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Un testigo contó cómo Rosendo y otros desvalijaron una vivienda

Es un fletero a quien el legislador habría contratado para llevar bienes de una casa del gremio Smata.

Por redacción
| 11 de julio de 2020
Lunes 6. Rosendo y su abogado, Valentín Rivadera, en la indagatoria. Foto: Héctor Portela.

Uno de los cuatro testigos que declaró frente el juez instructor Leandro Estrada no anduvo con rodeos: dijo con claridad que tenía miedo. Temor de lo que pudiera sucederle después de contar todo lo que sabía sobre lo ocurrido la mañana del lunes 18 de mayo. Aun así, no se calló y relató lo que vio ese día en Italia 624, en Villa Mercedes. Narró que el senador provincial Ariel Rosendo, quien lo había contratado para lo que pensaba sería un flete, se llevó bienes de una casa propiedad del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) junto a otras cinco personas, frente a los ojos de su hija de 12 años.

 

El testigo es albañil, pero también se gana la vida como fletero. Hace ese trabajo con una camioneta con trailer.

 

Dijo que conoce al legislador desde su época de sindicalista y que, de hecho, ya había realizado fletes para él cuando trabajaba en una fábrica. Por eso no vio nada de extraño cuando Rosendo lo llamó por teléfono el domingo 17 de mayo y le avisó que lo necesitaba para trasladar algunas pertenencias que tenía en una casa de calle Italia a otro domicilio cercano.

 

El senador le dijo entonces que fuera con su camioneta con trailer a la vivienda de Italia la mañana siguiente, a las 6. En ese inmueble supo vivir cuando era sindicalista. El fletero no lo vio raro. A pesar de que el trabajo era temprano, le sentaba bien el horario, porque más tarde él tenía que cumplir con otros servicios, contó Gastón Yllera, el abogado que representa a Smata, en base a la declaración del hombre.

 

Al día siguiente, el testigo fue con su camioneta al lugar acordado con el legislador. Una vez ahí, Rosendo le dijo: "Esperá, esperá. Quedate ahí, ya que estacionás acá, porque no hay más lugar". En el sitio había otras cinco personas, que el testigo no reconoció.

 

El fletero se quedó, entonces, en su rodado, a la espera de que comenzaran a retirar los muebles y lo que hubiera que trasladar. Pero, a los pocos minutos, escuchó que se activó la alarma del domicilio. Contó que se bajó de su camioneta y caminó hasta la vivienda. Ahí vio a Rosendo y compañía golpear la cerradura de la puerta principal de la casa.

 

Se asustó, se subió a su vehículo y llamó de inmediato al 911. Se quedó hasta que vio llegar una patrulla de la Policía y se fue de ahí.

 

Para el abogado de Smata, la declaración del fletero ha sido crucial, puesto que no solo ubica al senador en la vivienda, robando bienes del gremio y de su ex, Ivana Massimino, sino que también confirma que actuó en poblado y en banda, tal es la definición desde lo penal. Eso último agrava el delito, porque significa que alguien lo comete en una ciudad con la complicidad de otros.

 

Para Yllera también deja a la vista que Rosendo no hizo más que mentir en la indagatoria. "Él había dicho que tenía la llave de la casa. Mentira. Si la hubiera tenido no hubiera reventado las puertas del domicilio, como lo hizo. Ni siquiera el código de la alarma tenía", comentó el abogado.

 

Otro testigo que confirmó que las cerraduras de Italia 624 fueron violentadas fue el cerrajero que el sindicato contrató después para arreglarlas.

 

El hombre declaró que tuvo que reemplazar por completo las cerraduras del enrejado y de la puerta principal de ese domicilio, porque era claro que ambas habían sido forzadas con una especie de barreta.

 

"Los agujeros de las cerraduras habían sido violentados. Como no pudieron abrir las puertas así, se ve que después las estallaron a  golpes", dijo Yllera.

 

El flete que no se hizo

 

El fletero declaró que, además de la camioneta del senador, en Italia 624 había otros tres vehículos. De ellos, el único que pudo recordar fue una camioneta Suzuki Vitara blanca. El testigo contó que el joven que la conducía actuó exactamente igual que él cuando vio que lo que Rosendo hacía en la vivienda de Smata no era más que un robo. El fletero dijo que el de la Suzuki se bajó, vio cómo rompían la cerradura de una puerta, se asustó y se fue de ahí.

 

Tras ese testimonio, el juez ordenó secuestrar la Suzuki. El procedimiento fue en San Juan casi Brasil. El vehículo ya fue reconocido por el fletero y devuelto a su dueño, quien había sido buscado por el legislador, en teoría, para una mudanza.

 

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