Para combinar lo bello y la luz
Cantoras de la provincia recordaron a la cantora nacional en una noche marcada por la emoción y el regreso a los escenarios de "Marita" López, una precursora del canto femenino en la provincia.
La presencia de María Esmeralda López se convirtió, como era de esperar, en una de las emociones más fuertes de una noche llena de emociones fuertes. El concierto en el que un grupo de artistas puntanas homenajeó a Mercedes Sosa tuvo canciones icónicas de la música popular argentina, poesía arrojada al viento, baile a puro sentimiento, pintura con el pulso en vivo, arte disperso y lágrimas oportunas.
Luego de muchos años de ausencia “Marita” López se subió a un escenario para recordar a quien ella misma señaló como una de sus máximas referentes. En su doble participación, López recuperó obras que remitieron a los inicios de la carrera musical de la tucumana, con lo que se diferenció de sus compañeras de grilla, que prefirieron navegar por la zona más moderna del repertorio.
“Marita”, a la vez, fue también una referencia para las cantoras puntanas. Esposa del inolvidable Luciano “Chango" Arce y madre de Marianela Arce –una activa cantante de la provincia-; la trovadora terminó su actuación del jueves sumamente emocionada, aunque entera para pronunciar unas palabras cuando recibió un reconocimiento por parte de la organización. “Es muy importante que las voces se unan”, dijo
Ideada por el grupo “Flores del monte” y bajo la producción de Anahí Robles, la noche reunió a mujeres cantoras de la provincia que recordaron a quien fue una de sus máximas inspiradoras. Al no ser Sosa compositora sino intérprete, el desafío para las participantes de “Mercedes florecida” consistía en apropiarse de una versión sin que perdiera la esencia que la cantora puso en aquellas obras.
Una suerte de versión de la versión que no debía, a la vez, extraviar ni la gracia de la original ni la particularidad de la impronta mercedina. Fue una tarea compleja que las artistas puntanas sobrepasaron con holgura gracias, en buena parte, a una banda estable de primer nivel integrada por Cándido Sanz, Alcides Alcón, Boris Luco, Melina Alcaraz y Carlino Tozzeto, a la que oportunamente Jagan Nath sumó charango, quenas y otros instrumentos necesarios para la música interpretada por Mercedes.
Por el escenario de la sala Hugo del Carril desfilaron, entre otros, Daniela Calderón y su versión solista de “Serenata para la tierra de uno”, de María Elena Walsh; Luna Alcaraz, quien vistió con su voz a “La pomeña”; la enorme Claudia Prett, que le puso su personalidad a “Canción de las simples cosas” y la siempre sorprendente Dana Azcurra con “Alfonsina y el mar”.
El color masculino estuvo en la voz de Fede López Conde -único varón solista invitado- y un “Carito” que quedó perfecto en su interpretación. El Dúo Zabala-Funes, por su parte, comprendió perfectamente el sentido del homenaje e hizo una bella versión de la bella “Pueblo de gesto antiguo”, otra joya rescatada del fondo menos conocido de las canciones que popularizó Sosa.
Con la noche ya a pleno “Canción con todos” aportó por su mística latinoamericana, que tuvo otro eslabón más nacional cuando “Flores del monte” hizo la emocionante “El olvidau” y “Yeka” Ramos y Mabel Redonda unieron sus voces en “Soy pan, soy paz, soy más”.
El final coral con “Razón de vivir”, el clásico de Víctor Heredia que Mercedes cantó como si fuera propio, subió la temperatura emocional y permitió abrazos entre las cantantes y entre el público, en un canto de amor que, también, como la mayoría de las acciones de la tucumana, fue un canto político.


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