Confirmaron que el hombre hallado muerto en el basural era de La Plata

Gastón Eduardo Comas tenía 41 años. Había nacido el 1º de febrero de 1978 en La Plata y su último domicilio registrado era en la localidad jujeña de San Pedro. Su cadáver es el que un empleado encontró, el martes 20 de agosto, en el Centro de centro de Disposición Final de residuos que la Municipalidad de San Luis tiene al oeste de la capital puntana, le confirmó a este medio el juez de instrucción Penal 2, Ariel Parrillis.

Un hermano de la víctima, que llegó el viernes a San Luis y reconoció sus restos, les confirmó a los investigadores que su familiar sufría una grave adicción y vivía en la calle.

Ya descartado que Comas haya sido víctima de un homicidio, solo resta determinar cuál fue la causa de su muerte, aunque presumen que murió como consecuencia del frío.

La noche del mismo día del hallazgo, la médica forense Patricia Gallardo le hizo una autopsia al cadáver y, debido al estado de descomposición en que estaba, no pudo determinar la causa ni la data de la muerte.

Sí comprobó que tenía múltiples fracturas, pero eran todas pos mortem, causadas seguramente por la manipulación, hecha con camiones y máquinas, de los residuos entre los que estaba oculto su cuerpo.

Si bien no pudo corroborar la causa del deceso, la perito verificó que el hombre no tenía heridas causadas por golpes o con armas blancas o de fuego, destacó este sábado el juez Parrillis.

En la autopsia, la forense tomó muestras de los tejidos para que hagan en el laboratorio una serie de estudios histopatológicos con los cuales podrían llegar a determinar qué causó la muerte de Comas.

El familiar le dio a la Justicia un dato que apuntala la presunción inicial de que tal vez el hombre había estado dentro de un contenedor de basura, durmiendo, y que allí lo sorprendió la muerte, por eso nadie advirtió su cadáver hasta que un empleado lo distinguió entre la basura, en el depósito final. El hermano dijo que, en efecto, cuando no encontraba algún albergue donde pasar la noche, Gastón solía tener la costumbre de buscar refugio en los contenedores de basura.