Capacitaron en sanidad animal a productores caprineros de 2 parajes

Bajo de Veliz y Los Lobos fueron los puntos elegidos por el Instituto de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena de la Nación (Inafci) para acercar herramientas a los productores caprineros. En esta ocasión los técnicos del territorio brindaron una capacitación sobre sanidad animal. La iniciativa se desarrolló para fortalecer al sector e impulsar la producción. 

El foco de los conocimientos estuvo puesto en el uso de fármacos destinados a sus cabras.

Adrián Bianchi y Pablo Venturelli, ambos técnicos de territorio del Inafci, fueron los encargados de coordinar la actividad formativa destinada a las productoras y los productores que forman parte de un proyecto Protaal de la Unión de Productores y Productoras Caprinas.

Protaal es la sigla que identifica al Programa de Promoción, Arraigo y Abastecimiento Local, aplicados desde el Ministerio de Economía y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, y ejecutado por el Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena.

La Unión de Productores y Productoras Caprinas comprende a familias de siete parajes del norte de la provincia de San Luis que se extiende entre el Bajo de Veliz y Santa Rosa del Conlara, en los departamentos Junín y parte de San Martín.

Durante la charla, los especialistas dieron explicaciones sobre la utilización que se debe realizar de cada uno de los fármacos que estaban recibiendo.

Específicamente Adrián Bianchi comentó que decidieron poner  especial énfasis en la administración de antiparasitarios para mantener la salud de las cabras.

También explicaron que brindaron conocimientos sobre los principales parásitos que se encuentran en la zona, indicaron cuáles son los principales fármacos que hay en el mercado como herramientas primordiales para combatirlos, hablaron sobre las fechas indicadas para aplicarlos en los animales y ahondaron en las contraindicaciones que podrían generarse.

La idea es que estos fármacos sean administrados mediante fondo rotatorio. Es decir que funciona como una especie de botiquín comunitario. A partir de una cantidad inicial, cada fármaco queda registrado de acuerdo con las dosis utilizadas por cada una de las familias. Los usuarios deberán aportar el dinero para reponerlos. De esta manera se mantendrá siempre un banco de fármacos a disposición de los productores que participan en el proyecto.