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Miedo, la sensación que invade a los vecinos del "José Hernández"

Por redacción
| 07 de febrero de 2016
Monoblocks sin paz. Música alta, bocinazos y trifulcas son moneda corriente en las noches de la barriada. Los viernes y sábados, los conflictos aumentan.

No, no me saquen fotos. Porque después los chorros del barrio me van a quemar el auto a mí o me van a dar una paliza. Hablemos, no hay drama, pero ni loco me saquen fotos. Acá todos les tenemos miedo", dijo Manuel un comerciante que hace una década tiene su negocio en el barrio José Hernández, la vecindad que anteayer amaneció con cinco vehículos quemados intencionalmente por desconocidos.

 

"Es un barrio complicado. A veces los revoltosos son sus propios vecinos", dijo el comisario Carlos Villegas.


El Diario de la República recorrió uno de los barrios más conflictivos de la capital puntana y la sensación común de los vecinos consultados fue la misma: los domina el miedo.

 


El temor en ellos a recibir represalias por parte de los vándalos y delincuentes que viven en la vecindad es notorio. Muchos quisieron hablar, contar lo que ocurre, la forma en la que viven, pero nadie aceptó que lo fotografiaran.

 


"Tengo miedo, no tanto por mí, pero sí por mis hijos. Son chicos. Y acá nos conocemos todos. A ver si por salir en El Diario les hacen algo", dijo Claudia, una mujer de 37 años, al salir de comprar víveres.

 


La quemazón de un micro, tres autos y una camioneta en la madrugada del viernes aún está latente entre la gente del "José Hernández" y el hecho aumentó la pavura.  En todas las casas se habló del siniestro.

 


En el diálogo con los comerciantes de la zona denominada 'La Cooperativa' hay calma mientras trabajan, pero coinciden que por la noche la zona "se pone brava".

 


"El problema es muy simple acá. Falta presencia policial. La policía ni siquiera pasa haciendo una ronda preventiva, nada. Parate un rato en la vereda y fijate cuántos móviles ves pasar. ¡Ninguno!. No digo que sea una zona liberada, no creo. Pero sí se nota que hay cierta desidia. Hace unas pocas horas a pocos metros ardieron cinco vehículos y ahora no hay un solo policía", dijo Daniel.

 


"Lo que uno pretende, como mínimo es que pasen o paren los patrulleros como para persuadir.  Para que los patoteros o vándalos vean a la Policía. Eso nos daría algo de tranquilidad", añadió Pedro.

 



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