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Una joven fue atropellada en una vereda y aún sufre secuelas

Por redacción
| 31 de marzo de 2017
Pasaje Juan Llerena. Está entre la avenida España y Tomás Jofré. Allí fue embestida la joven.

María Yalile Tarazi contó que salió de dejar unos contratos a unos clientes, en una productora audiovisual, sin imaginar que nunca alcanzaría a poner los pies en la calle. Antes de que lo hiciera fue embestida por un motociclista que iba por la vereda. “Pasé el umbral y volé por el aire, literalmente –le contó la abogada a El Diario de la República–, como uno ve en las películas. Estoy viva de milagro. Caí al lado de un poste. Tuve suerte de no golpearme la cabeza con la columna, sino, no estaría hablando de esto”.

 


Son muchas las complicaciones que Yalile ha tenido como consecuencia de la embestida que sufrió el martes 14 de marzo, que aún persisten. El hecho fue a las 17:30, aproximadamente, en Juan Llerena 1385, entre avenida España y Tomás Jofré, en la capital. Según el diagnóstico médico, tuvo una contusión cerebral severa.

 


Yalile tiene una asesoría legal, trabaja en relación de dependencia con el Estado. Además, tiene su estudio jurídico, donde lleva muchos casos, incluidos algunos por accidentes viales, en la faz civil. Nunca supuso que ella misma iba a ser parte de un expediente judicial. 

 


De hecho, cuando indaga a sus clientes para saber cómo ocurrió el suceso, una de las preguntas de rigor es si, efectivamente, no vio a la otra parte. “Ahora que me tocó  a mí vivirlo, tengo que decir que no vi, pero porque no tuve chance. Venía a todo lo que daba, por la vereda. No sé si habrá venido desconcentrado, o con auriculares puestos”, conjeturó.

 


Ya iba de salida de la productora, en dirección a su auto estacionado en la calle, cuando sintió el impacto de la moto de gran porte, que iba por la vereda, pero en sentido opuesto a los vehículos. “No me dio tiempo ni siquiera a tirarme para atrás. Me lanzó por el aire. Tuve un corte en la cabeza, que me causó un gran sangrado. No recuerdo ese momento, pero sí lo que pasó después. No perdí el conocimiento”, narró.

 


Francisco Nellar, pareja de Yalile, es quien la auxilió junto a otras personas que estaban en inmediaciones a la productora. “Mi novio me vio y gritaba desesperado, porque veía que me salía mucha sangre. Me acuerdo perfectamente del motociclista. Es morocho, de pelo corto, alto, de contextura grande. Se volvió para pegarle a mi novio, que le gritaba. A mí me decía ‘no te hice nada, hija de p...’. ‘Me mataste’, le dije. Y él me contestó ‘callate, actriz”, relató.

 


Según consta en la presentación que Nellar hizo días después en Accidentología Vial, el motociclista andaba en un rodado de 250 centímetros cúbicos y sería de apellido Altinier.

 


En esos días posteriores, por recomendación de los especialistas, Yalile tuvo prohibido leer o ver televisión. Tampoco pudo, en los primeros días, higienizarse sola. Quedó con hematomas y lastimaduras en distintas partes del cuerpo. “Tengo para un mes de inactividad. Debo hacer reposo y, pasados los días más críticos, hacer kinesioterapia. La verdad es que fue tan fuerte el golpe que no puedo ni moverme”, aseveró.

 


A las secuelas en la salud se sumó la imposibilidad de desarrollar su trabajo en forma normal. Ello incide, por ende, en sus ingresos. Al margen de eso, según explicó la joven, la razón por la que resolvió hacer público su caso “es que nadie viva una situación como ésta, que no se repita”.

 


Para Yalile, lo sucedido es en extremo grave, no sólo porque el motociclista infringió las normativas viales, sino también porque mostró indolencia. A tal punto que, a su entender, incurrió en un abandono de persona. “No se detuvo. Distinto sería si hubiera parado, si se hubiera acercado después, con un gesto de interés por mi salud. Es más, se fue y después regresó, pero para hacerle frente a mi novio. Unos testigos me contaron que familiares del motociclista, que tienen un comercio a la vuelta de la productora, fueron y baldearon la vereda, para limpiar mi sangre, y así borrar pruebas”, narró.

 


Tras la embestida, y ante la desesperación porque la atendieran rápidamente, Francisco optó por llevar a Yalile al Sanatorio Rivadavia en un auto particular, y no esperar la ambulancia. Estuvo tres días internada.

 


Contó que tiene un problema de salud precedente –un aneurisma en la aorta–, y que esto le trajo secuelas indeseadas, tales como vértigo –por la dificultad para mantener el equilibrio–,  vómitos y ataques de pánico. Tiene miedo a salir a la calle. También debió hacer una consulta con un neurólogo, para confirmar si no ha habido otras consecuencias.

 


Iniciará acciones, para que la Justicia investigue la conducta del motociclista. Para ello, ya buscó el asesoramiento del penalista Carlos Salomón.

 


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