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Mejorar la henificación para aumentar rindes

Una jornada técnica con una dinámica a campo mostró a los productores cómo aumentar la producción del cultivo de alfalfa, a través de la mejora en el proceso de corte y enrollado.

Por Roberto Vinuesa
| 19 de noviembre de 2023
Una dinámica a campo mostró en acción segadoras, rastrillos de entrega lateral y rotoenfardadoras. Fotos: Gentileza Héctor Andrada

A partir del conocimiento y aplicación de un conjunto de pautas que priorizan la planificación y la logística en el proceso, es posible mejorar la henificación de la alfalfa y a la vez conservar las cualidades que el cultivo presenta antes del corte. Estos aspectos fueron relevantes en una jornada a campo sobre el cultivo de la alfalfa que se desarrolló en Quines, en el establecimiento de Mario Alume, donde comparte la producción de la pastura con Flavio Ibarra.

 

Los ingenieros agrónomos Héctor Jesús Andrada y Jorge Santillán, ambos de la Agencia INTA Quines, y su colega Mario Funes de la Experimental de Villa Mercedes expusieron sobre aspectos referidos al manejo del cultivo para maximizar rendimientos.

 

El técnico Claudio Sáenz, de la misma institución, habló sobre riego. Lo destacado de la jornada fue la generosidad en conocimientos compartidos con los productores, que pudieron ver en el cultivo muchas temáticas desarrolladas en las exposiciones.

 

La jornada estuvo coronada por la dinámica a cargo de la firma Lembo Maquinarias, hubo segadoras en acción, rastrillos de entrega lateral y rotoenfardadoras al mismo tiempo que brindaban las especificaciones técnicas para después observarlos durante su laboreo en el cultivo y constatar las bondades de cada uno.

 

 Maquinarias. Marcelo Lembo mostró el uso de distintas segadoras de alfalfa.

 

 

Fue notorio que el encuentro permitió una mejor comprensión de conceptos, además los asistentes pudieron aprovechar un intercambio fluido de experiencias entre expositores y productores.

 

Presentaron pautas para preservar la calidad de la alfalfa a partir de una pastura que haya recibido el mejor manejo posible.

Un aspecto no menor fue la organización de la jornada, que estuvo a cargo de Andrada y que contó con la colaboración de las organizaciones de productores locales representados por la Sociedad Rural del Norte de San Luis y el Consorcio de Regantes Quines-Candelaria.

 

Fue evidente la participación conjunta de organismos estatales con las organizaciones locales, eso se tradujo en un rotundo éxito. Todavía perduran en la zona intercambios entre productores y técnicos de múltiples aspectos relacionados con el manejo del cultivo que surgieron durante la jornada, comentó Pedro Bidogia, presidente del consorcio de regantes de la zona.

 

“Estos espacios nos demuestran la importancia que tiene la participación de los productores en sus organizaciones y el compromiso para su fortalecimiento ya que nadie se ocupará de sus intereses si ellos mismos no lo hacen”, valoró el directivo de la entidad que custodia y gestiona el agua para riego.

 

Para Bidogia, participar y fortalecer sus organizaciones permitirá conocer en detalle sus necesidades y permitir la defensa de las economías regionales, que “cuentan con escasa o nula representatividad en los ámbitos legislativos y ejecutivos; los cambios pretendidos por una gran parte de la sociedad nunca se llevarán a cabo sin el esfuerzo de los productores”.

 

“Para saber a dónde vamos, primero debemos conocer dónde estamos parados y hacer análisis y posterior monitoreos de suelo”, Mario Funes (Ingeniero agrónomo, especialista en cultivo de alfalfa del INTA San Luis)

Otro aspecto interesante de la reunión fue que participaron una gran cantidad de alumnos y profesores de las escuelas técnicas de la zona relacionadas con el sector productivo, su presencia sirve para que se conozcan y difundan las diversas actividades agropecuarias en el futuro.

 

“La maximización de los rendimientos en la zona de los cultivos bajo riego es un aspecto fundamental para que el escaso recurso hídrico disponible se traduzca en producto y este en el crecimiento y desarrollo de la actividad económica de la región”, advirtió.

