Por redacción
| 28 de junio de 2024
La protección contra las grasas trans, causantes de enfermedades cardiovasculares, ha avanzado en el mundo y ya cubre a unos 3.700 millones de personas, el 46% de la población del globo, de acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es un progreso muy significativo en comparación con una cobertura de sólo seis por ciento, o menos de 500 millones de personas, en el año 2018, cuando la agencia de las Naciones Unidas lanzó una campaña para la eliminación de las grasas trans en los alimentos para el año 2023.
Aunque no pudo alcanzar ese objetivo, y más de 4.000 millones de personas siguen desprotegidas, principalmente en África y el Pacífico occidental, en la (OMS) hay optimismo porque el avance continúa.
Políticas de mejores prácticas en sólo ocho países de los más poblados, eliminaría el 90% de las muertes globales asociadas con el ingrediente.Al cierre del año pasado, 53 países contaban con políticas para combatir las grasas trans industriales en los alimentos.
Sólo en 2023, entraron en vigor nuevas políticas de mejores prácticas en siete países: Egipto, Filipinas, México, Nigeria, Macedonia del Norte, Moldavia y Ucrania.
En enero de 2024, la (OMS) certificó a cinco países por validar el progreso en la eliminación de las grasas trans producidas industrialmente: Arabia Saudita, Dinamarca, Lituania, Polonia y Tailandia.
Las grasas trans están presentes principalmente en alimentos procesados, envasados y fritos, pasteles, galletas y aceites de cocina.
Surgen a partirdel proceso de hidrogenación al que son sometidas las grasas con el fin de solidificarlas para utilizarlas en diferentes alimentos. Un ejemplo es la solidificación de la grasa vegetal para la fabricación de margarina.
En general el ingrediente favorece la frescura, textura y estabilidad de alimentos procesados.
Pero los ácidos grasos trans aumentan la concentración de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en la sangre y disminuyen las de alta densidad (HDL), lo que coloquialmente es denominadocomo “colesterol bueno”, dando lugar a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Pueden ser particularmente peligrosas para el corazón y están asociadas con un mayor riesgo de desarrollo de algunos cánceres.
Para el organismo de las Naciones Unidas, “aprobar, garantizar y cumplir las políticas recomendadas de mejores prácticas sobre grasas trans, será fundamental para lograr maximizar los beneficios para la salud y la eliminación sostenida de ellas”.
Entre las medidas, la (OMS) señala que todos los países deberían adoptar políticas de mejores prácticas, especialmente aquellos con la mayor carga de enfermedad restante estimada atribuible a la ingesta de grasas trans.
Asimismo recomienda que los países fortalezcan sus mecanismos de seguimiento y aplicación de políticas de mejores prácticas, a fin de ser elegibles para el Certificado de Validación de la (OMS).
Además, instó a los organismos subregionales a aprobar políticas obligatorias de eliminación de grasas trans, y a los fabricantes de alimentos con alta proporción de grasas y aceites a cumplir con regulaciones para aumentar el uso de grasas alternativas más saludables.
Incluso cuando aún no existen regulaciones, las empresas deberían buscar eliminar las grasas trans en las líneas de productos y cadenas de suministro.


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