Los dos visitas a la provincia del hombre que cambió la literatura
Vino por primera vez hace 49 años para la semana de San Luis y en vísperas de su cumpleaños número 73. La otra, para disertar sobre Lafinur, en 1976. Ante el entonces Diario de San Luis dijo una desafortunada frase sobre la dictadura militar que lo marcó para siempre.
Uno de los escritores más importantes del país, sino el más, Jorge Luis Borges, no estuvo una, sino dos veces en San Luis. Y en ambas oportunidades vino a disertar sobre Juan Crisóstomo Lafinur, uno de los filósofos más lúcidos que dio la provincia. La primera visita ocurrió el 23 de agosto de 1972, hace exactamente 49 años, en ocasión de celebrarse la semana de San Luis y a la que fue invitado para dar una charla auspiciada por la Facultad de Ciencias Físico-Química y Matemáticas de la Universidad Nacional de Cuyo. Ese día se anunciaba su disertación sobre la poesía de Lafinur y su lucha por la Educación que brindó en una sala de la Dirección de Cultura, que en ese tiempo se ubicaba en el edificio de calle Ayacucho. Al día siguiente, el autor de "El Aleph" cumplía 73 años, así que bien pudo haber ocurrido que el escritor celebró en la provincia.
Lo que es seguro es que a la cita fueron tantas personas, que la crónica de El Diario de San Luis lo destacó de manera especial: “La gente incluso la siguió de pie desde el fondo del salón”. Ese mismo día, Borges fue recibido y se fotografió con quien era el interventor federal de la provincia, Rafael Blanco Moreno. Y a las 20, puntualmente, ingresó en la sala donde disertó sobre el ser argentino, el método educativo que planteaba Lafinur; su obra poética, el valor que el filósofo puntano le daba a la sinceridad y también repasó las diferencias entre “Civilización y barbarie” de Domingo Faustino Sarmiento y el “Martín Fierro” de José Hernández. Al terminar la charla, el escritor se quedó una hora más en el lugar firmando cientos de autógrafos.
La segunda visita del autor se produjo cuatro años después: el 16 de noviembre de 1976. Aquella vez se quedó tres días, su visita fue auspiciada por el Gobierno de la provincia y organizada por el Círculo de Letras “Clamor”, que presidía la poeta puntana conocida como Gilda Paz, que residía en Buenos Aires.
Además de la charla abierta, Borges le dedicó una hora a conversar con exponentes de la cultura sanluiseña y también visitó La Carolina, lugar donde nació Lafinur y que años más tarde fue revalorizado por María Kodama, su viuda, que se convirtió en la madrina del Museo de la Poesía Manuscrita.
De ese momento hay más registros periodísticos e incluso testigos directos. Uno de ellos es el legendario locutor Daniel Piñeda, quien pudo entrevistar al escritor tras su llegada al aeropuerto. Por ese tiempo, Piñeda tenía 25 años y trabajaba en dos medios: LV13 Radio Granaderos Puntanos y el Canal 13 de televisión.
En su libro “La radio es una pasión”, le dedica una página a ese hecho y 45 años después lo recordó de manera especial para Cooltura: “Me mandaron de la radio a cubrir su llegada al aeropuerto. Yo sabía unos días antes que estaba por venir porque me lo informó Gilda Paz, una puntana que vivía en Buenos Aires y tenía un círculo literario. En realidad se llamaba Zulema Larzart de Irustia, que luego de casarse, se fue a Buenos Aires y allá desarrolló su carrera literaria. Cada tanto organizaba la visita de figuras literarias a la ciudad de San Luis”.
Piñeda recordó que además de Borges, en ese círculo literario participaba el poeta de Villa Mercedes León Benarós, que también desarrolló su carrera de escritor en Buenos Aires y consiguió un amplio reconocimiento de los circuitos literarios. "Fue un gran trabajador de la literatura que además de escribir libros hizo libretos para programas de radio, guiones de películas e incluso fue jurado del famoso concurso de televisión ‘Odol Pregunta’”.
La segunda visita de Borges a la provincia duró tres días y fue auspiciada por el Gobierno de la Provincia.
Según comentó el periodista “a Borges lo invitaron en esa ocasión porque se cumplían 125 años de la muerte de Juan Crisóstomo Lafinur y se eligió el Colegio Nacional, que lleva su nombre, para que diera la conferencia". El encuentro fue en la maravillosa aula magna de la institución, que tiene una acústica perfecta. "Quizás por ese motivo lo eligieron porque recuerdo que no le pusieron ni micrófono”.
En ese momento, Borges ya era un hombre que además de estar casi ciego, hablaba muy bajito y se le entendía muy poco. Piñeda, que fue convocado para presentar esa conferencia, contó que “los asistentes que estaban en las primeras filas algo escucharon, pero la mayoría ni se enteró de lo que dijo esa tarde. Me parece que todos los que fueron en realidad querían verlo de cerca. Igual la conferencia estaba escrita porque yo vi que él la leía, aunque no sé cómo lo hizo porque ya veía muy poco”.
Tiempo después lo expresado por Borges en esa conferencia fue rescatado y publicado por "El Vellocino", un suplemento cultural de El Diario de la República.
De lo dicho esa tarde noche, Piñeda recordó que Borges primero confirmó que era descendiente de Lafinur por parte de una hermana llamada Carmen Lafinur. Su parentesco era sobrino bisnieto. "También que en un momento citó un fragmento de un poema escrito por Lafinur sobre Belgrano: Oda a la muerte del general Belgrano, se titulaba”.
Otro testigo directo de la segunda visita de Borges a la ciudad fue el fotógrafo y actual jefe de Autoedición de El Diario de la República, Mario La Torre, quien comentó que le tocó cubrir su llegada al aeropuerto junto al periodista Javier Echenique.
Además de la escritora Gilda Paz, el autor llegó con su secretaria y última esposa, María Kodama. “El tiempo que estuvimos en el aeropuerto fue muy breve e incluso las fotos que pude sacar fueron pocas porque enseguida se fueron. No sé por qué motivo, pero esas imágenes las guardé durante todo este tiempo”, recordó Mario.
El Diario de la República publicó al día siguiente una entrevista con Borges que se concretó en el hotel donde se hospedaba y allí formuló la frase que hasta el día de hoy lo mantiene en un lugar muy incómodo frente a la historia reciente de la Argentina. En aquella ocasión, Borges afirmó que el gobierno del exdictador Jorge Rafael Videla “es un gobierno de caballeros y no de malevos”.
Y también insistió en declarar que él no era merecedor del Premio Nobel de Literatura: “Yo no lo merezco. Hace tantos años que se pide y vale la pena cambiar esa tradición”.
Con el tiempo, esa foto volvió a ser pública cuando La Torre fue convocado junto a otros dos fotógrafos locales, Lito Retta y Victor Vargas, ambos también exreporteros gráficos de El Diario de la República, para que expusieran en el San Luis Shopping algunas de sus obras. “Una de las fotos que llevé fue esa de Borges en el aeropuerto porque a mí me tocó recordar momentos épicos de El Diario”, cerró su recuerdo La Torre.


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