 

 Dinámica a campo. Los productores pudieron ver en acción todas las técnicas recomendadas para mejorar la henificación.

 

 

Insistió en que la concientización por parte de los productores que cuentan con el beneficio de disponer de este recurso también los compromete a su uso eficiente y responsable: "Los crecientes costos de almacenamiento, manejo y distribución del recurso hídrico impondrá la necesidad por parte de los productores de destinar este recurso a producciones rentables".

 

"Para saber a dónde vamos primero debemos conocer dónde estamos parados", dijo Funes antes de su exposición, que se basó en cuatro ejes que consideró fundamentales.

 

El suelo tiene limitantes químicas y físicas, indicó y explicó que las químicas están relacionadas a los nutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, calcio, magnesio, boro, entre otros). Y las físicas, vinculadas a la densificación o compactación, ya sea superficial o en profundidad (capas densas o piso de arado).

 

Funes dejó un mensaje muy claro al productor para que realicen análisis de suelo previo a la implantación de alfalfa; luego, a los dos años de implantada la pastura, realizar un monitoreo, y finalmente, cuando culmine su ciclo productivo, repetirlo a los cuatro o cinco años. "Obviamente que el más importante es el de implantación", recordó el especialista.

 

"La densidad de siembra se relaciona con el peso de la semilla y el análisis de su poder germinativo y pureza", Mario Funes (Ingeniero agrónomo, especialista en cultivo de alfalfa del INTA San Luis).

Funes detalló los factores a tener en cuenta para una óptima implantación de la alfalfa, como los beneficios del peleteado, que provee un elevado número de bacterias de alta eficiencia; protege la semilla de hongos e insectos, neutraliza la acidez del suelo y regula el proceso de germinación hasta que las condiciones de humedad sean las adecuadas.

 

Las características que sobresalen de este factor es el fungicida/insecticida sistémico que controla hongos del suelo e insectos durante las cuatro a cinco primeras semanas de vida de las plántulas de alfalfa y recubrimiento protector con polímeros de larga duración, además de la densidad de siembra, que está relacionada al número de semillas viables, más el aporte de micronutrientes.

 

Por otra parte, se refirió al pildorado, que consiste en revestir a la semilla de alfalfa con una mezcla de rizobios, un fungicida o un insecticida, carbonato de calcio y un aglutinante.

 

"El incremento del pildorado en semillas de alfalfa por encima del 30% afecta el estand de plantas y la productividad forrajera en materia seca", advirtió y recomendó ajustar la densidad de siembra respecto al pildorado con que viene la semilla, especialmente en aquellas zonas menos húmedas. "Al sembrar, tener en cuenta la cantidad de semillas viables y no el peso de semillas”, insistió.

 

En cuanto a los requerimientos hídricos, Funes precisó que el consumo de agua de la alfalfa es de 500 a 600 litros por kilo de materia seca.

 

Dijo que por cada milímetro de agua se deberían producir entre 15 y 20 kilos de materia seca.

 

 Dinámica a campo en Quines. El funcionamiento correcto de una rotoenfardadora también suma kilos y calidad en los rollos.

 

 

"La alfalfa fisiológicamente no puede producir más de 20 kilos de materia seca por milímetro de agua; en INTA Manfredi producen 19 kilos de materia seca por milímetro de agua.

 

Detalló que con 650 mm de lluvia, más 800 mm de riego, suman 1.450 mm de agua.

 

Allí se producen 28.000 kilos de materia seca por hectárea por ciclo productivo.

 

En Villa Mercedes, comparó, se producen entre 8 y 12 kilos de materia seca por mm de agua, sin contar aportes de napas freáticas.

 

Entre otros datos técnicos, Funes destacó que por cada tonelada de materia seca de alfalfa se requieren de 30 a 80 mm de agua, según la época del año, pero aclaró que el máximo potencial de producción de alfalfa se alcanza con 1.200 mm anuales en promedio.

 

300 Plantas de alfalfa por metro cuadrado es el número ideal a lograr en la implantación  del cultivo y después de definir la densidad de siembra de acuerdo al poder germinativo.

El especialista del INTA San Luis explicó aspectos del pastoreo versus cosecha mecánica.

