Encuentros esenciales: en Villa Mercedes ya hay toques en vivo

La tan mentada nueva normalidad impulsará otras formas de consumir la música, pero los recitales en vivo seguirán con su irremplazable e irrepetible función. En Villa Mercedes, afortunadamente, la situación en pubs, boliches y restós que permiten por su formato las presentaciones en vivo se reactivó hace algunos días y generó la alegría de los artistas, la satisfacción de un público que necesita de eso y evidenció necesidades de algunos ajustes.

Lo concreto es que hace diez días cuatro bares de la ciudad pueden organizar shows en vivo gracias a una autorización otorgada por el Municipio y que fue gestionada por un grupo de músicos autoconvocados que vieron que algunos de sus compañeros estaban en una delicada situación económica.
Con esa determinación, Villa Mercedes se convirtió en la segunda ciudad del país, luego de San Salvador de Jujuy, en permitir que los músicos desarrollen su actividad en vivo. 

El viernes pasado, nada más y nada menos que Rinaldo Rafanelli —exintegrante de Sui Generis y Color Humano—, radicado en Villa Mercedes, dio un show en uno de los bares autorizados. Estuvo acompañado de Uli Balza y de Janette Monti, quienes repasaron con el bajista su extenso cancionero en un recital de alto contenido emocional.

También pasaron a lo largo de la semana músicos de Passaje, Luis Robinson, Vero del Río y Germán Delgado, entre otros. Lo curioso es que el permiso es para tocar de lunes a viernes de 21 a 22 y que en muchas de las jornadas, aún las laborales, la gente responde. 

Llegar a ese punto valió un arduo trabajo de charlas, autorizaciones, permisos y protocolos que la Municipalidad realizó entre el Programa Control Urbano y la Subsecretaría de Cultura. Fueron los músicos autoconvocados quienes elevaron el primer proyecto.

Los encuentros se pueden realizar con algunas condiciones: entre los músicos que están en el escenario (que no pueden ser más de dos) tiene que haber una separación de dos metros, la misma que debería existir entre las mesas. 

La normativa prohíbe los bailes y el karaoke por lo peligroso del hecho de pasarse el micrófono de un cantante improvisado a otro. 
Así como la alegría y el alivio por volver a tocar fue la sensación más destacada por los músicos, una señal de alarma se propagó cuando se evidenció que alguna de las normas estaban al filo del incumplimiento, cuando no de la desobediencia directa.

En ese registro, el fin de semana pasado uno de los bares autorizados para operar fue clausurado por la Municipalidad, justamente por desoír las recomendaciones sanitarias. Algunos temieron ante la posibilidad de un retroceso en los permisos, pero en los días siguientes, los shows se realizaron con normalidad.