Renovó el DNI hace más de dos años y todavía no tiene el nuevo

Me da mucha impotencia que todavía no me hayan dado una solución”, expresa Wanda Warth, aunque su voz transmite más desconcierto que enojo. Es que desde hace más de dos años, la mujer no sabe por qué todavía no recibe su nuevo Documento Nacional de Identidad (DNI), después de haber iniciado el trámite de renovación en 2014.

Warth es profesora de educación física y aunque nació en la provincia de Buenos Aires, hace quince años que vive en Villa Mercedes. Al igual que miles de ciudadanos, la docente de treinta y cuatro años concurrió a la delegación local del Registro Civil para cambiar la antigua libreta verde de identificación por la tarjeta blanca y celeste que el Estado Nacional puso en funcionamiento tras un par de versiones del ejemplar. “Fui a hacer los trámites con mi hija mayor el 13 de junio de 2014. Las dos hicimos todos los pasos sin ningún problema y a los pocos días, mi hija ya tenía el documento, pero el mío no llegó nunca”, relató.

Con la implementación del sistema digital de documentación, el centro local cumple la función de tomar los datos de las personas y trasladarlos al Registro Nacional de las Personas (Renaper), un organismo que depende del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Viviendas de la Nación. Luego de unos pocos días, el correo se encarga de entregar la nueva credencial en el domicilio de cada persona.

Sin embargo, esa espera que debía durar entre una o dos semanas como máximo, se extendió durante mucho más tiempo y en lugar de la tarjeta, la mujer recibió cartas del ente nacional que decían que sus huellas dactilares no coincidían con las de su acta de nacimiento. Warth tuvo que volver a completar el trámite unas cuatro veces, pero recibió las mismas notificaciones una y otra vez.

En búsqueda de alguna explicación, la mujer admitió que tiene una pequeña cicatriz en su dedo gordo derecho que se hizo al cortarse con unas chapas en su antiguo empleo en una fábrica.