SAN LUIS - Sabado 12 de Julio de 2025

SAN LUIS - Sabado 12 de Julio de 2025

EN VIVO

Mercados que se abren, mercados que se cierran

A partir de la decisión de Brasil de habilitar una cuota de importaciones de 750.000 toneladas de trigo originadas en países fuera del Mercosur, en particular Estados Unidos, es tiempo de empezar a entender la nuevas reglas de juego del mercado mundial. De lo contrario, seguiremos en la “cola de los sorprendidos en nuestra buena fe” o ingenuidad de funcionarios que creen que el planeta pasa primero por la Argentina, cuando en realidad, mientras acá nos llenamos de anuncios y visitas ilustres, los verdaderos negocios van por otro lado. 
Entre tanto, nosotros nos quedamos con las “fotos” de tiempos pasados que sólo servirán para que quienes aparezcan en ellas puedan mostrar a sus nietos que se “codearon” con los “líderes" y la "realeza” del mundo, pero difícilmente puedan contar que sacaron a la Argentina de décadas de crecimiento de la pobreza y estancamiento en su desarrollo cultural, social y económico.
Pero volviendo a la medida tomada por Brasil, respecto al trigo podemos señalar dos tipos de impactos:

 

El panorama previo
Con 6,5 millones de toneladas para el promedio de los últimos tres años, Brasil es uno de los principales importadores mundiales de trigo.
Además de la competitividad de su producción, factores como el menor costo de transporte dado por la cercanía geográfica, la preferencia obtenida a través del Mercosur y las relaciones comerciales construidas entre los actores privados a lo largo de los años, le han permitido a Argentina convertirse en su principal proveedor. 
De esta manera, el mercado brasileño reviste de una importancia significativa para nuestro país, siendo destino del 50% de sus ventas de este cultivo en el 2018. Históricamente, Argentina ha colocado entre 4 y 6,5 millones de toneladas de trigo en Brasil, con su registro más bajo en el 2013 cuando envió 1,7 millones de toneladas, debido a los efectos de las restricciones a las exportaciones. 
Además de ser su principal mercado de exportación, Brasil le permite a la Argentina disponer de una demanda constante para su producto, distribuida a lo largo de todos los meses del año. Porque durante los primeros meses de la campaña comercial se exporta el flujo extra-regional, y Brasil queda como único destino en el resto de los meses del año, apuntalando el precio del cereal.
Desde el punto de vista de ellos, nuestro país tiene una importancia significativa porque abastece el 80% de sus compras de trigo, en promedio. Durante los años de bajas exportaciones argentinas, Brasil trató en principio de cubrir sus necesidades con importaciones desde Uruguay y Paraguay, pero ante la imposibilidad de llenar el vacío que dejaba el trigo argentino, decidió recurrir a orígenes fuera del Mercosur, abriendo cupos libres de arancel. Estas cuotas fueron aprovechadas especialmente por Estados Unidos, que llegó a exportar 3,5 y 2,6 millones de toneladas en 2013 y 2014. Durante esos años, nuestro país apenas representó el 30% de las compras brasileñas.
Durante los últimos años, sin ventajas arancelarias y con una oferta argentina sin restricciones, las exportaciones estadounidenses de trigo a Brasil giraron en torno a las 300 mil toneladas. Le sigue Canadá con un promedio de 200 mil toneladas. 
De acuerdo al informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se destaca entonces que si bien Estados Unidos ha mostrado tener capacidad para aprovechar las ventajas excepcionales que Brasil ha otorgado en materia arancelaria, siempre ha sido ante situaciones de escasez en la oferta argentina, que prácticamente la dejaban fuera del mercado. Debe analizarse, por lo tanto, si esta rebaja arancelaria será suficiente para competir con una creciente oferta exportable de Argentina, que este año podría llegar a los 13 millones de toneladas. O si alcanzar al menos para desplazar al trigo de origen canadiense, que es utilizado como corrector por los molinos brasileños por su alto contenido proteico.

