La Bresh se presentó por 5 noches en San Luis

Un día llegó La Bresh y como no era suficiente una noche, hubo cinco. La provincia tuvo el privilegio de ser el primer lugar donde "la fiesta más linda del mundo" estacionó sus globos, brillos y flores rosas durante tantos días seguidos. Si bien el baile quedó pendiente para su próxima visita a San Luis, la esencia de la fiesta estuvo y es la de pasar “hitazo tras hitazo”.

El domingo La Bresh dijo adiós y lo hizo con unos sets de pop, cumbia y reggaeton que viajaban por las décadas del 90 y el 2000 sin problemas y de forma tan fluida que todo parecía ser una sola canción eterna imposible de no tararear.

A las 20 se prendieron las luces y comenzaron a sonar los primeros temas de los Backstreet Boys, Britney Spears y Black Eyed Peas. Una hora después los livings estaban completos y todo el público tenía un vaso en la mano. Sin embargo, no fue hasta que sonó “Wannabe” de las Spices Girls que explotó la noche. Los coros de los comensales eran tan fuertes que por momentos tapaban a las cuatro inglesas.

Con luces que oscilaron en flashes acompasados en azul, violeta y rosa, fue imposible no viajar a los tiempos prepandémicos de los boliches. Quizá ese era el objetivo principal. Si bien se respetó el protocolo que impedía bailar, cada vez que alguien iba al baño, con su barbijo puesto, lo hacía contoneándose al ritmo de un hitazo o aprovechaba antes de sentarse a mover las caderas al ritmo de algún reggaeton que estuviera sonando.

Quien sí se dio el gusto de bailar toda la noche fue el dj Pablo Monti, más conocido como “Monky”. Haciéndole honor a su apodo, trepaba al escritorio, adornado con flores rosas y globos con el nombre de la fiesta, donde tenía su computadora y compacteras. Desde allí bailaba, rapeaba y arengaba al público: “Vamos San Luis” o “arriba esas manos” fueron algunas de las frases.

Y el público respondió con un despliegue de movimientos de brazos nunca antes visto: hicieron la mímica de estar manejando un auto, aplaudieron en las partes cúlmines de los temas e hicieron palmas. Los más entusiastas saltaron en sus asientos o despegaron su cuerpo unos centímetros del asiento para hacer un poco de twerk.

El gusto agridulce y la nostalgia por las épocas en las que se podía danzar libremente se hicieron presentes principalmente con canciones como “Deja de llorar”, de El Polaco, “La vecinita” y “Baila morena” de Don Omar.

La Bresh fue un recordatorio para los jóvenes puntanos de que cada vez se acerca más el momento de volver a las fiestas donde el brillo reinaba y repartían golosinas a mansalva. Mientras tanto, habrá que conformarse con aplaudir desde los asientos.