A Iván le robaron dos veces en cinco días
Al joven peluquero le sacaron el martes pasado sus máquinas del local en el que trabaja. Las compró y decidió protegerlas en su casa. Allí, ladrones entraron el domingo y se las llevaron.
Iván es un joven que dedica sus días al trabajo y al deporte. Con el dinero que logró juntar en casi dos años trabajando como peluquero y barbero había logrado comprarse sus propias máquinas y hasta juntar un poco de dinero, pero en quince días sufrió una seguidilla de robos que lo dejaron despojado de sus herramientas, de sus ahorros y hasta de los botines que se había comprado hace solamente diez días. “Yo no quiero pedir nada, en mi casa me enseñaron que trabajando se consigue todo. Estoy muy triste, porque en quince días me robaron tres veces. Me robaron las máquinas, me las compré de nuevo y a los cinco días me volvieron a robar; es una situación muy dura”, le dijo Iván a El Diario de la República, respecto de la "mala racha" que le tocó sufrir.
El desagradable derrotero para Iván comenzó el 12 de mayo, cuando, en la casa en la que convive con sus padres en el barrio San Martín, un intruso lo despojó de un par de zapatillas y ropa. En ese entonces, Iván, quien tiene 19 años, se lamentó, pero, con parte de sus ahorros, colaboró con sus padres para reponer las cosas que le habían robado a la familia.
Iván es un joven que se ocupó de formarse para poder trabajar y, de esa manera, lograr sus objetivos. “Hice un curso de peluquería para tener un oficio y poder tener mis cosas, además de ayudar a mi familia”, dijo. Por eso, hace solo tres meses consiguió trabajo en la peluquería Mr. Boss, donde corta el pelo y arregla la barba de sus clientes.
El joven pudo comprarse, fruto de su esfuerzo, sus máquinas para trabajar: cortadora de pelo, peines, tijeras y otros elementos de peluquería. Pero el martes pasado sufrió un nuevo golpe a sus ilusiones. A las once de la noche y en una esquina ubicada a solo tres cuadras del Poder Judicial y a cuatro de la Comisaría 4ª, un hombre forzó la puerta de la peluquería en la que trabaja (en Mitre y 25 de Mayo), se coló en el local y raudamente cargó en un bolso las máquinas y herramientas de todos los trabajadores, incluido el fruto de los sacrificados labores de Iván.
Pero el joven no se frustró ni mucho menos, acudió a sus ahorros para reponer los elementos de trabajo. Al otro día del robo se compró, gastando casi $500.000, una nueva máquina y los elementos auxiliares para poder seguir trabajando. “Fue una cuestión de no mirar para atrás, de seguir para adelante”, explicó el joven.
Todo iba bien, incluso el episodio le había dejado a Iván y sus compañeros una sensación de compañerismo. “Muchos colegas nos prestaron las máquinas para que sigamos trabajando hasta que podamos comprar de nuevo. En mi caso, hasta que me llegaran”, mencionó.
Las nuevas máquinas le llegaron a Iván el jueves. Ese mismo día, devolvió las que le habían prestado. Iván y sus compañeros de trabajo decidieron que las herramientas laborales no queden más en el local; si, en un futuro, volvían a ingresar, al menos las herramientas quedarían a resguardo.
Pero el destino tenía preparado para Iván un nuevo revés. El domingo, entre las 10 y las 12, entraron de nuevo a robar en la casa de sus padres. Y sí, lamentablemente, los insumos, que estaban en el domicilio, fueron parte del botín que los malvivientes se llevaron de la vivienda ubicada en la calle Brasil entre Pedernera y Antártida Argentina.
A pesar de la terrible seguidilla, Iván no pierde la esperanza y la actitud positiva para continuar en la senda del trabajo y el esfuerzo. Sabe que si continúa en ese rumbo podrá volver a comprarse sus máquinas, pero el golpe le dejó una tristeza que en 19 años de vida nunca sintió. “Nunca pensé vivir esta injusticia, pero hay que ser fuerte y seguir trabajando”, concluyó el joven.


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