Lucha olímpica: Rocío Fuentes arranca el 2020 a toda máquina
Inicia la pretemporada con la mira en el ámbito internacional. Entrenó con la Selección y aguarda otro llamado.
Cuando estoy aburrida me pongo a hacer ejercicio: abdominales, corro, si no tengo una pesa a mano levanto piedras grandes, por ejemplo”. La que habla es Rocío Fuentes, la puntana campeona nacional de lucha olímpica en juveniles y mayores en la división menos de 57 kilos. Se colgó las medallas de oro en Chaco representando al Club Tiro Federal San Luis. Hiperactiva por naturaleza, alta, con cabello castaño claro, ojos oscuros y una mirada penetrante que nunca duda. Parte de su éxito es la disciplina y la pasión por el deporte que se practica en un tapiz de 12 por 12 metros y un círculo dividido en dos zonas. En los próximos días arrancará la pretemporada 2020 con la mira puesta en “algún Sudamericano” vestida de celeste y blanco. Arrancar es una forma de decir para esta joven de 19 años, que se enamoró de la lucha a los 13 y nunca frena la actividad física.
—Cerraste un 2019 muy bueno.
—Sí. No me lo esperaba. A principios del 2019 pensaba tomármelo más tranquila, con un descanso para terminar el secundario. Pero me estuvieron convocando de Buenos Aires para hacer campus de entrenamiento en el Cenard con la Selección Argentina. Me propusieron competir en el Sudamericano de Chile, preferí no ir para evitar una lesión. Sentí que aún no estaba preparada y decidí quedarme entrenando en Buenos Aires.
Rocío ganó la medalla de oro en los Juegos Evita 2013 y su vida dio un giro. Dos años después ya era parte de la Selección, vivió en el Cenard, pero luego los recortes económicos de la Nación la hicieron volver a San Luis y perder un año del secundario. Tuvo su primera experiencia internacional en Perú (2015) y la segunda en el Sudamericano de Buenos Aires 2017. Una fractura mandibular la dejó fuera del tapiz y del podio en “Baires”. Fueron cuatro meses de reposo. Barajar y dar de nuevo.
—¿Cuándo volvés a entrenar?
—En estos días empiezo la pretemporada. Si me convocan al Cenard voy para allá y si no la empiezo acá. Siempre avisan muy cerca de la fecha. En el 2020 apunto a ir a algún Sudamericano, espero que me llamen desde la Selección Argentina. Quiero prepararme bien para volver a competir a ese nivel.
—¿Cómo es una pretemporada?
—Se trabaja tanto lo físico como lo técnico. En la parte física hago resistencia, fuerza y después lo llevo a la técnica. En técnica corregimos errores, vemos movimientos nuevos, estamos en los mínimos detalles. Después, en Buenos Aires se corrige lo último que queda y se siguen puliendo las bases técnicas que uno tiene.
—¿Qué cosas tenés que pulir?
—A nivel internacional, las luchadoras son muy rápidas. La fuerza se usa constantemente, en eso siempre trabajamos haciendo fuerza con resistencia. Y en el piso tengo que intentar igualar o superar el nivel internacional estándar.
—¿Quiénes son tus referentes a nivel nacional?
—Luz Vázquez y Patricia Bermúdez son mis modelos a seguir. Ellas siempre estuvieron en la Selección. En el último campus entrené con Luz y con Estefanía Ceballos, que es de Tucumán.
—Empezaste practicando judo y elegiste la lucha.
—Sí. Cuando empecé con el judo era muy chica. Después, con el profesor Jorge Centurión, de La Toma, empecé a ver técnicas de lucha y me gustó más. Ahí fue mi primer viaje como luchadora a los Juegos Evita 2013. Haber ganado la medalla de oro me incentivó y me decidí por la lucha. Me sentía más libre y de a poco me fui enganchando.
—Ganaste la terna de lucha del Círculo de Periodistas Deportivos de San Luis.
—Me tomó por sorpresa el premio 2019 que me dio el Círculo. Lo fue a recibir Jorge Perafán, uno de mis profesores, porque yo estaba en Mendoza acompañando a mi abuela. Ya me lo entregaron otras tres veces, es algo muy lindo. En la última terna había deportistas muy buenos (William Oyola y Milagros Zapata).
—Terminaste el secundario. ¿Qué vas a hacer ahora?
—Ahora voy a estudiar Enfermería. También daré clases de lucha para niños en el Tiro Federal.
Los deportistas de alto rendimiento casi siempre tienen alguna actividad para frenar la adrenalina. Algunos hacen yoga, meditación, natación y hasta pesca. Rocío, fiel a su club, practica tiro. “A veces estoy muy exaltada y con el tiro me descargo un poco. También me ayuda a concentrarme y a focalizar para la lucha. Jennifer Dahlgren, la atleta olímpica que lanza el martillo, me contaba que ella hace golf”, dijo la deportista puntana, que compartió la pista de entrenamiento con Jenny en el Cenard.
Rocío Fuentes inicia un nuevo año a toda máquina. Rodeada de sus padres, Mariana y Jorge, sus hermanos, Nahuel (23), Jorge (20), Lautaro (14) y Joaquín (8). Centurión y Perafán son sus laderos en San Luis. A un llamado de distancia está Erik León, el entrenador de la Selección Argentina de Lucha. Fuentes avanza con todos y va por todo.


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