Se agrava el caos vehicular por las obras en la avenida Lafinur

La posibilidad de una tragedia en el tránsito permanece latente en la avenida Lafinur, uno de los principales puntos de acceso al centro de la ciudad, desde el sur, oeste y norte. La razón es el agravamiento incesante del caos vehicular por las obras que hace más de un año  realiza el Municipio de San Luis sobre la traza que lleva el nombre del poeta e historiador puntano.

Los potenciales sectores donde todo está dado para que ocurra un siniestro vial son en el cruce con la avenida Illia y en las esquinas de las calles Pedernera y Junín, donde las zanjas y los escombros de asfalto conviven con la maquinaria de gran porte y la precaria señalización para advertir a los automovilistas que deben circular con precaución.

El tramo que representa más peligro es el cruce con Pedernera, donde solo está habilitado la mitad del carril que corre en sentido sur-norte. Allí, la única señal para advertir la prohibición de avanzar para los que vienen desde el sur, es un pequeño cartel de medio metro de alto "atado con alambre" a un estropeado tambor, más apto para tareas de albañilería que de seguridad vial. Además, la única baliza intermitente instalada en ese sector permanecía apagada, al menos hasta anoche.

"La gente no respeta nada, a toda hora veo como se meten de contramano. Hoy (por ayer) a la tarde vi que hubo un banderillero que estuvo haciendo señales de que no podían avanzar, pero los conductores lo insultaron y maltrataron. Son un peligro", dijo Cristian Sosa, uno de los playeros de la estación de servicio ubicada en Pedernera y Lafinur.

El caos vehicular también se refleja en la rotonda de Junín, donde los conductores que vienen desde el sur, deben serpentear hacia la izquierda para continuar con su trayecto, con un alto riesgo para los que vienen por la mano contraria. La cuota de peligrosidad aumenta por los automovilistas que no respetan el semáforo que funciona en esa esquina, que sirve para controlar el tráfico del sur, oeste y norte.

"Esta avenida siempre es conflictiva y con estos cortes se pone más peligroso todavía porque muchos circulan bastante rápido. Es una suerte que no se hayan producido varios accidentes porque están dadas todas las condiciones", dijo Carlos Suárez, un taxista que esperaba el verde en el semáforo de Lafinur e Illia.

El tercer foco donde la posibilidad de una tragedia es un componente cotidiano, es en la rotonda de Illia, donde los automovilistas que van por el carril en dirección sur se topan sorpresivamente con otro precario cerco conformado por seis tambores metálicos sin pintura reflectiva y una valla (acorde para contención de gente), todo sujetado por una "harapienta" cinta plástica, que no impide el traspaso de los motociclistas, mientras que los autos y camionetas realizan una peligrosa maniobra en "u", en su insistencia por avanzar por un paso que está provisoriamente cortado.

Pese a todas esas transgresiones, el control de inspectores municipales en inexistente.