El fenómeno de "La Jenny" llenó dos funciones en el Cine Teatro

Para quien no está al tanto del fenómeno de “La Jenny” es difícil comprender el enorme éxito que tiene el personaje creado por “Wally” Iturriaga. La convocatoria se trasladó el jueves por primera vez a San Luis con dos funciones a sala llena en el Cine Teatro, un récord que muy pocos artistas lograron hasta ahora.

Impulsada en las redes sociales -una plataforma sin la cual sería imposible analizar la existencia de humoristas como “Wally”-, “La Jenny” alzó y cumplió las expectativas del público local, que se rió, disfrutó y se dejó dar besos falsos por el actor.

El humor que propone Iturriaga es simple, directo, sencillo y sin rodeos, todas características que se convierten, a la larga, en la mayor virtud de la propuesta. A eso hay que sumarle algunas buenas ideas relacionadas a la puesta en escena que terminan por realzar el show.

Una escenografía reflejada en pantallas gigantes simula la casa de “La Jenny” pero los grandes paneles -de resolución ultra HD- también se usan para mostrar las desopilantes videollamadas que el personaje intercambia con su madre y con su psicóloga y para exponer los mensajes de WhatsApp que tiene con su pareja y con el grupo de las mamis del colegio de su hijo. 

Es en la descripción que Iturriaga hace de su creación donde se encuentra el que, supuestamente, es el mayor punto de vinculación con el público. “La Jenny” es una mujer paraguaya - referencia que está solamente demostrada en el acento guaraní del personaje-, que está en pareja con Juan Carlos -también interpretado por “Wally”-, que tiene hijos (no se sabe cuántos) y que parece tener como prioridad absoluta su vínculo amoroso.

Al menos en la obra teatral, la mujer rubia y barbada deja en segundo plano cualquier relación que no sea la que tiene con su pareja (a su madre la atiende de apuro y a su mejor amiga le miente descaradamente) y se convierte en posesiva, obsesiva y ansiosa; todas características que el lenguaje moderno englobó en un término: tóxica.

Más allá de algunos chistes obvios y de que la hora y media de show tiene altibajos pronunciados, Iturriaga (que también demuestra en la pieza sus condiciones como cantante) no se escapa del lugar común del género de conseguir en la interacción con los espectadores sus mejores momentos. A diferencia de otros humoristas de redes sociales, Iturriaga evita que el público se exprese y cuente sus penurias, sino que se convierte en el dueño total de la situación.

En las dos funciones puntanas rieron con “La Jenny” espectadores de todas las edades, que en algunos casos se animaron a vestir con el tono amarillo flúo que usa el personaje y que sintieron que no había mejor forma que empezar el fin de semana largo -en coincidencia en el caso de la primera función con el partido de la Selección Argentina de Fútbol contra Paraguay- que con su personajes de redes favorito.