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Tomate: dan pautas para prevenir la dispersión del virus rugoso

INTA, Inase y Senasa aseguran que la clave para combatirlo está en la prevención en todos los eslabones de la cadena productiva. Aún no detectaron casos en San Luis, pero sí en Corrientes, Salta y Buenos Aires.

Por redacción
| 24 de diciembre de 2023
Síntomas. En el fruto del tomate se puede percibir decoloración y manchas marrones o bronceadas. Foto: INTA

El virus rugoso es una amenaza para la producción de tomate y de pimiento a escala mundial. Ambas frutas se consideran dentro de las favoritas entre los consumidores de todo el mundo, y en San Luis se da muy bien. En Argentina, la enfermedad se detectó por primera vez en febrero de este año, en Corrientes, en el cinturón hortícola de la ciudad de La Plata y Mar del Plata, y en Salta. Si bien no tiene un insecto vector, la transmisión se favorece a través de la actividad humana. Por eso, un equipo de especialistas del INTA, del Senasa y del Inase brindó recomendaciones para prevenir, controlar y disminuir la dispersión.

 

Paola López Lambertini, especialista del Instituto de Patología Vegetal del INTA, dijo que “el virus rugoso, cuando infecta plantas jóvenes, puede ocasionar pérdidas de rendimiento que van desde un 30 a un 70%. La incidencia de la enfermedad puede alcanzar un 94-100% cuando el manejo no es el adecuado”.

 

Para los productores de todas las escalas, será importante tener en cuenta todos los eslabones de la cadena productiva: semilleros, plantineras y productores de ambos cultivos.

 

 

► Cómo combatir el virus

 

Uno de los puntos a tener en cuenta es limitar la cantidad de personas que entran a la zona de cultivo. “Se pueden colocar alfombras o bandejas para desin-fectar los zapatos en todas las entradas, utilizar ropa exclusiva para trabajar en cada invernadero (la cual se deja en el mismo y se lava) y desinfectar las manos de los trabajadores con frecuencia”, indicó López Lambertini.

 

Además, recomiendan desinfectar equipos, herramientas, calzado y otras superficies no porosas: una opción es utilizar lavandina al 10%. Aseguran que una buena alternativa es tener, por ejemplo, dos cuchillas para dejar una desinfectando mientras se utiliza la otra. En caso de tener un invernadero o lote con plantas infectadas o bajo sospecha de estarlo, entrar a trabajar al final de la jornada laboral.

 

Indican que no hay que tocar las plantas al caminar entre las filas, pero sí inspeccionar visualmente hojas, tallos, pecíolos, cálices y frutos. Al detectar plantas con síntomas típicos de la virosis, se deben eliminar y quemar junto con las 5 plantas que se encuentren alrededor de la sospechosa. “Esta medida es muy eficiente para evitar la dispersión de la enfermedad en las etapas tempranas del cultivo. Además, es fundamental después del trasplante para eliminar plantas enfermas por transmisión por semillas”, afirmó López Lambertini. Por esto, es importante no trasladar la planta o el fruto ante la sospecha de síntomas compatibles con el virus.

 

Por último, resaltó que “no hay que regar en exceso. Si se realiza riego por surco hay que trabar el extremo de cada uno para evitar el derrame de agua y la dispersión de las partículas virales”.

 

En los últimos eslabones, para distribuidores se recomienda limpiar los vehículos, mientras que para los pequeños productores y huertas familiares aconsejan no utilizar semillas de frutos de tomate y pimiento provenientes de regiones productoras donde está el virus presente.

 

 

Cómo detectar al enemigo

 

En cuanto a los síntomas, Daniel Kirschbaum, especialista en horticultura y coordinador del Programa Hortalizas, Flores, Aromáticas y Medicinales del INTA, detalló: “Para identificar plantas infectadas de tomate se perciben hojas con mosaico y moteado, ampollas y estrechamiento de la lámina foliar, necrosis de pedúnculos, cálices, pecíolos y necrosis longitudinal del tallo, maduración desigual en frutos jóvenes. Mientras que en pimiento se ven hojas con mosaico leve y decoloración de las hojas jóvenes, necrosis del tallo y deformación del fruto”.

 

En el fruto de tomate se puede percibir decoloración y manchas marrones o bronceadas. Algunos frutos verdes pueden estar infectados y permanecer asintomáticos hasta que el fruto comience a madurar.

 

Eduardo Trumper, especialista y coordinador del Programa Protección Vegetal, destacó que “aunque la planta no presente síntomas, también puede estar infectada”, por eso ante sospechas es fundamental no tocar la planta, aislar el sector y avisar a las instituciones: a virus.rugoso@inta.gob.ar o tomate@senasa.gob.ar, o a los técnicos de INTA o Senasa de la región del país en donde se encuentre.

 

 Redacción / NTV

 

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