 

Será lo que la "ineficiencia" de la vaca a través del pastoreo le devuelve al suelo un 40% de fertilidad, mientras que la "eficiencia" de la cosecha mecánica a través del corte le devuelve al suelo un 5% de fertilidad.

 

"Seamos eficientes en la cosecha de forrajes, pero debemos también ser eficaces en devolver al suelo esos nutrientes", advirtió.

 

 Técnicas. Héctor Andrada brindó pautas para mejorar la confección de rollos.

 

 

Tipificación de henos según calidad

 

El INTA recomienda para la comercialización de henos, tanto en el mercado interno como de exportación, la adopción de la clasificación según su calidad en cinco categorías tipificadas propuestas por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA, 2003).

 

Esta clasificación brinda parámetros útiles para la adecuación del producto a las características generales de la demanda mundial, sin dejar de considerar que cada mercado o cliente en particular puedan solicitar especificaciones diferenciales para el heno que demanden.

 

Se propone la adopción de esta clasificación, pero renombrando a las cinco categorías como: 1) Superior (correspondiente a la categoría indicada por USDA como Supreme), 2) Premium (Premium), 3) Primera (Good), 4) Segunda (Fair) y 5) Tercera (Utility).

 

Los parámetros químicos que contribuyen a la clasificación por calidad en las categorías mencionadas son varios.

 

La Fibra Detergente Neutro (FDN) representa el total de componentes de la pared celular de las plantas (hemicelulosa, celulosa, lignina y sílice).

 

El contenido de FDN está asociado inversamente al potencial de consumo voluntario de ese forraje por parte del animal, es decir, a menor FDN más podrá consumir, y mayor será su producción.

 

La Fibra Detergente ácido (FDA) representa la parte indigestible de la pared celular compuesta por lignina, celulosa ligada a la lignina y otros componentes como sílice y cutina.

 

El contenido de FDA está inversamente asociado a la digestibilidad, es decir que a menor FDA es mayor la proporción del forraje que podrá ser digerida y aprovechada por el animal.

 

El Valor Nutritivo Relativo del forraje (VNR), conocido en inglés como RFV (Relative Feed Value), es una valoración o puntaje de la calidad del forraje que se basa en su digestibilidad y potencial de consumo, estimados a partir del porcentaje de FDA y FDN, respectivamente.

 

Se toma como referencia que un VNR 100 corresponde a un heno confeccionado en 100% de flor y que tiene un 41% de FDA y un 53% de FDN.

 

El valor mínimo teórico es cero, y no tiene límite máximo, aunque el rango usual de VNR va desde 70 (alfalfa semillada) a 200 (alfalfa en estado vegetativo a prebotón floral).

 

La Proteína Bruta (PB) es el principal nutriente que aporta la alfalfa a la dieta animal. El método de medición más utilizado se basa en la estimación de la concentración de nitrógeno total en el forraje.

 

El Total de Nutrientes Digestibles (TND) calculado en función de la FDA, es un parámetro indicativo de la suma total de nutrientes aprovechables por el animal.

 

Si bien los atributos químicos cuantificables son el criterio más importante para determinar el valor alimenticio y el precio de mercado, existen otras características que no pueden ser adecuadamente definidas solo por los análisis químicos. Estos aspectos se definen a partir de una evaluación organoléptica, que es aquella realizada a través de los sentidos de la vista, olfato y tacto.

 

La madurez o estado fenológico no es fácil de ser estimada en forraje ya enfardado, pero la presencia de botones florales, flores y frutos en el heno da una idea del estado de madurez en que fue cortado el cultivo, el cual está altamente correlacionado con el valor nutritivo que aporta la alfalfa.

 

La foliosidad, es la estimación de la proporción de hojas en el heno, un buen indicador, ya que las hojas son la porción de mayor calidad, conteniendo aproximadamente el 70% de la proteína, el 90% del caroteno y más del 65% de la energía digestible presente en la planta de alfalfa.

 

Entre los indicadores de daño, se mencionan los materiales extraños, que estima el grado de contaminación con malezas, rastrojos de alfalfa y de otros cultivos, rocas, tierra, y otros materiales con poco o ningún valor como alimento, y eventualmente peligrosos para la salud animal.

 

 

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