Robó una ambulancia: deberá hacerse tratar

Dos especialistas, un psiquiatra y una psicóloga, entrevistaron a Maicol Joaquín Otogalli durante la semana que estuvo detenido, imputado por “hurto calificado” y “resistencia a la autoridad”. Los profesionales del Cuerpo Forense de la Segunda Circunscripción llegaron a la misma conclusión sobre ese diálogo que tuvieron con el joven. Presenta “signos y síntomas compatibles con un trastorno psicótico”. Eso podría explicar por qué hace una semana y media, de un instante a otro, en un momento impulsivo, se subió a la ambulancia en la que habían trasladado a su madre y condujo, a toda velocidad, con una cola de patrulleros detrás, de Justo Daract a Villa Mercedes.

La psicóloga Gabriela Bruno y el psiquiatra Martín Cippitelli adujeron que el joven de 21 años se notaba desorientado en tiempo y espacio. En cuanto a “su aspecto general se observa adecuado a su edad y situación”, pero poco colaborativo en la entrevista. Estaba ansioso, intranquilo, verborrágico, con la atención acelerada e hipervigilante, es decir como alerta a cualquier amenaza.

Sus facultades visuales y auditivas estaban alteradas, al igual que su juicio de la realidad. Le fue imposible, durante la charla, mantener una idea directriz. Su pensamiento era acelerado y desordenado, detallaron los especialistas en su informe.

“Creemos conveniente que Otogalli comience un tratamiento psiquiátrico y psicológico de manera urgente, debiendo contar con informes periódicos, en los que consten comienzo, continuidad y evolución de los mismos de parte de los profesionales intervinientes”, le sugirieron en sus conclusiones al juez Leandro Estrada.

Ante ese reporte psiquiátrico y psicológico del imputado, el magistrado decidió suspender la resolución en la que debía comunicar si procesaba al chico y ordenó que lo liberaran. “No podía seguir teniéndolo privado de su libertad. Tenía que estar con su familia” porque es alguien propenso a sufrir un brote psicótico, lo cual lo convierte en una persona peligrosa si está en una celda, comentó.

Eso no quiere decir que Otogalli haya sido declarado inimputable, aclaró. El estudio que hizo el equipo forense indica un trastorno mental, pero esa pericia por sí sola es insuficiente para sostener su inimputabilidad. “Por eso vamos a profundizar en medidas de prueba que nos confirmen si está o no en condiciones de comprender la criminalidad de sus actos”, explicó.

En el caso de que los análisis demuestren que carece de las facultades para entender  su criminalidad, será declarado inimputable y el juez tomará las medidas de seguridad que crea necesarias para tratarlo y contenerlo para que lo que ocurrió el jueves 12 o algo similar o peor no vuelva a suceder.

Por lo pronto, Estrada ordenó que el joven fuera tratado en el Hospital de Salud Mental de San Luis. “Sus familiares se comprometieron a acercarme el diagnóstico y el informe de las medidas que tiene que adoptar en el tratamiento”, dijo el juez. El chico ahora está bajo la tutela de sus dos hermanos mayores.

Los días previos al robo y a la alocada fuga que protagonizó Otogalli, su madre, Viviana, estuvo internada en la Clínica del Niño de Villa Mercedes. Había sufrido un ACV, producto de un aneurisma. Pero el jueves en cuestión, sus médicos le dieron el alta y le permitieron volver a su casa de Justo Daract.

Viviana lo hizo en una ambulancia de “Previsora Daract”, de Miguel Bueno. Eran las 14:20 cuando Brian, el hijo de Bueno, estacionó frente a lo de la paciente, en General Mosconi 692. “Frené la ambulancia, con los vidrios bajos, y me fui hacia atrás, donde descendemos las camillas. Bajé a la señora, la entramos a la casa y ahí lo veo a Maicol”, declaró el chofer ante el juez.

Otogalli estaba sentado en una silla. Brian contó que llevó a la mujer a su dormitorio y corrió hacia afuera. Presentía que algo malo había sucedido. “Y veo que la ambulancia se va”, relató.

Dijo que le pidió ayuda al conductor de una camioneta que paró. Subió al rodado y salieron tras la unidad sanitaria. La siguieron hasta una sucursal del banco Supervielle. Allí vieron una patrulla  y les avisaron a los policías lo que había pasado.

Los efectivos alcanzaron a Otogallí en la Autopista de las Serranías Puntanas, poco antes de llegar a Villa Mercedes. Allí, luego de un primer intento fallido, lograron cerrarle el paso.