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"Queremos una Justicia que sane, para cerrar esta historia horrible"

Dijo la mujer que acusa a su expareja de abusar de su hija. La denunciante tiene la esperanza puesta en el nuevo juicio, después de que anularan el fallo en el que fue absuelto. 

Por redacción
| 22 de octubre de 2019
Cámara Gesell. Allí declaran los menores víctima de delitos. "A mi nena la entrevistaron dos veces en Cámara Gesell, infringiendo la ley", dijo la denunciante. Foto: Archivo.

La resolución que el Superior Tribunal de Justicia (STJ) emitió el pasado jueves, en la que anula la sentencia de un tribunal que absolvió a un acusado de abusar de su hija menor, trajo esperanza a G.T., la madre de la nena. “Lo que queremos es una Justicia que sane, que cure, que repare. A través de una respuesta real uno puede encontrar un poco de paz, darle un cierre a esta historia horrible”, consideró la denunciante, quien espera que el segundo juicio contra su ex, J.A.G., se celebre cuanto antes. Desde 2012, cuando pidió que se abriera la investigación, aguarda una definición judicial que les permita dar vuelta la página. 

 

—¿Cómo tomaste la noticia de la anulación de la sentencia?
—Con muchísima emoción. Es tan difícil ponerle una palabra, pero lo primero que se me viene es ilusión, para poder llegar a un juicio justo, que juzgue la situación desde la mirada de mi hija. Un juicio que no esté cargado de ningún estereotipo, ni de la mujer que denuncia por despecho, y del hombre considerado perfecto porque hace las cosas socialmente aceptables (NdP: el denunciado es fotógrafo, ha sido docente universitario). Pero dentro de las oscuridades hay cuestiones cargadísimas de dolor, que involucran a los niños.    

 

—¿Tu hija sabe de la novedad? ¿Cómo la recibió?
—Se puso contenta. Me dijo "ojalá que esto se acabe, mamá". 

 

—Ya habías pedido que se tomara en cuenta las apreciaciones de distintas psicólogas que la han entrevistado en estos años…
—Sí, porque en un niño de 4 años (NdP: esa es la edad que la criatura tenía cuando G.T. hizo la denuncia) es mucho más valiosa la manifestación que puede hacer a través de un dibujo, de un grafismo, que a través de la palabra. A esa edad, un chico posiblemente no tiene ni idea de que ciertas prácticas son las que entendemos como abuso sexual. 

 

—¿A qué te referís cuando decís que te esperanzás con un fallo que no esté cargado de estereotipos?
—La defensa de mi expareja estuvo centrada en esto de que él supuestamente me había dejado, que yo lo había intentado perjudicar y dañar porque era una mujer abandonada. Y nunca se enfocó en mi hija. Parecía más que se hablaba de un juicio de divorcio que de una investigación por abuso sexual. La realidad es que la relación había terminado hacía dos años, y los abusos ocurrieron mientras estaba vigente el régimen de visita fijado por la Justicia. Algunos de los hechos ocurrieron cuando mi hija iba a la casa de la abuela materna, y otros, en la de él. Justamente por eso, porque los hechos suceden en entornos tan íntimos, es difícil que haya testigos. Por eso es necesario que los jueces se respalden en todos aquellos cuerpos técnicos, en los psicólogos, médicos.

 

—¿Ella declaró en Cámara Gesell?
—A mi hija le hicieron dos Cámaras Gesell, infringiendo lo que está estipulado por la ley, que garantiza que haya solo una instancia de este tipo, justamente para evitar la revictimización. La última fue a comienzos de este año (NdP: fue previo al juicio oral, que se celebró en febrero), con 11 años recién cumplidos, sin tener los elementos necesarios como para sentarse y declarar, como lo podría hacer cualquiera de nosotros. No le preguntaron (si quería pasar por esto otra vez), no se la trató con el respeto que el asunto merecía. 

