La jefa del subprograma "Familia Solidaria", Claudia Aberastain, aseguró que en San Luis hay 105 familias solidarias puras (sin relación directa con el menor, adolescente o anciano). Según el último relevo de mayo, hay 161 niños en el sistema. A pesar de esta cifra, solamente tres fueron dados en adopción este año. La funcionaria sostuvo que es necesario agilizar las leyes en el país para que los menores no estén años deambulando en hogares transitorios.
-¿Cuándo surge Familias Solidarias?
-En 2003 el Gobierno decide crear el sistema de protección. Un año más tarde, se prioriza que todo niño en situación de vulnerabilidad ingrese al sistema y en 2006 se aprueba la ley de la prohibición de la institucionalización, ya sea pública o privada.
-¿Cómo funciona el subprograma?
-Es un sistema de protección integral de niños, niñas, adolescentes, adultos mayores y personas con discapacidad. Se toma como medida excepcional porque es la última a la que recurre la justicia a la hora de determinar la situación de una persona en riesgo de vulnerabilidad. Se determina cuando no hay familia extensa o un referente afectivo. Dura seis meses y puede ser extendido por un período más pero la idea es que no permanezcan en el sistema, sino que vuelvan al seno de la familia. Hay que aclarar que no todos los chicos que ingresan a familias solidarias están en situación de adoptabilidad.
-¿Cuántas familias solidarias hay actualmente en San Luis?
-Pocas. Por eso estamos viajando al interior y realizando campañas de concientización, porque mucha gente sabe que existe pero no sabe dónde ir ni cuáles son los requisitos. La demanda es importante y debemos resolverlo. La idea es que la gente conozca más y se sume. Según los datos del último informe correspondiente a mayo hay solamente 115 familias solidarias en total. Son 180 niños los que están en el sistema, 34 adultos, 18 personas con discapacidad y 8 con dificultades de salud mental. Necesitamos más hogares. La mayoría son extensas, es decir, que tienen a cargo a un familiar.
-En caso de cumplirse el año, y el menor sigue en el sistema, ¿cómo se actúa?
-La justicia vuelve a prorrogar por seis meses más y continúa con la misma familia.
-¿Del total de chicos que está en el sistema, cuántos fueron adoptados?
-Este año sólo hemos tenido tres casos. Y hay muchos informes en los que se le ha pedido a la justicia que se revea la situación de menores que están hace mucho tiempo en familias solidarias.
-¿La justicia le da prioridad a las adopciones?
-Están tan desbordados como nosotros porque la demanda que hay de niños y adolescentes en riesgo de vulnerabilidad es tremenda. Tengo oficios de hoy y tengo que leer cada uno, ver si son casos nuevos o no. Debemos priorizar el interés del niño. Y estamos trabajando para ello.
-¿Considerás que en Argentina se podría agilizar la adopción?
-Sí, totalmente. Se debería flexibilizar un montón y modificar. La realidad muestra la necesidad de la población y la vemos con los casos que llegan al subprograma. Y hay que agilizar y cambiar las leyes. Se debe priorizar el bienestar del niño porque nos pasa en familias solidarias que se crean vínculos porque pasan mucho tiempo, un año o dos.
-¿Una familia solidaria puede adoptar al menor que cuida?
-No, porque son dos instituciones totalmente diferentes. Ellos tienen muy en claro que son de transitoriedad. Es sólo por un tiempo hasta que se resuelva la situación judicial. Cuando la familia quiere formar parte del sistema, tiene un proceso de selección y tienen que superar todas esas instancias y los técnicos determinarán si esas personas son aptas. Si no tenés claro que es transitorio, en la primera instancia ya quedás afuera.
-¿Las familias solidarias son personas que tienen relación directa con el menor?
-Están divididas en dos tipos: puras y extensas. Las primeras son personas que no tienen lazo con los menores o adultos y quieren formar parte del sistema. Se realiza un proceso de selección que consta de tres entrevistas psicológicas a cada integrante. Una vez que las aprobaron se realiza el estudio socioambiental a cargo de un asistente social. Si el informe de los dos da positivo, nos determinan la aptitud para formar parte del sistema.
- ¿A quiénes se considera como familia extensa?
-Abuelos, tíos o cualquier pariente que tenga un tercer grado de consanguineidad. También pueden ir con alguna persona que tenga un lazo afectivo como un padrino o un vecino que quiere hacerse cargo. Si no existe nadie apto, se recurre la orden de que sean ingresados al sistema de familias solidarias.
-¿Pueden optar por la edad de la persona que van a cuidar?
-Sí, en el proceso de selección se les pregunta. Algunos prefieren bebés, otros que no están en edad escolar o adolescentes varones porque tienen hijos de la misma edad. Cuando nos llega una orden, buscamos en el listado qué familia está apta para recibir al menor o al adulto mayor. Y luego, se comienza con el seguimiento.
-¿Reciben algún tipo de ayuda económica?
- Sí, reciben un subsidio para solventar cualquier situación médica porque se supone que el espíritu es solidario.


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