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Entre luchas y letras

El 8 de enero de 1896 se publicó por primera vez el periódico feminista anarquista “La voz de la mujer”, fundado por Virginia Bolten, una militante anarquista, sindicalista y feminista. Tenía cuatro páginas, una tirada que no superaba los dos mil ejemplares y era financiado por un grupo de mujeres con su salario como obreras. La publicación era muy audaz en esa época y desde allí se denunció las desigualdades que vivían las mujeres desde una perspectiva anarquista.

 

Según algunas investigaciones, Bolten habría nacido en San Luis en 1870; aunque otros estudios ubican su lugar de nacimiento en la localidad de Rosario o en Montevideo, Uruguay. Agustina Prieto, Laura Fernández Cordero y Pascual Muñoz, investigadores y docentes, aseguran en su libro “Biografías anarquistas, tras los pasos de Virginia Bolten” que nació en 1876 en la ciudad de Baradero, según un acta de bautismo que encontraron en esa localidad.

 

Lo cierto es que veinte años después de su nacimiento Bolten ya se había convertido en una referente feminista para la época. Desde su periódico incitó a las mujeres a rebelarse contra todo mecanismo de opresión. Tal como dice el lema anarquista: “Ni Dios, ni patrón, ni marido”. Ella sostenía que la mujer era blanco de una doble explotación, por género y por clase. Es decir que aquellas trabajadoras de clases más humildes estaban aún en inferiores condiciones.

 

El 1º de mayo de 1890 en Rosario celebraron el primer Día del Trabajador. Fue Bolten quien incitó a los obreros con su discurso revolucionario. Subió al escenario con la bandera del anarquismo y denunció la explotación laboral de las mujeres. Criticó también el poder eclesiástico y las instituciones burguesas, como el matrimonio. Defendió así el amor libre.

 

En 1899 “La voz de la mujer” llegó a Rosario, aunque ese mismo año dejó de editarse en esa ciudad y también en Buenos Aires. El poco presupuesto y las peripecias que tenían que atravesar para su distribución en la clandestinidad tornaron el proyecto inviable. De todos modos, Virginia participó en varias publicaciones con sus escritos, como "El obrero", "La protesta humana", "La acción obrera", "Tiempos nuevos" y "La nueva senda".

 

Fue miembro activo de organizaciones sindicales y en huelgas obreras. También lo hizo en Montevideo, donde estuvo en movilizaciones de trabajadores. Su militancia fue permanente. En 1907 regresó exiliada a la ciudad uruguaya y continuó con su apoyo a las actividades populares y fue parte del Centro Internacional de Estudios Sociales en 1923. Luego tuvo un bajo perfil, hasta su muerte en 1960.

 

 

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