 

—¿Vivió como una obligación el hecho de hablar de nuevo? 
—Sí. A ella no le gusta ir al Poder Judicial. Es más, hasta le molesta pasar por la vereda. El hecho de criarla sola implica, además, pedir otro tipo de permisos, ir a tribunales por otros trámites. Es algo que le fastidia, y encima hablar de temas que le duelen. Creo que tiene que haber de parte de los jueces el respeto a la posibilidad de hablar, a los tiempos de la víctima. Este tribunal, que está integrado por un hombre y dos mujeres, la volvió a llamar con el objetivo de que ella declarara. Y hago hincapié en esto del género porque no es necesario ser varón para ser machista. 

 

—¿Tu niña sigue con tratamiento psicológico? 
—Sí, ha estado con tratamiento todos estos años, con algunas pausas que marcan los propios psicólogos, porque si no, la terapia se agota.  

 

—¿Tiene secuelas? 
—Sí, totalmente. Después de los 8 años ella hizo un click importante, superó casi todo. Pero ahora, a raíz de haberla llamado a la última Cámara Gesell, quedaron algunos vestigios, que reflotaron y que está tratando en el espacio terapéutico. En esta etapa de la preadolescencia, ella empieza a descubrir su cuerpo desde otro lugar, y mi temor es la comprensión de lo vivido, o su reinterpretación de lo que pasó en ese entonces. Ahora va a poder ponerle esa connotación que quizás antes no tenía, o quizás no. No sabemos. 

 

—¿Cómo sigue este proceso?
—Mi abogado (Daniel Gorra) me ha dicho que debemos esperar unos 10 días para tener un panorama claro de cómo sigue esto. Pero es una lucha que continúa. Lo importante es que nos dieron la ilusión de que se puede llegar a otro final. 

 

 

Con connotación sexual

 

-A 7 años de la denuncia
En 2012, G.T. denunció a su expareja, J.A.G., por abusos a su hija. En base a lo que la niña le contó –en ese entonces tenía 4 años– refirió que hubo manoseos, que él le cortaba la ropa a la criatura (incluidas las prendas íntimas) y la fotografiaba desnuda, entre otras conductas.

 

-Por el beneficio de la duda
En febrero de este año se celebró el juicio en la Cámara del Crimen 1 de San Luis, integrada por José Luis Flores, Silvia Aizpeolea y Mónica Ponce de Xacur. El tribunal absolvió a J.A.G. por el beneficio de la duda.

 

-En contra del fallo
En marzo, tras conocer los fundamentos del tribunal, el abogado querellante, Daniel Gorra, y la fiscal de Cámara 1, Carolina Monte Riso, recurrieron la sentencia, con el argumento que la Cámara había valorado de forma parcial la prueba incorporada.

 

-El análisis de psicólogas
Entre esas pruebas se cuentan los análisis de las psicólogas particulares que han atendido a la niña y también peritos oficiales del Poder Judicial, entre ellas, Marisa Samper, quien hizo la Cámara Gesell. Estas profesionales indicaron que la nena tiene signos de abuso sexual y que no hay indicios de fabulación en su relato. Además, consideraron que los dibujos realizados por la niña tienen un contenido sexual. Interpretan que, a esa corta edad, un chico no puede hacer esos grafismos de no haber visto o vivido ciertas situaciones de índole sexual.

 

-Respaldo del procurador El procurador general Fernando Estrada dijo que les asistía razón a la querella y a la fiscal Monte Riso. "Se ha omitido valorar testimonios de suma trascendencia (...) De la prueba científica agregada a la causa se ha efectuado una interpretación discrecional y voluntarista", opinó.

 

-Otra vez en el banquillo
El pasado jueves 17 de octubre, el STJ anuló la sentencia absolutoria de la Cámara 1, por lo que el sospechoso, que llegó libre a juicio, será juzgado otra vez. "Tal como afirma la fiscal de Cámara, el tribunal parcializó la valoración de la prueba reunida en el caso", dijo el STJ. Y sobre ese análisis, la Cámara basó la duda a partir de la que descartó la autoría y la responsabilidad del acusado. "Tales circunstancias revelan la arbitrariedad de la sentencia", concluyó el STJ. 

 

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