El proceso que culminó con el fallo de la Corte Suprema de Justicia que fija en 16.600 millones de pesos el monto de la deuda que la Nación debe pagarle a San Luis, y las actitudes adoptadas por Claudio Poggi durante el litigio, llevan a conclusiones preocupantes para un dirigente que aspira a ocupar la primera magistratura de la provincia: el líder de Avanzar es un mero oportunista, le cuesta adoptar una postura valiente cuando la mano viene brava, o su visión estratégica es, en el mejor de los casos, muy mediocre.
En la semana, cuando se conoció que el máximo Tribunal había respaldado la posición de San Luis, el ex gobernador, intentó adjudicarse el triunfo. “La Corte Suprema ha ordenado el pago a San Luis de los juicios ganados durante mi gestión como gobernador. Una excelente noticia para todos los sanluiseños”, dijo. Incluso, y ya activado en modo campaña, hasta se animó a decir en qué áreas destinaría el dinero en caso de ser elegido para conducir los destinos de los puntanos.
Pero lo que Poggi se cuida de ocultar es que él criticó abiertamente a Alberto Rodríguez Saá por la firme postura exhibida por la Provincia al resistirse a firmar el Consenso Fiscal, un acuerdo que el mismo gobierno central finalmente no cumplió y que tenía como uno de sus requisitos fundamentales que las provincias desistieran del derecho de cobrar sus deudas con la Nación. En marzo del 2018 el senador nacional dijo: “San Luis debe firmar el Consenso Fiscal y no quedar aislado de las 23 jurisdicciones por intereses políticos personales”.
Oportunismo, cobardía o miopía política. No hay más opciones para encontrar la explicación a este comportamiento.


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