"Beluga Vodka Night” en Potrero de los Funes: la estepa rusa en las sierras

Darle el marco adecuado a la fiesta más importante del año no es fácil. Pero la combinación de ideas renovadoras, un espacio cool y una bebida espirituosa de alto octanaje lograron que los dancers disfrutaran de “Beluga Vodka Night” en La Mansión de Potrero de los Funes.

La productora local Unight junto al vodka ruso Beluga Noble fueron los anfitriones en la despedida a 2017, en el último evento top de diciembre. Y del que hablarán varios meses por delante.

“Nuestro objetivo es crear un contexto social para que el público interactúe y disfrute de una experiencia de gran calidad artística y técnica”, destacó Luciano “Luchino” Tessi, quien junto a Esteban Enriz manejan Unight.

Aunque la premisa era esperar el amanecer, varios ansiosos llegaron a la fiesta cuando todavía había rayos solares sobre sus cabezas, algunos con gafas oscuras, anticipando el folclore de la música electrónica: anteojos negros, agua y mucho movimiento en la pista bajo luces intermitentes.

El novedoso concepto de fiesta itinerante combinó arte y música, con la presencia de tres Djs reconocidos, con cocktelería y cocina de autor, en la pericia manual de chefs y bartenders.

Con el WiFi propio del espacio, la mayoría de los asistentes compartió desde las redes sociales al resto de los mortales cómo disfrutaban. La postal más buscada fue desde la terraza frente al lago Potrero, con las luces del Hotel Internacional y del circuito que se reflejaban sobre el espejo de agua.

Hubo degustaciones de Beluga Noble, donde atractivas modelos entalladas ofrecían opciones para beber el vodka ruso.

Las posibilidades de probar el elixir espirituoso eran beberlo como un forajido del lejano oeste (trago cortito con chupito), como un cosaco en la estepa rusa (en un vaso, solo, con hielo) o como un dandy (combinado con jugos frutales).

Las opciones en la barra fueron de bebidas tradicionales al imbatible fernet, y cervezas importadas y espumantes con energizante.

También se paladearon platos salados, con bruschettas de salmón con caviar y las de jamón crudo con salsas de camarones, entre las favoritas, preparadas en el momento por Claudio y Diego Rosales del restó Ananda. “Este tipo de comidas deben servirse así porque se disfrutan mejor frescos, y no que queden armados y que después los lleven a la mesa”, instruyo Claudio, el hermano mayor, egresado de Borja Blazquez.

Pero antes de todo eso, y al aire libre, el Dj puntano Fran Morelli desde sus bandejas creaba un ambiente especial en “Terraza Beluga Moda”, entre las columnas estilo romano que sostienen el balcón principal.

Sus máquinas (bandejas y mezcladoras) estaban sobre un tablado con barriles cerveceros como soporte y los racks al lado.

Sin dudar fue el que tuvo el set más largo: comenzó a horario pero la impuntualidad puntana lo obligó a extenderse hasta lograr un público homogéneo y participativo. Aun así, los que  llegaban se acoplaban a los grupos y departían. Hedonistas, bailaban y se filmaban en ronda con los flashes de sus celulares. Costumbres millenials que coparon esas pistas.

Lejos de todo protocolo de vestimenta, hubo hipsters barbudos con camisas y jóvenes lampiños con bermudas; chicas con vestido largo o de shorts candentes, con taco alto o zapatillas, no había una regla para la etiqueta. La comodidad para bailar era lo esencial.

La Dj Manuela Hidalgo es una dominicana radicada en Buenos Aires que dejó de tocar sesiones para estudiar Cine, y sólo se presenta en ocasiones especiales. Como en esa noche puntana. Con su estilo, para nada oxidado, logró que los bailarines se acercaran a la cabina, mientras millones de puntos reflejados en las bolas de espejos rebotaban por todos lados y las pulseras vip brillaban flúo con las luces negras.

Más tarde -y hasta finalizar la noche- la sesión del Dj Ezequiel Arias se escuchó desde todos los sectores pero se disfrutó dentro, en un espacio vip matizado con color blanco, con sillones estilo francés, puffs y mesas ratonas que se decoloraban con los tachos de leds al ras del suelo y juegos con laser en los muros. La prestidigitación desde las perillas de Arias fueron los beats más celebrados del encuentro.

En las espaldas del público, la proyección en una de las paredes mostraba clips con el producto etílico como protagonista.

Salir al balcón a tomar aire fresco y apreciar la panorámica fue el momento top de todos los que hubo esa noche.