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Querer es poder: Jerónimo se recibió de abogado a los 72 años

Por redacción
| 27 de marzo de 2016
Felicidad total. Jerónimo junto con sus nietas Amparo, Lucille y Pilar el día que recibió el título.

La lectura y la escritura,  pasiones que lo acompañaron toda su vida, fueron grandes aliadas para que Jerónimo Castillo, de 72 años, pudiera sacarse la carrera de Abogacía "de taquito", como se dice en la cancha (ver "Las letras..."). El ex empleado del Poder Judicial concretó  una asignatura que tenía pendiente: un estudio de grado. Terminó la carrera con un promedio de 7,58, en la Universidad Nacional de San Luis, en la sede de Villa Mercedes, Su última materia fue Filosofía, la que aprobó con un 8. Así se convirtió en el primer egresado de la segunda promoción de la carrera universitaria que realizó su debut en San Luis en 2010.

 


Cumplió los cinco años del plan en tiempo y forma. “A veces los jóvenes no entienden que es muy bueno rendir apenas uno termina de cursar, más allá de los resultados”, señaló como método de éxito. Todo tiene un sacrificio y el suyo fue resignar pasar tiempo con su familia e invertirlos en la cátedra y en las dos horas diarias de trayecto para estar presente en el aula durante cinco días a la semana.

 


“Me decidí estudiar tras estar dos o tres años jubilado. Lo sentía como una materia pendiente ya que trabaje en muchos estudios jurídicos, en el gobierno provincial y la parte literaria. Siempre estuve en contacto de las leyes, y como prosecretario de la Cámara de Diputados hice el digesto con la revisión de las normativas”, comentó el flamante abogado. Antes de casarse, hace cincuenta años atrás, empezó a frecuentar el mundo de las normas y los reglamentos.

 


Uno de sus hijos, Emanuel, (también abogado y a quien  tuvo como profesor durante la cursada), lo alentó a inscribirse en la carrera. Él le dijo que si le gustaba, que siguiera adelante. “La empecé como para probar y ocupar el tiempo, siempre tuve actividad intelectual, así que el aprendizaje de lo codificado no me fue difícil”, contó el escritor que tiene más de diez libros publicados en su haber. Sus escritos fueron difundidos por el Gobierno de la Provincia, por el Banco de Mendoza, por el Ministerio de Hacienda y Obras Públicas, y alcanzaron los mercados de España, Venezuela, Estados Unidos o Colombia. Además, es colaborador de revistas y antologías en distintos países, como una flamante publicación en India, donde sus textos están en español e inglés.

 


“Me siento con ganas de trabajar, y por ahora ayudo en el estudio de mi hijo. Cuando me matricule calculo que me podré presentar directamente en los expedientes”, mencionó. “Como toda persona recibida, no tengo una definición total. Porque los jóvenes necesitan el título para ganarse la vida. No es mi caso, que si bien no me sobra el dinero, no necesito ya salir a litigar. Me puedo dar el lujo, por ejemplo, de colaborar y ahora estoy embarcado en un proyecto de investigación con el Tribunal Constitucional de España, para que a los jueces comunes se le quite la tarea de controlar la constitucionalidad, porque un alto porcentaje del trabajo en el que están abocados, es atender los planteos de inconstitucionalidad que presentan las partes, entonces no están tan pendientes del problema de fondo,  de los juicios”, explicó. Por eso cree necesario la creación de un tribunal de jueces como tiene España, Perú o Ecuador. Castillo cree que esto permitirá que la Justicia no sea tan lenta como en la actualidad.

 


“El juez queda con las manos libres para ser el operador judicial y juzgando el problema de fondo. Justicia que llega tarde, no es justicia”, señaló.

 


Durante la carrera, Jerónimo  muchas veces se preguntó qué hacía en las aulas. Pero siempre prevaleció su espíritu de superación, de demostrar lo que vale. “Uno se decide por el compromiso que toma con uno mismo. Me reprobaron un par de materias, pero las pude terminar”, dijo y subrayó que durante toda la carrera los profesores fueron amables. Resaltó que la cursada no fue fácil, pero consideró que todo se puede lograr con dedicación y muchas horas de estudio. "No hay que dejarse estar”, afirmó.

 


Para Castillo el nivel de la carrera de Villa Mercedes es “muy exigente” comparado con otras universidades más cercanas. Esta realidad se refleja, según su visión, en los planes de estudios y en el conocimiento y la formación  de los profesores, que vienen de  Rosario, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. “Siendo una facultad que recién se está armando, hay educadores de alto nivel de todos lados. Hasta tuvimos profesores de trascendencia internacional, que trabajan para las Naciones Unidas”, opinó y consideró que “los profesionales egresados no van a tener problemas en su campo laboral”.

 


“Hago la broma de que ya me jubilé, ahora me compro el maíz y me voy al parque. No es así la verdad”, concluyó el jubilado que está casado y tiene tres hijos: Emanuel, el ingeniero agrónomo Néstor y el músico Marcelo Fabián,  de “Locomotion Power Trío”.

 


Jerónimo mira a la biblioteca que tiene a su costado, son dos metros de alto por uno de largo. Ahí, acumula todos los libros que les fueron enviados y aún los tiene en el "debe" de la lectura. Al menos, ya sabe en qué invertir su tiempo a corto plazo.

 


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