La abuela más simpática del hogar Santa Teresita cumplió 100 años
Zulema Gravaglia es una de las ancianas más queridas del asilo. Nació en Buenos Aires, trabajó en la Liga Contra el Cáncer y en una parroquia. Está en el lugar desde el 2016.
La residente más simpática del hogar Santa Teresita cumplió 100 años y los festejará el sábado con un gran agasajo. Su nombre es Zulema Gravaglia y desde 2016 está en el geriátrico que ayer comenzó a vestirse de gala.
La celebración del siglo de Zulema será con una misa en la capilla del asilo a las 17 y luego un lunch a las 18. Zule, como le dicen sus compañeras, disfrutará de una tarde con su hijo y su familia, además de los ancianos con quienes comparte todos los días. El festejo tendrá lugar en el salón de la institución y habrá una gran merienda, torta y algunos grupos musicales que suelen concurrir a tocar para los abuelos.
“Ella es hermosa y muy buena compañera, está siempre linda y de buen humor. Es una belleza y una maravilla de persona, no alcanzan las palabras para describirla. Siempre conversamos sobre nuestras familias y nietos. Aunque nos vemos todos los días, siempre tenemos algo nuevo para charlar”, dijo entre risas Teresita Corica, una compañera del asilo.
Para su hijo, Aldo Rojas, es una mujer muy especial y fuera de serie. “La verdad es que es muy buena y cariñosa, a pesar de los años no perdió su esencia y nunca en la vida la vi enojada, es muy querida por cada uno que la conoce”, dijo.
Por sus anécdotas y las de sus afectos, demuestra tener un corazón de oro, muy solidario, que todavía tiene mucho amor para dar y que ha estado siempre al servicio no solo de su familia, sino también de todo aquel a quien podía brindarle su ayuda. “Trabajé en la Liga de Lucha Contra el Cáncer, ahí era asistente y también mucho tiempo en la parroquia de San Benito en Buenos Aires, haciendo la ropa de los sacerdotes”, contó con su voz suave, pero sin titubear.
Con una leve sordera, pero con mucha atención, Zulema explicó que llegó al hogar el 4 de abril de 2016 porque tenía algunas dificultades, pero que lo tomó muy bien porque "es la ley de la vida". El hogar donde los más de 40 abuelos pasan sus días está ubicado en un histórico edificio de calle Balcarce y es guiado por el cura Gustavo Méndez y varios asistentes que cuidan de los residentes. “Estoy muy contenta de estar acá con el padre y con todas las chicas que colaboran, son todas muy amorosas y serviciales”, aseguró con un brillo especial en los ojos y una gran sonrisa.
Muy coqueta, con un trajecito rosa viejo y detalles de pequeñas flores blancas, Zulema compartió un almuerzo especial en el gran salón de la institución. Después, mientras paseaba con sus amigas y enfermeras por el jardín, dijo: “Estoy agradecida a Dios por cumplir otro año de vida, y contenta de estar con tanta gente acá en el hogar”.
“Es buenísima, hace dos años que estoy trabajando acá y aunque ahora está en silla de ruedas, antes se manejaba sola y se arreglaba. Siempre quiere colaborar y ayudarnos. Está superlúcida, porque cada vez que llego me pregunta por mis hijas. Es la abuelita que no tengo, es muy dulce”, contó la asistente Alejandra Torres.
Para Mónica Rojas, la encargada del establecimiento, Zulema "es un ser especial que siempre saluda uno por uno a sus compañeros y pregunta cómo están. Es muy atenta y servicial. Tenerla y que cumpla hoy cien años es algo maravilloso e increíble”, aseguró.
La abuela nació en Chivilcoy el 2 de marzo de 1920 y vivió casi toda su vida en Buenos Aires. Luego, por razones de salud, su hijo Aldo la trasladó al asilo que hoy la alberga. Tiene seis nietos y diez bisnietos que a pesar de la distancia se hicieron sentir con llamados y con videos que preparan para el festejo del fin de semana. “Mi mamá tenía 96 cuando vino, ya no podía estar solita, así que desde ese momento estamos cerca. Tiene una mentalidad muy lúcida y una memoria de oro, se acuerda de absolutamente todo”, expresó.


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