Consumir productos naturales para cuidar el medioambiente

Consumir productos naturales y biodegradables, además de ser una moda en todo el mundo, se ha convertido en una forma de promocionar el cuidado del planeta y de su medioambiente por parte de las generaciones jóvenes. La mayoría son mujeres que aunque estudian, trabajan o están recibidas, en paralelo han encontrado —en el uso primero y en la venta después— la mejor manera de concientizar al resto de sus familiares, amigos y también a la comunidad donde viven.

Una de estas vendedoras es Florencia Asquinazi, quien se recibió de abogada a mediados de 2018. Hoy tiene 29 años, pero encontró en la venta de productos naturales el lugar adecuado para motorizar sus inquietudes. “A mí me interesó siempre este tema, a tal punto que desde mi profesión me gustaría dedicarme a cuestiones medioambientales. Pero mientras tanto pensé, '¿cómo puedo aportar a esta causa?' Y descubrí que está muy de moda la venta de los productos naturales y ecológicos”.

Así fue que se decidió por comenzar con un emprendimiento de ecotienda y de a poco fue sumando productos. Empezó hace poco más de un mes, pero más que la venta, lo que le interesa es “crear conciencia en la gente sobre la crisis que estamos viviendo por el excesivo consumo de plásticos que no se degradan y van a parar a los ríos y mares; el calentamiento global; el consumismo extremo y el desgaste que está sufriendo la naturaleza”.

Comentó que ese interés fue creciendo a medida que se informaba de los problemas ambientales: “A mí desde siempre me han gustado mucho los animales y también trato de ayudar, cuando puedo, a los que están desamparados. Creo que una cosa va de la mano con la otra, y ver lo que le estamos haciendo a nuestra madre tierra es muy triste”.

Contó que se conectó con los productos a través de las redes sociales, pero lo que más le llamó la atención fueron los cepillos para dientes de bambú: “Ahí empecé a investigar por qué se hacía con esa planta, cómo es la producción y después conocí toda la parte de cosmética, como los champús y acondicionadores sólidos; cremas y todo aquello que no sea testeado con animales”.

La abogada comentó que aunque empezó hace poco, “la gente se ha prendido mucho. Prueban los productos y entonces se suman a la causa. Porque entienden que aportan su granito de arena consumiendo materiales naturales. Para mí es más importante que se entienda el mensaje de cuidado del medioambiente. Esa es mi misión principal”.

Lara Argüello es una joven estudiante de veterinaria y con 21 años ofrece todo tipo de productos sustentables como jabones, máquinas de afeitar de acero inoxidable, bombillas para mate de acero, cepillos de dientes e hisopos de bambú. “Todo libre de crueldad animal y que sea sustentable para el medioambiente”, dijo como presentación. Ella se decidió hace un año y medio, cuando se hizo vegetariana "luego de entender lo que significa la crueldad hacia los animales. Por eso quise hacer más cosas para ayudar al cuidado del medioambiente y a conservar el planeta”.

Lara dijo que lo hace por una curiosidad personal, "porque siempre tuve apego hacia los animales y sufro mucho al saber cómo los matan. Por eso empecé por ahí. En la escuela nunca me hablaron de esto y mis amigas tampoco conocían nada. Es más, yo les llevé a ellas toda esta información”.

Además dijo que lo hizo porque vio que “en San Luis hay muy pocos de estos emprendimientos y a mí me interesa que la gente se informe sobre los beneficios de los productos sustentables, me pareció una buena idea divulgarlos a través de la venta”.

Primero averiguó lo que eran las "botellas de amor", con las que luego se realizan los famosos ecoladrillos: "Son botellas plásticas donde se depositan residuos no degradables para que queden como elementos sólidos que después sirven para hacer paredes u otros elementos que muchas personas trabajan como reciclables”. También explicó que “esos plásticos se pueden usar igual que la madera y construir mesas, sillas o bancos”.

A medida que encontraba más información descubrió productos como el champú sólido, los acondicionadores para el pelo o los jabones "que son sustentables y colaboran con el planeta”, agregó.

