Durante siete años, más de trescientos autores principales, numerosos autores contribuyentes y centenares de expertos revisores trabajaron para proporcionar la mejor síntesis de cómo el cambio climático está afectando a todos los habitantes del planeta Tierra.
El Grupo de Trabajo II del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) publicó los resultados y, aunque previstos, no pueden ser más demoledores y no es alarmismo, es lo que los científicos saben en estos momentos.
En 2007, el Grupo de Trabajo I (el encargado de las bases físicas del clima) concluyó en su Cuarto Informe que “el calentamiento del sistema climático es inequívoco”, lo que fue ratificado posteriormente en el Quinto Informe, en 2013.
Ahora, las conclusiones del Grupo II de esta ronda llegan por primera vez a usar la misma terminología para los sistemas naturales y humanos: “La evidencia científica acumulada es inequívoca: el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta”.
Los científicos pasaron de encontrar cambios importantes relacionados con el cambio climático en el Cuarto Informe, a impactos generalizados en el Quinto, a decir ahora, en el Sexto, que los impactos sobre la salud del planeta y el bienestar de todos son ya inequívocos. Y ocurrió esto con un calentamiento de apenas 1,1 °C.
Las razones que llevan al IPCC a aumentar el nivel de alarma de su mensaje son múltiples. El cambio climático observado está causando ya innumerables disrupciones en el sistema Tierra, afectando a millones de personas. Es consecuencia, entre otros, del incremento de los episodios meteorológicos extremos.
Las recientes técnicas de atribución, esto es, atribuir causa (el cambio climático) a un efecto (los episodios extremos y sus impactos) está mostrando que muchos de estos son debidos en parte al nuevo clima.
En otras palabras, la probabilidad de que hubiesen ocurrido en el pasado era menor de lo que lo es ahora o, en algunos casos, no era probable. Por ejemplo, la ola de calor de Tokio en 2020 no puede ser reproducida por los modelos de clima si no se incluyen los gases de efecto invernadero.
Los daños que está causando el calentamiento global son, en algunos casos, irreversibles. Por ejemplo, el hielo perdido de los glaciares afincados en tierra no va a volver, como tampoco va a descender el nivel del mar.
El aumento del nivel del mar está teniendo consecuencias desastrosas sobre las zonas costeras, donde vive casi el 40% de la población humana. Estas zonas están inundándose más frecuentemente.
Por otro lado, han ocurrido eventos de mortalidad generalizada de árboles, incendios de magnitud desconocida, muertes de coral a una escala inimaginable y múltiples extinciones locales.
Hay en marcha una callada migración global de especies hacia los polos o hacia las montañas en busca del clima que han perdido donde vivían antes.
En todas las regiones del mundo han ocurrido eventos de calor extremo que se cobraron miles de vidas. Casi la mitad de la población humana experimenta falta de agua, parte de la que está causada por el cambio climático.
Los riesgos derivados del clima son debido a sus peligros, pero en la generación del riesgo y el desastre intervienen factores que no son climáticos. La sociedad, con su modelo social y económico o su capacidad de gestionar los riesgos, entre otros, contribuye a la exposición y vulnerabilidad, los dos factores que cuando interaccionan con el peligro climático generan el riesgo y sus impactos.
Exposición y vulnerabilidad son mayoritariamente construcciones sociales, por lo que, a la postre, los riesgos terminan siendo hijos de la acción humana. El cambio climático es una amenaza real para las sociedades humanas y para el planeta.


Más Noticias