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Caso García Campoy: la querella recusó al juez Bento

Por redacción
| 09 de marzo de 2016

El abogado de la familia de Andrés García Campoy, el joven estudiante que murió de un tiro en la cabeza en un control de Gendarmería Nacional, en Mendoza, interpuso días atrás la recusación del juez federal que debe establecer si el muchacho se suicidó o si fue asesinado por los integrantes de la fuerza nacional. Uno de los elementos que el penalista Ramiro Villalba esgrimió en su escrito son las expresiones que el propio juez Walter Bento tuvo en una audiencia, según lo relatado por Mónica Campoy, la mamá del chico. Por esos dichos y otros elementos, entre los que se incluye la información publicada por un diario, la querella duda de la imparcialidad de Bento.

 


Andrés se había criado en La Punta. Pero al momento de perder la vida residía en Mendoza, su provincia natal. Allí cursaba el primer año de la Licenciatura en Seguridad e Higiene en la Universidad del Aconcagua. Unos días antes de fallecer había estado en la casa donde viven su mamá Mónica; sus dos hermanos, Juan Manuel García Campoy y Agustín Peralta; y su “papá del corazón”, Jorge Peralta. Ellos vieron a Andrés alegre, lleno de proyectos, vital. Por ello, y porque lo conocían en profundidad, siempre rechazaron de modo tajante la posibilidad de que se haya quitado la vida. Tienen, además, otros índices que avalan su hipótesis de que fue ejecutado por Maximiliano Alfonso y que éste lo hizo en presencia de un compañero, Corazón de Jesús Velázquez. Ambos son investigados.

 


Según presumen, el viernes 13 de junio de 2014, Andrés se topó con la muerte cuando  iba a vender una vieja carabina heredada de su abuelo. Creen que posiblemente iba a reunirse con un potencial comprador cuando se encontró con los gendarmes.

 


En el documento que presentó días atrás, Villalba detalló los elementos que tiene para “dudar de la imparcialidad” de Bento.

 


En primer término, evoca que el magistrado denegó la producción de pruebas que el fiscal pidió luego de consultar a la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), un organismo del Ministerio Público que se dedica a investigar casos de violencia institucional, y cuya importancia la querella comparte. Una de esas medidas era la obtención del registro de GPS de los móviles asignados a los gendarmes, para así lograr la localización del vehículo y, de ser posible, su modulación el día del hecho.

 


Otra era investigar si en las inmediaciones pudo haber testigos presenciales. La familia siempre sostuvo que sí, ya que frente a la escena, en el kilómetro 1060 de la ruta nacional Nº 7, está el barrio Alto Agrelo. Los parientes de Andrés hicieron sus propias averiguaciones. En ese barrio, según refirió el abogado, hay al menos dos testigos que podrían aportar información valiosa. Uno es un hombre al que le tomaron declaración y que, unos días después del hecho, desapareció de la zona. La otra testigo es una mujer.

 


La tercera medida que le interesaba al fiscal es que se interrogara a los internos que viajaban en un móvil penitenciario que pasó por la ruta instantes después de la muerte de Andrés, para saber si vieron o escucharon algo.

 


“Recordemos –argumentó el abogado– que los únicos testigos presenciales son miembros de las fuerzas de seguridad (nacional y provincial), y lo que se investiga es si uno de ellos cometió un delito. Es decir, el fiscal pretende testimonios neutrales, imparciales, no vinculados a las fuerzas de seguridad”. A pesar de la reiteración del pedido, el juez respondió de la misma forma: con una negativa.

 


En febrero de 2015, Mónica y una conocida suya tuvieron una audiencia con Bento. En ella, “sin dejar de hablarle a la madre de la víctima, le manifestó en tono eufórico ‘que Andrés se había suicidado y que tiene el tiro en la sien’. A lo que Mónica le trata de explicar que el tiro no está en la sien, sino en el parietal derecho, y acto seguido, enérgicamente (…) le dice: ‘Hasta acá llegamos”.

 


A esa situación se sumó otra: una nota del matutino mendocino “Uno”. El 18 de diciembre de 2015, ese diario tituló en tapa: “Confirman que un joven se suicidó y que no fue asesinado por gendarmes”.La nota interior está titulada: "Para el juez Bento, Andrés García Campoy se suicidó". 

 


Aunque el medio utiliza expresiones tales como “la Justicia” o “según los investigadores”, el letrado y la familia de Andrés infieren que quien aportó la información, en realidad, fue el propio magistrado. Concluyen que así fue porque al día siguiente, en una nota en otra sección, el periodista da detalles muy específicos de la ambientación del despacho de Bento.

 


“Las notas del diario y las constancias del expediente denotan que el juez ya tiene una postura adoptada frente al caso, y que se limita a recabar de manera meramente formal prueba pendiente de producción, y restringidamente la que proponen las partes, desechando toda aquélla que conmueva la hipótesis para la que trabaja: el suicidio”, opinó Villalba.

 


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