Otro caso es el de Bárbara Toledo (36 años), que se mudó a San Luis desde Bahía Blanca en febrero de este año junto con sus hermanas. Decidió continuar con esta actividad que ya tenía en su ciudad porque, según dijo, notó que acá no había casi nadie que vendiera productos de cosmética natural y tuvo muy buena repercusión. "Casi todas mis clientas no conocían este tipo de cremas, esencias, ni aceites vegetales para el cuidado de la piel y del pelo”.

Sostuvo que junto con sus hermanas tomó varios cursos para fabricarlos y usarlos de manera personal. “Me gustó mucho, a tal punto que me animé a venderlos”, señaló, y además aseguró que “son más económicos que las cremas de los grandes laboratorios, en un 30 o 40 por ciento. Pero también son más hidratantes en algunos casos porque tienen productos ciento por ciento naturales y sin aditivos químicos”.

Bárbara utiliza para la elaboración de sus productos aceites vegetales puros de almendra, rosa mosqueta, caléndula; diversos aceites esenciales perfumados y agua de rosas. De sus clientes dijo que tiene de todas las edades: “Al principio eran mujeres más grandes que querían cuidar su piel, pero después se sumaron algunos hombres y ahora que estoy en las redes llegaron las chicas más jovencitas, a partir de los 18 años”.

En Villa Mercedes, las hermanas Laura (29 años), Belén (29) y Florencia Soria (22) andan por este camino “con la idea de reducir nuestros consumos personales, principalmente el uso de toallitas descartables y los champús industriales. Después comenzamos a conocer diferentes productos ecológicos, veganos, cruelty free y a entusiasmarnos muchísimo”. Ahora cuentan con una lista amplia de productos, tanto de cosmética natural como de uso personal, como pañales ecológicos, copitas menstruales, protectores y toallitas de tela. “En lo posible tratamos de que nuestros productos tengan la menor cantidad de plástico, ya sea en etiquetas o en envases”, aclaró Florencia.

También contó que incentivan a que ese plástico luego sea utilizado en las "botellas de amor" o reciclado en diferentes puntos ecológicos de la ciudad. "Buscamos generar conciencia del cuidado de nuestro cuerpo, no contaminarnos con productos químicos testeados en animales y con alto índice de plástico. Pero sobre todo generar conciencia del daño que le producimos al medioambiente”. Y dijo que su objetivo “es generar un cambio, concientizar a la mayor cantidad de gente y que cada día se sumen muchos más a cuidar el medioambiente”.

Productos biodegradables que se pueden conseguir

• Bolsas: de bioplástico, de papel

• Envases descartables: de bioplástico o de cartón

• Pañales y toallitas desechables

• Crema solar

• Cápsulas de café

• Productos de limpieza y ambientadores naturales

• Globos

• Esponjas, cepillos de dientes de bambú y bastoncillos

• Bicicletas, teclados y mouses de bambú

Beneficios

Consumir productos fabricados con materiales biodegradables tiene múltiples provechos tanto para el usuario como para el ambiente:

• Son aptos para la salud del cuerpo porque están elaborados con materiales naturales menos alergénicos.

• No deterioran el entorno y no impactan sobre el medioambiente como bosques, mares o playas.

• No contaminan el suelo y las aguas porque desaparecen rápidamente y no dejan residuos tóxicos.

• No saturan los vertederos.

• Sirven de alimento para el planeta.

• Pueden ser más económicos.

Productos dañinos

En cambio, muchos de los productos de plástico que se utilizan diariamente son dañinos para el medioambiente y tardan muchos años en degradarse:

• Botella de cristal: 4.000 años

• Lata de conserva: 450 años

• Bolsa de plástico: 150 años

• Pañales: 100 años

• Pilas: varias décadas

• Mechero: 30 años

• Bricks: 5 años

• Chicles: 5 años

• Colillas de cigarro: 2 años

Redacción - ME -NTV