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Crecen las afecciones y problemas de visión entre los niños y jóvenes

Investigaciones dejan en claro esta tendencia mundial que también se refleja en San Luis.

Por redacción
| 05 de febrero de 2018
Cuidado. Visitar regularmente al oculista permite un correcto seguimiento de las afecciones.

Lo que estaba a lo lejos y era percibido con sus contornos claros, rectos y angulosos va perdiendo esa cualidad y lentamente las líneas se hacen anchas, las figuras carecen de esas formas diáfanas y lo que era claro deja de serlo.

 

El objeto no cambió, lo que se modifica es la percepción y con esta modificación todos los caminos conducen al oftalmólogo, a los anteojos para que con un elemento externo ayude a la corrección.

 

La distorsión que provoca esta afección, muchas veces se debe a la miopía  que evidencia un patrón casi mundial, ya que muchos estudios reflejan una tendencia: los porcentajes de este padecimiento, de esa dificultad para ver objetos que están lejos, están aumentando. Los números detrás del fenómeno hacen que se indaguen las causas. Algunas conclusiones, también generales y que están siendo continuamente revisadas hablan de que esto se debe tanto a un aumento en el tiempo en el trabajo frente a la computadora como a una baja en la cantidad de horas que se pasa al aire libre.

 

Otros exponen que lo hereditario marca radicalmente que aparezca la enfermedad. Lo concreto es que la tendencia se repite en muchos otros países, lo que lleva a los oftalmólogos a preguntarse qué es lo que estaría causando esta declinación en la visión de los seres humanos.

 

Una de las investigaciones más completas que se han publicado recientemente fue la del Instituto Nacional de los Ojos de Estados Unidos, que forma parte del Instituto Nacional de la Salud, quienes descubrieron que los porcentajes de miopía en personas de 12 a 54 años pasó de un 25 por ciento en 1971-72 a un 41,6 por ciento en los 1999-2004.
El crecimiento de las afecciones en la visión tiene su correlato en San Luis, que ejecutó el año pasado una iniciativa en la que se acercó al oculista a los chicos y desde marzo a diciembre se revisaron más de 10 mil niños y jóvenes en edad escolar.
Una de las responsables del Programa "Veo Bien", que revisó, recetó anteojos y en algunos casos intervino quirúrgicamente a los afectados, Carina Perreti, explicó que "el porcentaje de patologías refractarias detectado en la cantidad de chicos revisados fue del 8 al 10 por ciento, y entre estos trastornos refractarios se encuentra la miopía, y es una cifra que coincide con las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud". 
Los números desprenden que de los 10 mil chicos visitados, entre 800 y 1.000 tienen este tipo de patología.
De todas formas dejó en claro que de acuerdo a los datos que aportaron los oftalmólogos que trabajan en el plan "la mera exposición a la tecnología cómo a los celulares, computadoras, no estaría relacionado directamente con la miopía  pero si dan síntomas como lagrimeo, fotofobia, cansancio, irritación pero la miopía está más relacionada a los antecedentes hereditarios de los pacientes". 
El jefe del Programa Medicina del interior, Juan Pablo Ojeda, fue quien comunicó en diciembre del año pasado que fueron 10 mil alumnos "de cada rincón de la provincia" e informó que entregaron más de 600 pares de anteojos.
En San Luis los especialistas que atienden en los consultorios también evidencian este creci

 

miento en las enfermedades de la vista y aportan una mirada local.

 

La investigación
En Estados Unidos se realizó uno de los estudios más importantes de los últimos tiempos que abarcó a gente con un grado de miopía de leve a grave. 
La principal autora de este estudio, Susan Vitale, investigadora especialista en Epidemiología del Instituto Nacional de los Ojos de Estados Unidos  aseguró: "Nos marca la necesidad de realizar investigaciones para analizar las causas de la miopía y los factores que podrían prevenirla".
Así lo publicó en dos revistas especializadas y que fueron tomados por el diario el País de España y Clarín de Argentina.
David Friedman, profesor de Oftalmología y Salud Internacional en el Instituto de los Ojos Wilmer en el Centro Médico Johns Hopkins expone en esta notas que "todas las evaluaciones muestran un cambio grande en los porcentajes de miopía y no está del todo claro por qué ocurre esto", 
 Friedman dejó en claro que cree que el factor hereditario influiría mucho en el riesgo de contraer miopía pero aclaró que los factores ambientales también inciden. Cualquier actividad que exija pasar largos períodos mirando de cerca, como la lectura, puede modificar la forma del ojo. Trabajar mirando de cerca, en especial, hace que el ojo se vuelva algo más largo. 
Especificó que mirar a la distancia relaja el ojo. Las tendencias sociales también ejercen su incidencia. "Hoy muchos chicos crecen frente a una computadora, cuando antes pasaban su tiempo en campos de juego. En lugar de jugar a las escondidas en las plazas, siguen los movimientos de un cursor a unos 30 centímetros de distancia de sus ojos, aproximadamente", dijo.

 

 

En Europa 

 

Otro informe que consigna la misma perspectiva pero centrado mayoritariamente en Europa fue publicado recientemente por el diario El País. Estuvo a cargo de Chris Hammond, profesor de oftalmología en el King's College London y Katie Williams investigadora de oftalmología de la misma institución. 
El artículo original fue publicado en inglés en la web The Conversation y expone: "Hemos descubierto que casi la mitad de los europeos de 25 a 29 años son miopes, y el porcentaje se duplica entre los nacidos en la década de 1960, si se los compara con los nacidos en la de 1920".
Además ponen en evidencia una cifra de lo que parece una epidemia en otra parte del mundo. "En el sureste de Asia, afecta ahora a casi el 90 por de los estudiantes al acabar la educación obligatoria".  
"La vista corta suele aparecer durante la infancia, y se produce cuando el ojo crece demasiado a lo largo (miopía axial). La consecuencia es una visión lejana borrosa que exige una corrección con gafas, lentes de contacto o cirugía refractiva con láser, lo que conlleva molestias y gastos", aseguran.
 "Además, ser miope eleva el riesgo de padecer enfermedades que afectan a la visión como el desprendimiento de retina y la degeneración macular miópica (disminución de grosor de la zona central de la capa del ojo que capta la luz)", aseguran.
Además arriban a la conclusión de que "se están produciendo cambios en la anatomía de los ojos como consecuencia directa de la vida moderna; había menos miopía cuando la gente llevaba una vida más rural y antes de la educación masiva de la segunda mitad del siglo XX".
Y aseguran que "existe una necesidad acuciante de entender el modo en que nuestro entorno, posiblemente en conjunción con los genes, aumenta el riesgo de sufrir miopía".
Y concluyen: "Debe de haber algo en el estilo de vida moderno que propicie esta afección. Los seres humanos hemos sufrido muchas adaptaciones evolutivas beneficiosas para garantizar que estamos bien adaptados a nuestro modo de vida".

 

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