Sandra De Oliveira: la chica músculo

Sandra de Oliveira tiene 29 años, hace 15 que entrena perfeccionando “un físico atlético que huye del desarrollo muscular que hasta ahora mostró el culturismo femenino”. Las condiciones de la misionera, radicada hace cinco años en San Luis,  son las que define la IFBB (International Federation of Bodybuilding and Fitness) en las normas de la categoría Women Physique en la que Sandra es número 1 del país, tras el Argentino que la coronó en Buenos Aires el 20 de agosto y que le permitió integrar el seleccionado argentino.

Sandra entrena a diario en el Campus “Arturo Rodríguez Jurado” de la Universidad de La Punta y el próximo fin de semana competirá en el Sudamericano, con la chance concreta de transformarse en profesional. Por el mismo camino va la mercedina Andrea Rivarola Fernández, en categoría Body Fitness Junior.

El torneo en Costa Salguero, en Buenos Aires, dará siete carné profesionales para el Arnold Classic, máxima competencia mundial creada por Schwarzenegger.

“Este es un deporte amateur y los campeonatos más importantes son Ms. Olimpia, el Mundial y el Arnold Classic”, comenta Sandra, quien entrena 90 minutos a la tarde y 60 por la noche, de lunes a sábados bajo las órdenes de Mauricio Rosales. “El entrenamiento es duro, eso es lo que buscamos y lo que gusta, me encanta entrenar piernas aunque me hace sufrir demasiado, siento un dolor tremendo. Pero sin el dolor no está el resultado, estoy en este deporte desde hace muchos años y cuando no me dolían los entrenamientos, faltaba algo; es ahí cuando rompés la fibra y luego se regenera, ganás tono muscular y volumen”, describe.

“Buscamos la perfección muscular, la asimetría. Trabajamos con peso y muchas repeticiones y combinaciones, más la parte aeróbica”, cuenta y da un ejemplo: “El jueves fueron 80 kilos de remo, con dorsal al pecho con 40 kilos y poco descanso. En un momento el músculo quema tanto que no podés ni levantar un centímetro”. Sandra se reconoce con “buena genética, siento mi fuerte en las piernas —determinantes en la puntuación— y el dorsal es el débil”.

La presentación en el escenario tiene dos pasadas y puede llegar a un minuto y 20 segundos cada una. Además de las poses reglamentarias, si la definición está reñida se puede prolongar a cinco minutos.

Las damas compiten como bikini, wellness, body fitness, women physique y culturismo, de acuerdo a la altura (1,63 para la división de Sandra, que pesa 63,800 kg.).

“Soy más chica que las culturistas, no tengo que tener tanto volumen, y soy más grande que las body fitness, hago coreografía como la fisicoculturista”, remarca De Oliveira y cuenta cómo cambió desde que está en el Campus de la ULP.

“Me cambió en muchos aspectos. Tenía un dolor de un año en el nervio ciático, con el que pensé que iba a convivir, y los kinesiólogos me lo sacaron… tengo mucha contención de la psicóloga, trabajamos un montón y ella de una manera muy completa se ocupa de todo y se preocupa por todo; siento que es un pilar muy importante en mi vida. Además los profesores siempre están pendientes de la postura en los entrenamientos y de cada detalle. El deportólogo hace un seguimiento con una atención puntual, y la nutricionista combina la dieta de acuerdo a cada situación. Antes sentía fuerza pero al entrenar me cansaba, y pensaba que lo solucionaba durmiendo; ahora me coordina el suplemento y cada comida, así me siento plena. Estar en el Campus y entrenar acá es lo que un deportista sueña, hoy en un gimnasio no podés, por ahí necesitás una máquina y está ocupada, perdés tiempo y tu entrenamiento pierde el objetivo”, comenta la "Chica Músculo".

De Oliveira ya tuvo dos chances, en 2010 y 2013 de llegar al Arnold Classic, pero por diferentes situaciones no pudo.

“Este año tiene que ser. Espero clasificar en el Sudamericano y en noviembre hay un torneo en Córdoba que le da al ganador pasaje al Arnold Classic, que antes sólo se hacía en Ohaio, Estados Unidos, y ahora también en España y en Brasil. El campeonato de Córdoba te da los pasajes para Brasil”, cuenta Sandra con el objetivo claro.

Llegar a profesional en el mundo del fisicoculturismo, representa que las marcas de suplementos, de ropa y gimnasios hagan inmediatos contratos a los atletas.

Por lo pronto Sandra se dedica a la pastelería y da clases en un gimnasio para generar el impulso económico que le permita estar en las competencias, buscando ser una Women Schwarzenegger... y no se trata de ninguna película, es pura verdad.