El jefe de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Volker Türk, expresó su horror por la nueva pérdida de vidas civiles en la Franja de Gaza, al menos 45 personas, luego de que los ataques aéreos israelíes del 26 de mayo alcanzaran un campamento para personas desplazadas en la ciudad sureña de Rafah.
Türk dijo que “las imágenes del campo son horribles y no indican ningún cambio aparente en los métodos y medios de guerra utilizados por Israel que ya han provocado tantas muertes de civiles”.
“El ataque del domingo subraya una vez más que literalmente no hay ningún lugar seguro en Gaza”, agregó el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. Nada detiene la ira israelí contra Hamas y contra la población de Gaza.
También la oficina de Asuntos Exteriores y Seguridad en la Unión Europea, se declaró “horrorizada” por la muerte de civiles, entre ellos mujeres y niños, por el ataque israelí sobre Rafah, y agregó su condena“en los términos más enérgicos”.
El 26 de mayo, grupos palestinos —la milicia islamista Hamas según fuentes israelíes— dispararon desde Rafah, en el extremo sur de la Franja, una andanada de cohetes hacia Tel Aviv (Israel) y varias personas resultaron heridas.
Unas horas más tarde, municiones lanzadas desde un avión israelí alcanzaron un campamento en la zona de Al Hashash en Rafah. Los informes desde tierra indicaron varias explosiones e incendios.
La zona albergaba a personas desplazadas del norte de Gaza, pues centenares de miles se refugiaron durante los últimos meses en campamentos improvisados, a menudo bajo carpas con telas y plásticos, en Rafah, junto al paso fronterizo con Egipto y por donde ingresaban camiones con ayuda humanitaria.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron que el ataque había tenido como objetivo a “altos funcionarios de Hamas” y que estaban al tanto, por informes, de que civiles habían resultado heridos en los incendios resultantes.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que “a pesar de nuestro máximo esfuerzo para no dañar a los civiles, algo, desafortunadamente, salió trágicamente mal”, y prometió que habrá investigaciones.
La ONU dijo que “las FDI han anunciado una revisión, pero lo que está claro es que atacar una zona así, densamente poblada de civiles, era un resultado totalmente predecible. Es crucial que tales revisiones conduzcan a la rendición de cuentas y a cambios en las políticas y prácticas. Pido a Israel que cese su ofensiva militar en la Gobernación de Rafah, tal como lo ordenó la Corte Internacional de Justicia (CIJ)”, agregó.
El 24 de mayo, la CIJ ordenó a Israel que detuviera su ofensiva y cualquier otra acción en la gobernación de Rafah que pudiera provocar “la destrucción física” de la población gazatí.
La ONU volvió a pedir a todas las partes en el conflicto que establezcan un alto el fuego, dado el imperativo de proteger a los civiles. “Los grupos armados palestinos deben poner fin al lanzamiento de cohetes que son intrínsecamente indiscriminados, en clara violación del derecho internacional humanitario. También deben liberar incondicionalmente a todos los rehenes de una vez”, afirmó.
“Israel debe tomar medidas inmediatas para proteger a los civiles, garantizar que tengan acceso a asistencia humanitaria esencial y liberar a todos los detenidos arbitrariamente”, agregó el organismo.
Los responsables del sistema de Naciones Unidas y gobiernos occidentales —entre ellos Estados Unidos, principal aliado de Israel— han alertado desde hace semanas que una operación militar masiva sobre Rafael tendría “consecuencias catastróficas”.
Los resultados están a la vista. Sin embargo, nada detiene la ira de Israel.


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