La directora y la maestra de la escuela “Florentino Ameghino”, a la que Florencia Di Marco fue hasta mediados del año pasado, no son las únicas testigos de Mendoza que estaban citadas a declarar esta semana en el Juzgado Penal 3 de San Luis. Pero sí fueron las únicas que vinieron.
Otros testigos mendocinos que "pegaron el faltazo" “se presentaron en la Fiscalía de San Martín, argumentando que no iban porque no tenían recursos para viajar”, contó una fuente de la investigación del crimen de la nena violada y estrangulada por su padrastro en marzo.
Ante una situación así, la jueza Penal 3, Virginia Palacios, tendría dos posibilidades. O hacer declarar a estos testigos mediante exhorto, o mandar a una comisión policial a conducir a estos testigos.
La primera opción implica que les tome testimonio una autoridad judicial de Mendoza, con la limitación de que, al no llevarla adelante, ésta no conoce la causa en profundidad, como los investigadores puntanos. Y ello incide, por ejemplo, en la calidad de las preguntas que se le hacen a un testigo, en qué se busca ahondar, o a dónde apuntar. Por ello, según la fuente, la magistrado se inclinaría por la segunda opción.
Quiere tener aquellas declaraciones consideradas relevantes, de personas que tuvieron algún tipo de vinculación con la nena asesinada, o con los dos detenidos por el crimen, su mamá, Carina Di Marco, y su padrastro, Lucas Gómez.
Traer a estos testigos implica tomar la decisión de poner ciertos recursos a disposición. La fuente cree que el interés de la jueza puede tener eco, ya que “éste no es un caso cualquiera”, consideró, en referencia a la gravedad del delito, al impacto que tuvo en los medios de comunicación y la conmoción social que generó.
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