Un "cicloviajero" que recorre el continente pasó por San Luis

Estacionó su bicicleta con el tráiler adornado con las banderas de Uruguay, Chile, Brasil y Argentina. Con sombrero y la piel curtida y roja por el sol, José Fernando Pou Rava, cansado de tanto pedalear, decidió descansar unas horas en San Luis. Venía desde Córdoba y seguía hacia Mendoza. Su destino final, Santiago de Chile. Su objetivo es llegar al encuentro de cicloviajeros y reunirse con otros como él que recorren miles de kilómetros en dos ruedas. De espíritu libre pero con el corazón en su ciudad natal, Canelones, Uruguay, comenzó  hace un año a viajar por su país y luego decidió conocer más allá de sus fronteras.

“Comencé a tener problemas laborales y ante la incertidumbre, empecé a canalizarlo  a través de esto, viajar.  Se me hizo una pasión que no pude parar. Llego a Canelones, y después de 15 o 20 días vuelvo a salir. Me hace sentir vivo”, expresó contento José.

Nacido en una ciudad de casi 20 mil habitantes y a 50 kilómetros de Montevideo, contó que cuando descubrió esta particular forma de viajar, empezó a recorrer Uruguay. Fueron cerca de 4500 kilómetros. “Me sirvió para conocer las costumbres de cada lugar. Me acuerdo que en una parte de mi viaje por Uruguay, compartí camino con dos gauchos que recorrieron las 19 capitales a caballo”, recordó.

Pero para José, conocer solamente su país, no era suficiente. Por eso, a sus 41 años, decidió hacer viajes más largos. Y así, conoció Argentina y Brasil.

“Salí de Uruguay, por Paysandú, hasta Colón en Santa Fe y conocí la reserva de El Palmar. Recorrí todo el límite entre los dos países. Cuando me quedé sin dinero, me las tuve que arreglar sobre la marcha. En uno de los pueblos por los que pasé, junté hongos comestibles, me pagaban 300 pesos por día y con eso sobrevivía”, dijo y añadió: “Para mí existe una diferencia entre el  cicloturista y el cicloviajero. El primero hace un viaje breve con las comodidades y dinero. Lo que yo hago, es más casi un estilo de vida, y todos los que lo practicamos lo hacemos a pulmón”.

Su camino lo llevó a recorrer Villa Dolores, Córdoba capital, Villa Carlos Paz, Mina Clavero y las Altas Cumbres. Pasó por Quines, Luján, hasta llegar a la ciudad de San Luis.

“Después voy a seguir a Mendoza hasta llegar al destino final que es Santiago de Chile. Tenía pensado ir con otros ocho viajeros que iban a cruzar por el Redentor,  pero al final voy a ir por Malargüe con un amigo”, comentó.

 Por día, pedalea cerca de 100 kilómetros, dependiendo del tipo de geografía del camino.  Cuando encuentra un lugar para descansar, arma su carpa y duerme algunas horas.

Pero para José no es fácil sustentar su sueño porque confesó que después de perder su trabajo fue duro para él. “Tengo un hijo de 12 años, Joaquín, y este año empezó la secundaria. Él comprende que me hace bien, que es una necesidad que tengo y sé que le hago falta. Espero que me entienda y me perdone”, contó con la voz casi quebrada. Después de una breve pausa, agregó: “Pero siempre me dice que le dé para adelante”.

El aventurero uruguayo aseguró que ser cicloviajero es un desafío. “He pasado cosas lindas y feas. Lo que más me gusta es la cantidad de amistades que podés hacer y los paisajes que conocés. Te conectás de otra forma”, dijo.

Pero José también admitió que existen días en los que se siente perdido y vulnerable. “Hay mañanas en las que me despierto y pienso que hago acá y empiezo a extrañar a mi familia. Pero después me pongo el chip y arranco de nuevo porque recuerdo por qué lo estoy haciendo”, expresó.

Su sueño

El sueño de José es poder viajar a Madrid. “Tengo la invitación de un amigo español que está recorriendo África en bicicleta, se llama Javier Soriano. Es muy conocido en su país porque tiene un proyecto para conocer los cuatro continentes y ya lleva dos años de viaje. Pero lamentablemente no tengo el dinero para hacerlo. En Uruguay tuve la oportunidad de conocer a Mujica y le conté mi historia. Me dijo que pronto iba a tener buenas noticias. Hasta ahora no pasó nada, pero cuando vuelva, voy a contactarlo de nuevo porque sé que es un hombre de palabra”, contó.