Rally en el ADN
Vanina Rumie cumplió su sueño y corrió en su ciudad. Así se sumó a sus dos hermanos: Maxi y Leo y a su papá Alejandro.
Los Rumie son una familia que lleva el rally en el ADN y esta última fecha del provincial que se disputó en Villa Mercedes sirvió para que uno de los integrantes más chicos hiciera su debut absoluto: Vanina fue navegante de su hermano Maximiliano.
“Vani” tiene 30 años y una hija de 4, trabaja en el negocio familiar de Villa Mercedes y se crió a máxima velocidad, rodeada de autos, cuatriciclos y acompañando, primero a su papá Alejandro y luego a su hermano Leonardo a todas las carreras de rally.
“Vengo de una generación fierrera, todos estamos en mayor o menor medida metidos en el ambiente de la velocidad, falta que se suba algún día mi vieja Marité y está la familia completa”, comenzó su relato.
Con respecto a cómo llegó a la butaca derecha del VW Gol propiedad de Gerardo Stark, la debutante contó: “Fue un regalo de mi papá, pensado con mi hermano Maximiliano".
Maxi habitualmente corre en la categoría cuatriciclos, pero para la carrera lo tenía desarmado: "Sabíamos que la fecha era en Villa Mercedes y Maxi planteó que tenía ganas de alquilar un auto y le dije que lo hiciera, lo alenté a que corriera".
Al otro día se presentó lo inesperado: "Vino Maxi y me contó que había hablado con mi papá y que le había dado el visto bueno. Entonces lo felicité y le pregunté con quien iba a correr y ahí me dijo que estaba en sus planes correr conmigo, así nos pusimos en campaña para alquilar. Fue una enorme sorpresa, porque hace años anhelaba poder subirme a un auto de carrera en una fecha oficial”.
La tarea del navegante no es nada fácil, exige absoluta concentración y nervios de acero. Para Vanina la idea de “perderse” en la hoja era lo que más le preocupaba: “Tenía miedo de equivocarme cantando la hoja, era un rally muy veloz, muy recto con muchos lomos, creo que siete en un solo tramo, esa era mi preocupación antes de largar", confesó.
Miedo a la velocidad nunca: "La bueno es que Maxi me la hizo muy fácil, de hecho, el sábado en la segunda pasada al tramo largo me perdí y me puse nerviosa, pero él me tranquilizó y me dijo que se acordaba el camino, así que me tranquilice y en una chicana retomé la hoja y así terminamos” comentó.
La satisfacción de la tarea cumplida llegó cuando Maxi y Vani dejaron el auto en el parque cerrado final: “Bajarme del auto y tener a mi papá y a mi hermano Leo que venía ganando ese rally (de hecho fue el vencedor), no tuvo precio. Dentro de todos los percances y los errores propios a un debut, veníamos muy bien en el camino. Solo me quedan palabras de agradecimientos a mi familia que hizo posible cumplir semejante sueño”.
“La idea fue correr esa fecha y nada más como para sacarnos las ganas, él seguirá con su pasión que son los cuatriciclos y para mí quedará esa experiencia única”, dijo al ser consultada por su continuidad en el campeonato, además agregó: “Por ahora me quedaré con esa sensación única de haber compartido la pasión en familia, si se da en el futuro, será como esta vez, algo casual y para despuntar el vicio, no a modo competitivo. Fue como un regalo para que me saque esas ganas de correr. Pasé un fin de semana impresionante”, cerró Vanina.


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