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El concurso Logo se quedó en la escuela "Fray Luis Beltrán"

Genaro Farías, Claudio Duvara, Jeremías Viñolo y Mauricio González de quinto año lo ganaron con un “sistema de riego automático para campos” con el fin de aprovechar el agua donde escasea.

Por redacción
| 19 de noviembre de 2018
El equipo: Claudio Duvara, Jeremías Viñolo, Genaro farías y Mauricio González mostraron con orgullo el premio que ganaron. Foto: Marianela Sánchez.

Cuatro alumnos de quinto año B de la Escuela Técnica “Fray Luis Beltrán” ganaron un concurso realizado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de proyectos tecnológicos, patrocinado por la empresa alemana Siemmens. Genaro Farías, Claudio Duvara, Jeremías Viñolo y Mauricio González idearon y concretaron un “sistema de riego automático para campos” con el objeto de aprovechar el agua en aquellos lugares donde ese recurso vital escasea. 

 

Los chicos se hicieron acreedores a un viaje de estudios que podrán concretar el año que viene en cualquier punto de la Argentina, pero además el establecimiento recibirá un kit de productos tecnológicos educativos de última generación, fabricados por esa marca, para el dictado de clases. 

 

La empresa Siemmens convoca hace cuatro años a escuelas de todo el país para que presenten proyectos innovadores, que además sean posibles de concretarse, y selecciona a cuatro ganadores, según esa cantidad de regiones, para que luego vayan a su edificio central en Buenos Aires a exponer frente a un jurado que elige al mejor. “Primero tuvimos que competir con otras catorce escuelas de la región de Cuyo, en Mendoza, y ahí sacamos el primer lugar. Pero además otro equipo del otro quinto de nuestra escuela se quedó con el segundo puesto”, contó Jeremías. 

 

La semana pasada fueron convocados a exponer su proyecto junto a otros alumnos de escuelas secundarias de Bahía Blanca, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de Santa Fe. Mauricio dijo que “no fue fácil, porque estábamos muy nerviosos y además nos tocó exponer primeros. Lo bueno fue que el jurado se guió por la forma en que nosotros contamos el proyecto y los otros tuvieron que hacerlo igual.

 

Por ejemplo, nosotros contamos las visitas que hicimos al campo para confirmar que funcionara el dispositivo y después a los otros les preguntaron si hicieron lo mismo. Y no todos lo habían hecho de esa forma. Creo que eso nos benefició”.

 

Después de la exposición les dieron media hora para comer mientas el jurado decidía quién era el ganador y al terminar de almorzar otra vez volvieron al salón: “Estábamos ansiosos porque vimos que hubo otros trabajos que también estaban muy buenos, pero nosotros queríamos ganar. Además siempre tenemos competencia con los chicos de Bahía Blanca que lo ganaron los últimos tres años y esta vez queríamos ganarles. Cuando nos dijeron que habían elegido el nuestro porque habíamos usado el agua como elemento natural importante nos sorprendimos, fue una gran emoción, nos abrazamos los cuatro y saltamos de alegría”, recordó Jeremías.

 

El cuarteto respondió que cuando egresen el año que viene les gustaría dedicarse a resolver problemas a través de la tecnología “porque se aprende mucho. Nosotros ahora sabemos mucho más de lo que necesita y cuáles son las problemáticas de un campo gracias a este proyecto. Además aprendimos mucho de programación que para el futuro nos servirá muchísimo”, agregó Mauricio.
 

 

Sistema innovador

 

Claudio explicó que “la idea fue automatizar el sistema de riego en un campo mediante un sistema de bombas que van enviando el agua a los sitios donde es necesario, sin necesidad de que una persona tenga que trasladarse hasta los lugares alejados donde están esos motores. Pero además está diseñado para que la energía que activa esas máquinas sea renovable, en este caso mediante paneles solares”.

 

El proyecto también incluye un dispositivo móvil por el que se pueden activar y desactivar las bombas, como si fuera un control remoto. “Los módulos que integran este sistema tienen un chip que envían y reciben mensajes de texto codificados todo el tiempo. Por eso determinados mensajes que reciben les ordena que enciendan o apaguen las bombas”, explicó Genaro.  

 

Jeremías agregó que “el circuito utiliza unos módulos de comunicación que son los que habilitan el encendido de las estaciones de bombeo cuando falta agua en alguno de los tanques instalados en el establecimiento. Ya sea para la casa, el bebedero de los animales o algún sembradío que necesita ser regado. Y cuando se cumple con la tarea de llenado, también se corta automáticamente. De esa manera se evita poner a una persona especialmente para hacer esa tarea de encender y apagar las bombas. En cambio puede utilizar ese tiempo para hacer una tarea más productiva”.

 

Pero el mayor desafío para ellos vendrá ahora porque según contaron ya se comunicaron con los responsables del INTA que tiene a su cargo el proyecto Prohuerta. “Porque tienen un sistema de riego de las mismas características que el nuestro, aunque no es automático. Nos contactamos con ellos para poder automatizarles el sistema con el fin de que una persona no tenga que trasladarse a encender y apagar las estaciones de bombeo como lo hacen ahora. Ese era un problema que ellos ya estaban teniendo en cuenta”, destacó Mauricio.   
 

 

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