi amigo Gabriel 'Gabo' Fernández  tomamos la posta de incursionar en una nueva tendencia”, contó Roberto Ofría. Al año construyeron un pequeño espacio al que llamaron Lado B, en el patio de Aqua Barra. “Tuvimos la necesidad de ampliar el negocio, el éxito era latente, se palpitaba y se sentía la tendencia mundial en presentar, exponer y hacer divertir a nuestro público con sonidos diferentes”, manifestó.

 


Con el correr del tiempo, San Luis se fue posicionando en el país como un lugar “seguro” por los artistas para ir a tocar. “En Argentina hay siete plazas donde la ME marca una tendencia fuerte y constante: Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Ushuaia  y San Luis. Son los puntos de referencia donde todos los artistas quieren tocar. Hay otras provincias donde la escena es muy inestable, porque los boliches cambian de dueños y no generan confianza en el DJ. Ellos saben que pueden confiar en gente como nosotros, que nos gusta y que creemos en la industria de la música”, sostuvo Ofría.

 


Hoy la escena sigue creciendo y de manera exponencial. Muchos de los que se empaparon de esta experiencia comenzaron yendo a bailar a las pistas del Lado B. Algunos se convirtieron en melómanos de la amplitud de variantes que tiene la ME y otros, un poco más estudiosos, comenzaron a gestar sus propias carreras.

 


Para Juan Carlos Vera, director y conductor de un programa de radio en FM 100.7, el crecimiento “tuvo que ver con lo económico, ya que empezaron a contratar DJs de Buenos Aires que sumaron bastante a la escena, sobre todo para los puntanos que nunca habían salido de la provincia, ahora los podían ver y escuchar acá. Esto inspiró a los DJs locales que empezaron a preocuparse más por los diferentes equipos y técnicas para tocar. Y en cuanto a lo social, las campañas publicitarias en radio, en la calle con promotoras y demás parafernalia, daban lugar a que los curiosos o a aquellos que escuchaban, pero no iban, asistieran. A los artistas que venían les daba un espacio en mi radio. La gente llamaba y participaba de las entrevistas, y a la noche éramos una gran familia en la pista de no más de 150, a lo sumo 200 personas”.

 


De a poco San Luis desarrolló sus artistas y productores, algunos de los que hoy son los residentes (DJs musicalizan siempre en el mismo lugar) de los boliches y fiestas más convocantes de la capital, como Federico Pacha –reside Lado B-, Gustavo Arancibia, Bruno Lago y Fran Morelli, quienes hacen el “warm up” (un precalentamiento musical de la pista) en las noches de Sky, un club nocturno que abrió hace un año en Héroes de Malvinas y Riobamba, donde era Mecano. Sky tiene una productora de eventos que trae artistas internacionales. Durante todo el 2016 brindó un sinfín de DJs nacionales como Barem, Jorge Savoretti y Nacho Bolagnani, e internacionales como el mexicano Sakro.

 


Escalante notó que “hubo un crecimiento desde el 2007 hasta el 2009. Luego tuvo un pico para abajo a nivel general en el país hasta el 2010 cuando se ‘purificó’ de la gente que se había metido en la movida por ‘caretear’ y quedaron los que realmente les gustaba. En el 2012 empezó a crecer de nuevo y de ahí no paró. El público se va renovando, se suma gente. Creció en todo sentido. No sé si es tanta la cantidad de gente para las propuestas que hay. En dos pistas como la de Aqua y la de Sky, más una fiesta en Panacea, no sé si todas se llenan, pero evidentemente creció, hay más personas que consumen electrónica, eso es seguro”.

 


Otros grupos de chicos generan a su vez espacios independientes para su propia diversión y satisfacción. Mauricio Massara viene de una casta más joven y se interiorizó en la ME a través del rock, el punk y el heavy metal. En 2009 creó con unos amigos "Baila Baila Producciones", con ellos comenzó a hacer fiestas de arte y música. Hoy Mauri", como le dicen en el ambiente, desarrolla un ciclo electrónico que se llama "A la Miércoles" en Panacea, en horario after office, de 23 a 2.

 


En Mitre y avenida Illia, Maurísimo Falchini dio vida a Katze, un club en el primer piso del bar Komodo. Los fines de semana trae DJs de todo el país como el mendocino Ale Castro o el sanjuanino Marcos Mas. También artistas de Chile y Alemania como Maximilian Stolze. Otros dos amantes de la música son Flo Typek y Emiliano González que cada tanto organizan en Panacea las "Banana Sessions", un ciclo que prioriza los estilos Deep House, House y Tech House.

 


Otra manera en que los fanáticos de la electrónica se informan sobre los DJs que visitan la provincia, es a través del grupo cerrado de Facebook “Sindicato Electrónico San Luis”. No sólo participa gente de acá, sino también de otras provincias, y lo utilizan mucho para promocionar material y compartir música.

 



Inspirar al disfrute

 


En los últimos meses se gestaron dos productoras que organizan eventos de primer nivel. Una de ellas trajo a Nick Muir, quien fue el artista que rompió el hielo y explotó la pista de Le Coq, un espacio especialmente preparado para eventos de esta envergadura en Aqua Barra. Este inglés es compositor y productor musical y muchos de sus tracks fueron utilizados para películas.

 


“La primera fiesta marcó un antes y un después, porque la gente se fue contenta. La pasó bien, el lugar estaba acorde, el sonido, las luces, el DJ, los baños, los VIPs, la entrada, la atención, se dio un buen servicio. La puesta en escena fue increíble y la entrada era barata, para que la gente vaya, conozca y entienda lo fabuloso que puede ser”, explicó Escalante.

 


El 3 de diciembre repitieron la experiencia Inspire, esta vez con la presencia de Robert Babicz, otro DJ de la “vieja escuela”, como los llaman en la jerga electrónica. “Vino muchísima gente del interior, de Villa Mercedes y Merlo. También de Mendoza y San Juan. A la primera llegaron 600 personas, para la segunda fuimos 900. La mejor convocatoria sigue siendo el boca en boca”, manifestó.

 


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