Facundo Rodríguez Iannello
Dirigente del Partido Justicialista
Baterías portátiles
Hace un tiempo hablamos sobre las baterías de los teléfonos inteligentes, y la “deuda” que los fabricantes mantienen con los usuarios en este aspecto, teniendo en cuenta que existen pocos equipos con una gran capacidad de carga, el resto es aceptable o mala. El smartphone promedio no dura más de un día sin que tengamos que enchufarlo nuevamente: pantallas más grandes, con mucho brillo y alta resolución, aplicaciones y juegos que consumen más recursos y diseños estéticos; son características que logran que nuestro equipo se destaque del resto, pero que también son enemigas de la duración de nuestra batería.
Hace algunas semanas observaba el inconveniente que presentó Apple al reconocer que la última actualización de su sistema operativo iOS ralentizaba los IPhone de manera intencional, para lograr una mayor autonomía, lo cual derivó en miles de reclamos y hasta demandas de parte de sus clientes. ¿Es preferible un teléfono más lento pero con mayor duración de batería? Por supuesto que si nos dan a elegir, todos deseamos un equipo que sea ágil y que resista más de un día sin tener que cargarlo.
Una buena alternativa a esto son las baterías portátiles, ya que nos permiten cargar nuestro teléfono inteligente, en cualquier momento, sin necesidad de tener que conectarlo a la corriente. ¿Cómo funcionan? Estas baterías funcionan como acumuladores de carga, se enchufan a cualquier puerto USB y –dependiendo de su capacidad- se completan de energía, para luego ser transferida a nuestro smartphone. Funciona muy sencillo: lo conectamos a nuestra computadora, televisor, consola de videojuego o cualquier aparato eléctrico que posea puerto USB y lo dejamos el tiempo necesario para que se complete su carga, luego –al momento de necesitarlo- enchufamos nuestro teléfono en esta batería y conseguiremos cargarlo por completo.
Existen diferentes tipos de modelos y precios, dependiendo de su capacidad de carga, marca y tamaño. El costo varía según los mAh “mili amperios horas” que tenga el dispositivo, lo que nos indica su capacidad. De esto dependerá si puede completar una, dos o tres cargas al 100% de nuestra batería. Una marca aceptable de una batería de reducido tamaño con la cual podremos cargar un teléfono de manera completa, cuesta unos 500 pesos aproximadamente, y otros modelos más potentes tienen un costo que ronda los 3 mil pesos, claro que estos últimos son avanzados y nos permiten –además de realizar varias cargas- cargar más de un dispositivo a la vez.
Tengamos en cuenta que a mayor capacidad de carga de nuestra batería externa, mayor será su tamaño y menos cumplirá su rol “portátil”. Como siempre les aconsejo: no compren lo más caro pensando que es lo mejor, antes deben realizar una evaluación sobre qué es lo mejor de acuerdo a sus necesidades. Teniendo en cuenta cuánto tiempo pasan alejados de un tomacorriente, podrán saber si necesitan un equipo más potente (y de mayor tamaño), o uno de capacidad normal pero que quepa en nuestro bolsillo.


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