Juicio por el asesinato de un policía: un federal contó que oyó diez tiros
La Cámara Penal 1 de Villa Mercedes retomó este jueves las audiencias en el juicio por el homicidio del auxiliar de Policía Rodolfo Gilberto Domínguez.
Luego de tres semanas de receso, este jueves, la Cámara Penal 1 de Villa Mercedes retomó las audiencias en el juicio por el homicidio del auxiliar de Policía Rodolfo Gilberto Domínguez. Solo tres de los diez testigos citados para el día declararon, uno de ellos fue un policía federal, Daniel Eduardo Suárez. Es decir, la primera persona en acercarse a la escena del crimen, minutos después de haber escuchado la andanada de balazos que terminó con la vida del policía provincial, la madrugada del 27 de junio de 2015.
Suárez se convirtió en el testigo más inmediato del asesinato porque por aquel entonces vivía a metros de Ardiles y Guayaquil, la esquina donde mataron a Domínguez. El hombre contó que esa noche estaba en su dormitorio, hablando por teléfono.
En un determinado momento, "escucho unas detonaciones, alrededor de diez. Pero no fueron disparos que tuvieron una pausa, sino que fueron todos seguidos", relató. Le dijo a la persona con la que charlaba que cortaría para ver qué pasaba afuera, cortó la llamada y se acercó a una ventana, que tiene vista a la avenida Presidente Perón.
Cuando abrió la ventana vio a un vecino que vive en el departamento de al lado. "Me dice 'los tiros eran por la Guayaquil... Voy a ver qué pasa' y yo le contesto: 'no, pibe, no salgas, a ver si te pasa algo, mejor voy yo'", recordó. Se puso una campera que tenía a mano y salió a la calle con la pistola reglamentaria.
Ahí, en la esquina, vio un coche oscuro con vidrios polarizados. Le fue imposible ver en ese momento si tenía ocupantes y cuántos. Estaba en marcha y con las luces encendidas.
"Cuando estoy en la puerta veo al vecino del frente y le dije que se fuera adentro porque él me preguntaba a mí qué había pasado", relató. También avistó a un grupo de chicos, como de 13 ó 14 años, calculó. "No sé qué hacían a esa hora. Venían corriendo de una placita que hay cerca", agregó. Les ordenó: "¿Ustedes qué hacen acá? Váyanse a su casa".
"Fui por la parte de atrás del auto, cruzando la calle. Me pongo detrás de una columna de luz, me identifico como policía federal y ahí llamo al 101", contó. Recién cuando los primeros policías de la Provincia se allegaron en una patrulla, Suárez se acercó al auto que estaba en la esquina, dijo.
"Me quedó grabado que, cuando desciende el patrullero, se agarró la cabeza y dijo: 'mirá, el auto de fulano de tal, mirá, mirá'. Se ve que lo conocía, porque creo que hasta lo mencionó", aseguró. Se refería que al que había nombrado el otro efectivo era Domínguez.
Cuando el médico de la ambulancia llegó y rompió el vidrio de la puerta del conductor para abrirla, recién ahí el testigo vio que dentro había un hombre. El cuerpo inerte estaba sentado en el asiento del conductor. Debajo de la butaca distinguió un arma de fuego.
"En la puerta, el vidrio y hasta en el techo había casquillos de pistola", señaló. Eso último indicaba que los disparos habían sido efectuados a quemarropa. "Había una distancia de 10 u 11 centímetros entre los balazos", estimó.
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