Un puntano le regaló un corazón fuerte y bondadoso al Garrahan

La metalurgia es, en este caso, la profesión elegida para las buenas obras. José Giménez, un vecino de Santa Rosa del Conlara, decidió fabricar y donar contenedores en forma de corazón para la recolección de tapitas, para su posterior reciclaje. La iniciativa brinda la posibilidad de que el Garrahan, que trata a miles de niños y niñas al año, obtenga ingresos para mantener diferentes costos. Uno de los más especiales fue entregado a la fundación y ya luce en el ingreso principal.

“Una tarde estábamos reunidos en el taller y vimos una noticia sobre cómo ayudaba la organización en lo social. La idea surgió porque queríamos colaborar y junto a mi compañero de trabajo, Jonatan Olguín, le dimos forma al proyecto”, mencionó Giménez.

Así, la magia de la empatía materializó hermosas obras de metal. La más simbólica fue a Buenos Aires y el resto se encuentra en diferentes puntos de la provincia; a varios los entregaron desde el 2020.

“La fabricación de estos depósitos se hace en un día. Es sencillo porque ya tenemos los moldes hechos, la única complicación es que en la actualidad los valores de los materiales de construcción están elevados”, explicó. Para dar una idea, lo que antes tenía un costo de $6 mil ahora pasó a $30 mil, por eso, actualmente, los establecimientos y entidades que quieren tener el corazón deben proveer el material necesario. La mano de obra es totalmente gratuita.

El objetivo a la hora de finalizar el armado de las estructuras es que los colores vivos aplicados a los modelos como el rojo, el verde y el naranja, entre otros, llamen la atención de las personas y se sumen a la iniciativa. A la hora de elegir cómo va a ir pintado, Giménez comentó que las instituciones toman esta decisión a menos que la donación completa la realicen con los chicos del taller. 

La intención es que las organizaciones continúen con el fomento de una conciencia medioambiental y el apoyo a los chicos que padecen diferentes enfermedades. Además, resaltó que el último corazón fue entregado a una plaza de Villa de Merlo.

“Los establecimientos educativos son los que piden con mayor frecuencia los depósitos para almacenar tapitas. La Escuela San Martín N° 175, ubicada en Ejército de Los Andes y Mar del Plata, fue otro de los lugares donde entregamos un modelo”, recordó el metalúrgico.

Una historia solidaria

Giménez vive las donaciones con una emoción muy especial. No solo por lo que implica su entrega, sino que en este rol se encontró con Ivette Campot, la referente provincial de la Fundación Garrahan. Ella fue su maestra cuando cursó la primaria.

“Cada vez que entrego uno de estos corazones ella está presente o yo me comunico para hacerle saber”, manifestó Giménez.

“Ivette tiene una forma de ser que te contagia. Entonces, cada vez que hay una forma de ayudar moviliza a mucha gente”, agregó.

La mujer, al ser consultada, afirmó que hace más de 2 años nació la iniciativa de su exalumno, quien tiene su metalúrgica en la capital, con el fin de colaborar en el proyecto de reciclaje. Recalcó que esto surgió al enterarse de que hay contenedores simbólicos por todo el país; en ese momento decidió ofrecer su trabajo de forma gratuita.

“Es una persona que fabrica corazones y plasma parte del suyo en cada trabajo que concreta para la fundación. Se puede notar en los detalles y en el tiempo que le dedica al armado de estos depósitos”, destacó la referente provincial.

Giménez hizo referencia a que se sintió identificado como padre, por la desesperación que debe sentir alguien que tiene un hijo enfermo: “Gracias a Ivette pude hacer llegar el ejemplar para la recolección de tapitas para la sede en Buenos Aires. Representar a San Luis en este tipo de contribuciones nos hace muy felices y siempre lo hacemos con el pensamiento de que debemos ayudar”.

Ambos mencionaron que el cuidado de los contenedores es una constante y que, pasado un tiempo, van a verlos; continúan en buen estado gracias al cuidado de las personas. Además, apuntaron que buscan que la solidaridad y la ayuda al prójimo tengan mayor difusión.

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 Es una persona que fabrica corazones y plasma parte del suyo en cada trabajo que realiza para la fundación. Ivette Campot.