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En Merlo es una tradición que lleva más de 15 años

Venden productos orgánicos. Empezó a funcionar por necesidad de los quinteros locales en la crisis del 2001.

Por redacción
| 04 de noviembre de 2018
Cada sábado. Los productores de los Comechingones hacen su encuentro. Foto: gentileza.

Por la crisis económica que se desató en el país durante 2001, en el predio de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario (Avenida del Ciprés y Coronel Pringles) se instaló un grupo de quinteros que contaban con huertas orgánicas y que además ofrecían productos medicinales a partir de hierbas aromáticas. Hoy se han convertido en la "Feria Franca de Merlo", constituida por los productores locales más importantes de la ciudad donde cada sábado (de 9 a 13) treinta  feriantes ofrecen desde frutas y verduras hasta cerveza artesanal, fiambres y quesos.

 

Ahora el gran desafío que se han propuesto es lograr que el Municipio les dé autorización para instalarse en la Plaza Sobremonte como fue la idea original hace 17 años. “Justamente estamos haciendo reuniones porque queremos ponernos de acuerdo en tener un lugar en la plaza, porque incluso desde el punto de vista turístico la gente busca estas ferias. Sobre todo porque Merlo está relacionado con la cultura orgánica, por eso nos gustaría favorecer el regreso de la feria al lugar más concurrido de la ciudad”, contó Lucía Miranda, secretaria de Turismo del Municipio.

 

Martín es uno de los nuevos emprendedores que sumó a la Feria hace poco menos de un año con su cerveza artesanal Garinger. Contó que hoy está en trámite la personería jurídica de la feria y que se rigen por una suerte de estatuto: “Solo pueden feriar aquellos que tienen producción propia de alimentos o medicamentos naturales. Y permitimos algunas artesanías pero siempre y cuando sea un porcentaje menor que el producto alimenticio”, explicó.

 

“En la feria el consumidor se encuentra con gente que tiene una producción pequeña y que básicamente trata de subsistir de manera independiente, lo cual no siempre es fácil y menos cuando no se cuenta con una inversión inicial importante. Somos gente que trabajamos conscientemente porque nuestros productos son sanos, buscamos que sean lo más naturales y saludables posibles con la intención de que el productor llegue directamente al consumidor y se pueda alcanzar un precio justo”, explicó.

 

También dijo que “otra cosa que buscamos es fomentar el desarrollo de la economía regional y que la gente se acostumbre a consumir productos locales, que no sean industriales, que no se promocione la reventa y que sea un comercio justo. Y si alguno está un poco más caro que el industrial, el cliente igual prefiere comprarlo en la feria porque reconoce su calidad".

 

El joven cervecero indicó que "hoy vivimos en una cultura donde se prioriza el producto y olvidamos que detrás está el trabajo de las personas, que es lo más importante. Su calidez humana, conocer a cada uno  que le cuenta a su cliente cómo lo hizo; que además vos sepas que con esa compra estás apoyando a alguien que está tratando de  hacer más sustentable el comercio sin destruir el medio ambiente, me parece que es lo más importante de la feria”.

 

En el predio cada sábado por la mañana se ofrecen dos importantes verdulerías orgánicas, pero además artículos de panificación, embutidos, quesos, productos veganos, comidas saludables, plantas medicinales y elementos naturales de tocador, dulces artesanales, cervezas y bebidas frutales, infusiones como té y café de distintas semillas y hierbas de la zona. Además una comunidad de campesinos ofrecen pollos y huevos de granja.               

 

Pero también, y de manera permanente, está la "Feria Municipal de Artesanos" que se ubica al costado de la ex terminal de ómnibus (Presbítero Becerra y Los Almendros). Sobre la Avenida del Sol se ubican otras dos que tienen sus particularidades: “Manos al Arte, que funciona en un predio que la Municipalidad le presta a una cooperativa de artesanos que es la encargada de organizar y administrar las actividades que se realizan allí y la otra que se llama 'La Paloma', que el dueño es un privado y él es quien pone las reglas. Nosotros sólo realizamos las inspecciones para que cumplan con las reglamentaciones municipales”, contó Miranda.  

 

Otra opción que puso en marcha la Intendencia durante la última temporada de verano, fue el encuentro “Manos Merlinas”, que se estableció en la plaza Sobremonte durante tres días con los mejores hacedores de artesanías de toda la zona de Comechingones a donde fueron invitados destacados que llegaron desde otras provincias. “La hicimos durante la segunda quincena de enero durante un fin de semana donde además invitamos a los productores de cerveza artesanal y gastronómicos de nuestra zona", dijo la funcionaria. Contó además que "se deben registrar en la Municipalidad y los artesanos estables, que ya están autorizados por nosotros, son los que hacen la fiscalización para confirmar que sean realmente artesanías y no manualidades o revendedores”.

 

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