 

Definen los compradores
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) también hizo su aporte para una mayor comprensión de este tema. De acuerdo a su informe, los principales beneficiarios de esta cuota serán los molinos de la región noroeste de Brasil, aquellos que están más alejados de las zonas de producción brasileñas y argentinas, según miembros del sector molinero brasileño consultados por Reuters.
Casi el 90% de la cosecha de trigo de Brasil, que alcanzó las 5,2 millones de toneladas (Mt) en el 2018, se concentra en los tres estados del sur, siendo Paraná el de mayor importancia con una producción de poco más de 3 Mt. Esta concentración se debe a las condiciones climáticas y a las propias características del cultivo que necesita temperaturas bajas para su desarrollo.
Según datos de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo), para el año 2016 (último con información disponible), el 74,5 % de los molinos en actividad se encontraban en la Región Sur, comprendida por los estados de Paraná, Río Grande do Sul y Santa Catarina, los mismos que acaparan el 90% de la producción. En segundo lugar aparece la región Sudeste, con el 12,76 % de las instalaciones, que se ubican principalmente en Sao Paulo.
Si bien es cierto que la proximidad con nuestro vecino constituye una gran ventaja en términos de fletes para nuestras ventas, si se tiene en cuenta que la mayor parte de la demanda proviene de los molinos al sur del país, es seguro que los exportadores de cereal de nuestro país deberán ser más competitivos para conservar la participación que hoy ostentan en las importaciones brasileñas a partir de la implementación de la cuota libre de aranceles.
Para realizar un mejor análisis de cómo se distribuye la demanda es necesario complementar esta información con los volúmenes de molienda de cada región. Según los datos de Abitrigo, en 2017 se procesaron 10,6 Mt de trigo, poco más del 49% de este volumen fue industrializado en los molinos de la región Sur, cerca de los centros de consumo.
A diferencia de lo ocurrido con los establecimientos, se observa una importante participación de las regiones Norte y Noreste, con casi el 24%. Estas zonas se encuentran más alejadas de las áreas de cosecha y se abastecen principalmente de la importación. Estos molinos son los que se verán más favorecidos por el nuevo cupo de importación extra Mercosur, ya que los puertos de la región son los principales receptores del trigo estadounidense.
Analizando las importaciones brasileñas por estado, se observa que la región Sur y Sudeste (donde São Paulo tiene un peso importante en la molienda) cubre su déficit de producción con compras en los países del Mercosur. Mientras que los países extra Mercosur abastecen exclusivamente a los estados del norte, especialmente a través del puerto de Fortaleza en Ceará. Si se ven las importaciones de trigo clasificadas por origen, según la región brasileña que demanda, puede observarse que si bien a nivel general la penetración del cereal argentino es del 87%, en el sudoeste la influencia es mayor: país prácticamente el 100% de los 2 Mt que importó en el 2018 fue abastecido por nuestro país.

 

Los precios se derrumbaron
Aunque para el Instituto de Negociaciones Internacionales (INAI) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en este contexto, el riesgo de que Estados Unidos le quite al trigo argentino una porción importante del mercado brasileño parece bajo: en un escenario de máxima la participación de Argentina en las importaciones de Brasil disminuiría de 87% a 75%, asumiendo que el gigante norteamericano conserva sus exportaciones actuales y desplaza a la Argentina en 750 mil toneladas adicionales. No obstante, esta medida tendrá un impacto en el precio FOB Puertos Argentinos, que deberá hacer un esfuerzo adicional para conservar en Brasil su participación actual. Al momento de anunciarse la medida, el mercado tomó nota de esta situación con un descenso de 30 USD/Ton del precio del trigo argentino. Esto último es el impacto real.
Por supuesto que esto se ve reflejado en el precio que recibirán los productores por su trigo en la campaña 2019/20. Las expectativas de siembra son muy buenas, en particular porque muchos productores aún mantienen la “mala costumbre” de tomar sus decisiones de siembra en función del resultado del año previo. Difícilmente lo ocurrido en el ciclo 18/19 se repita en 19/20, no solo por la situación con Brasil, sino también porque la oferta y demanda mundial, con clima normal, será otra. Se volverá a una producción en crecimiento que superará al consumo y con ello se acumularan mayores stocks.
La competencia por colocar el trigo será mucho más importante con los países del Mar Negro creciendo en su participación en el comercio mundial y bajando precios para captar esos mercados. El impacto de esa situación la Argentina y sus productores lo conocen muy bien.
En ese contexto, por estos días el precio de la cosecha nueva entrega diciembre 2019/enero 2020 se pacta entre 160 y 170 dólares. En comparación con la estadística histórica, el precio no es malo, a pesar de la caída ya mencionada. Debe considerarse que ese precio tiene descontados los derechos de exportación correspondientes. Si estos no existieran el valor que recibirían los productores estaría más cerca de los 180 dólares. Aunque duela recordarlo, ese derecho de exportación habrá de tener vigencia como mínimo hasta diciembre de 2020.
Mientras todo eso pasa en el mundo real, algunos prefieren los cuentos de hadas, con reyes y reinas incluidos.
 

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Temas de nota:

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo