Un proyecto de ley impulsado por el senador nacional Adolfo Rodríguez Saá propone la creación en la Argentina del Sistema Nacional de Prevención y Protección contra Descargas Eléctricas Atmosféricas, para instalar equipos de pararrayos en lugares muy concurridos y edificios públicos.
El 9 de enero de 2014 Agustín Irustia jugaba con amigos en la playa en Villa Gesell. Un rayo le quitó la vida. Su prima Priscila Ochoa quedó gravemente herida y murió al día siguiente; Salma, hermana de Priscila, sufrió heridas.
La iniciativa reclama la colocación de esos elementos en edificios "destinados a la provisión de bienes o servicios públicos bajo regulación nacional", sedes gubernamentales y zonas de alta densidad poblacional.
También pide que haya pararrayos en espacios públicos abiertos y cerrados como centros educativos, recreativos, deportivos, turísticos, entre otros.
El proyecto es acompañado por los legisladores Liliana Negre de Alonso, Jorge Garramuño, Juan Carlos Romero y Roberto Basualdo (todos del Interbloque Federal que conduce Rodríguez Saá), Alfredo De Angeli (Alianza Unión por Entre Ríos) y Carmen Crexell (Movimiento Popular Neuquino).
Rodríguez Saá recordó en los fundamentos de la iniciativa la trágica muerte de los chicos puntanos Agustín Irustia, de 17 años, y su prima Priscila Ochoa, de 16, alcanzados por un rayo en las playas de Villa Gesell a principios de este año.
Agustín "tenía sus sueños deportivos en el vóley y pertenecía al plantel del club Lafinur, jugaba en la Selección de San Luis con un futuro prometedor", rememoró el senador sanluiseño. Y agregó que Priscila también "jugaba al vóley e integró la Selección puntana en los Juegos Binacionales".
El proyecto también recordó el incidente ocurrido en 2011 cuando otro rayo mató a Jorge Nardi (61 años), masajista de Racing Club de Avellaneda, mientras el equipo entrenaba en la ciudad de Luján. Hubo otros dos fallecidos ese día: Gabriel Rodríguez, de 20, y Nicolás Ellena, de 19.
"No existen en el territorio nacional mecanismos ni estrategias de prevención ante estas tragedias", advirtió Rodríguez Saá, y reclamó "la urgente necesidad de disponer de equipamientos a fin de evitar nuevos casos fatales como los mencionados".
Las compañías de seguros aseguran que las muertes por esas descargas eléctricas ya representan cerca del 5% del total de los montos que pagan. Y las empresas de servicio eléctrico atribuyen a los rayos el 30% de las interrupciones de suministro.
En los últimos años los rayos mataron a 1,7 personas por cada millón de habitantes en América latina, contra el 0,1 por millón de habitantes en los países desarrollados, según un estudio presentado por la BBC y realizado por ELAT (Grupo de Electricidad Atmosférica), vinculado al Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil.
Brasil es el país de la región con más muertes por esta causa, por ser el más poblado y recibir la mayor cantidad de rayos: un promedio de 50 millones por año.
Pero estudios del Instituto Argentino de Racionalización de Materiales (IRAM) sobre la frecuencia de caídas de rayos por kilómetro cuadrado y por año, indican que la Argentina es uno de los países más vulnerables y afectados del mundo, lo que según el proyecto de Rodríguez Saá, determina la necesidad de contar con un mayor grado de protección contra los rayos.


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