Cuando el sol comienza a esconderse y el calor agobiante da una pequeña tregua, los redoblantes y tambores de las batucadas comienzan a desparramar su música. Las comparsas aprovechan la caída de la tarde y no paran de ensayar hasta hacer estallar sus ritmos en los corsos y carnavales. Entre los detalles y las uniones de muchas de esas armas musicales pueden advertirse las huellas del trabajo de Adrián Barchetta, un mercedino por adopción de 28 años, quien hace algunos meses adquirió un oficio muy particular: construye instrumentos de percusión para murgas y baterías de todo el país y de Brasil, para que la banda sonora del verano se escuche cada vez mejor.
Adrián nació en la localidad cordobesa de Arroyito, pero desembarcó en Villa Mercedes junto a su familia hace unos quince años. Su romance con la música carnavalesca comenzó en el año 2007, cuando ingresó a una comparsa para probar suerte como percusionista. Algunos años después llegó a convertirse en el director de ese conjunto y actualmente es el líder de la batería de 'Oberá'. Pero además de la interpretación, al muchacho le llamó la atención algo más. "Siempre me interesó la reparación, la manutención y la fabricación de los instrumentos. Y siempre pensaba que si yo lo hiciera, lo haría de tal forma o lo mejoraría en tal aspecto para que los percusionistas no renegáramos o lo sintiéramos más cómodo al tocar", expresó.
Pero no fue sino hasta abril del año pasado que un amigo le sugirió la idea de comenzar a fabricar sus propios instrumentos. "Fui a un encuentro de batucadas en Santa Fe y conocí a Victor Ramón Turraca, quien integra una comparsa de Corrientes. Nos hicimos amigos y después que pasó todo nos sentamos a tomar mates a la mañana y surgió la idea. Él me preguntó si tenía herramientas y como yo me dedicaba al montaje, algo tenía. Era cuestión de probar, como un hobbie", recordó.
Barchetta trabaja en una empresa familiar de montajes industriales junto a su padre, y realizan el servicio de mantenimiento de una fábrica local. Por ello, ya sabía manejar tornos, soldadoras y trabajar con el hierro y el metal. "Pero no es lo mismo hacer un instrumento, porque tenés muchos detalles de la afinación que hacen al producto final", aclaró.
De todas formas, quedó entusiasmado con la idea y se arriesgó a hacer algunos intentos por su cuenta. "En junio, nos juntamos en otro encuentro con Víctor y él se vino conmigo a Villa Mercedes y se instaló casi un mes en mi casa. Nos encerramos a hacer varios instrumentos, de los cuales varios tuvimos que tirar. El primero que terminamos y probamos representó una emoción para los dos. Hasta lloramos al sentir cómo sonaba. Saber que lo habíamos hecho nosotros, con nuestras manos", relató, aún movilizado.
Tras esas primeras creaciones, Adrián siguió perfeccionándose y viajó a distintas murgas y carnavales para promocionar sus aparatos musicales. De a poco empezó a recibir pedidos y siete meses después de haber iniciado su emprendimiento, asegura haber vendido más de cien percusiones a provincias como Santa Fe, Río Negro, Buenos Aires, Tierra del Fuego, Corrientes, Entre Ríos y hasta prepara un pedido de veinte tamboriles para enviar a una scola de Brasil.
El joven aún no puede creer la buena aceptación que tuvieron sus productos y resalta orgulloso que es el único luthier en todo San Luis que fabrica este tipo de instrumentos. Incluso, es uno de los apenas cinco o seis artesanos que existen en todo el país.
Pero además es el único argentino que confecciona las percusiones de tipo 'vazadas', es decir que no tienen cuerpo sino que están vacías. "Es mi especialidad. La diferencia con uno normal es que podés llegar a afinaciones de tonos mucho más agudos y que se puede alcanzar una resonancia mucho mayor", explicó.
Tan bien le fue con sus experimentos, que ya logró desarrollar una marca propia, que bautizó con las siglas IVM, e incorporó a dos muchachos para que colaboren con él en el taller. Entre su 'catálogo' de productos se incluyen caixas, repiques, tamborines, agogo cuadruplos, rocars, bases, zurdas, cuicas, mano mazos, golpeadores, cintos, parches y todos los accesorios que necesita una batería de músicos.
En Villa Mercedes, las comparsas 'Aguará Guazú', 'Guanabá' y 'Kahoma' son algunas de las que utilizan sus creaciones. “Eso te pone orgulloso, porque a uno le cuesta salir de la fábrica y venir y seguir trabajando. Pero me reconforta saber que hago algo que otro lo toca y lo hace feliz. Más allá de lo económico, eso es lo que más me llena", finalizó.


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