Puigdemont se queda en Bélgica por “seguridad” y acepta elecciones en Cataluña
El presidente catalán destituido se comprometió a continuar defendiendo la independencia, concurriendo en los comicios regionales de diciembre convocadas desde Madrid.
El presidente catalán destituido Carles Puigdemont se quedará de momento en Bélgica por "seguridad" ante las causas judiciales abiertas contra él en España, pero se comprometió a seguir defendiendo la independencia, concurriendo en las elecciones regionales de diciembre convocadas desde Madrid.
"No estoy aquí para pedir asilo político", sino "para poder reaccionar con libertad y seguridad", aseguró Puigdemont en Bruselas hoy, cuatro días después de una proclamación de independencia que acabó siendo meramente simbólica.
En España pesa sobre él y los miembros de su gobierno una querella por rebelión y sedición al liderar este proceso de secesión, delitos penados con hasta 30 y 15 años de cárcel respectivamente.
Si bien aseveró que no "va a escapar de la justicia", no aclaró cuánto tiempo permanecerá en Bruselas: "hasta que haya la amenaza de no tener un proceso completamente garantizado (...) no habrá condiciones objetivas" para volver a Cataluña, afirmó.
Puigdemont "no está en Bélgica por invitación ni por iniciativa del gobierno belga", precisó más tarde el primer ministro de Bélgica, Charles Michel. "Será tratado como cualquier ciudadano europeo", con "los mismos derechos y deberes, ni más ni menos", aseguró.
Batalla electoral
Marchándose de la región días después de proclamar la nueva república, Puigdemont cedió sin resistencia la administración regional al gobierno español de Mariano Rajoy, que el viernes destituyó a su ejecutivo y adoptó medidas para tomar el control de Cataluña.
Autodenominándose "presidente legítimo de Cataluña", sostuvo que echó el freno para evitar males mayores en su choque con el poder central, incluso violencia en una sociedad cada vez más polarizada.
"No se puede construir la república de todos desde la violencia", dijo, y agregó: "Si esta actitud tiene como precio ralentizar el despliegue de la república, se tiene que considerar que este es un precio razonable".
"El proceso independentista no está ralentizado, está parado", señaló una fuente del gobierno español en Barcelona.
(AFP)
baja participación (43%).
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